La cafetera que dio origen a la primera webcam de la historia

<P>La tecnología informática avanza tan rápido, que es difícil recordar la vida que teníamos antes de internet. Pero hace apenas 19 años, a comienzos de los 90, la naciente internet no tenía buscadores, ni sitios de redes sociales ni tampoco cámaras web...hasta que científicos de la U. de Cambridge tuvieron una curiosa idea. </P>




LOS científicos responsables de inventar la primera webcam -y, por lo tanto, de iniciar la revolución que nos llevaría a los chats con video y las transmisiones web en vivo- se toparon con la idea mientras intentaban conseguir un objetivo mucho más antiguo y tradicional: una taza de café caliente. Mientras los expertos en computación de la U. de Cambridge (Inglaterra) se hallaban inmersos en proyectos de investigación ligados a diversas tecnologías de punta, una pieza de hardware era indispensable para todo el equipo: la cafetera.

"Una de las cosas que es muy, muy importante en la investigación informática es un flujo constante y confiable de cafeína", explica el doctor Quentin Stafford-Fraser. Pero el problema para los científicos era que la cafetera estaba ubicada en la habitación principal del laboratorio de computación, conocida como salón troyano, y muchos de los expertos trabajaban en diferentes laboratorios ubicados en distintos pisos del edificio.

"A menudo acudían a servirse algo de café y se topaban con la sorpresa de que alguien ya se lo había tomado todo", recuerda Stafford-Fraser.

Vigilando el café

Para resolver el problema, Stafford-Fraser y otro científico, el doctor Paul Jardetzky, instalaron una pequeña cámara Philips para monitorear la cafetera del salón troyano. La idea era que el dispositivo registrara tres imágenes por minuto, por lo que escribieron un software que les permitiera a los investigadores del departamento ver las fotos directamente desde la cámara en los computadores de su red interna.

Esto eliminó la necesidad de realizar cualquier esfuerzo físico para vigilar la cafetera y anuló el estrés emocional de acudir a ella sólo para encontrarla vacía. Sin embargo, no fue sino hasta el 22 de noviembre de 1993 que la cámara de la cafetera llegó a la red mundial. Nuevamente, fue un investigador en informática, distraído momentáneamente de su proyecto, quien hizo el hallazgo clave.

El doctor Martyn Johson no era uno de los expertos conectados a la red informática interna del laboratorio de Cambridge, y por lo tanto no era capaz de ejecutar al software conectado a la cámara que vigilaba la cafetera. Este investigador estudiaba las capacidades de la web y al analizar el código que operaba en los servidores del recinto pensó que podría hacer algo para enlazar la cámara a la red mundial de información.

"Simplemente construí un pequeño código de programación en torno a las imágenes capturadas", señala. "La primera versión tenía probablemente sólo 12 líneas de código, probablemente menos, y simplemente copiaba la imagen más reciente de la cámara en la pantalla de quien lo requiriera", agrega. Así fue que la imagen granulosa de una sucia cafetera en un laboratorio universitario entró al folklore de la ciencia informática, como parte esencial de la primera webcam.

Fama inmediata

"La imagen no variaba mucho", explica Stafford-Fraser. "Era una cafetera totalmente vacía o llena, o en los momentos más emocionantes la cámara tal vez mostraba un recipiente medio lleno y entonces te veías en la disyuntiva de intentar adivinar si se iba a agotar o alguien volvería a llenarla", añade.

El rumor se propagó y al poco tiempo millones de entusiastas de la tecnología alrededor del mundo estaban accediendo a las imágenes de la cafetera del salón troyano. El doctor Stafford-Fraser recuerda haber recibido emails de Japón en que le pedían dejar una luz encendida en la noche para que la cafetera pudiese ser vista desde distintas zonas horarias.

La oficina de información al turista de Cambridge incluso tuvo que guiar a visitantes de EE.UU. al laboratorio de computación para que pudieran ver la cafetera en persona. El aparato también obtuvo una mención en Archers, la teleserie más extensa emitida por la BBC. "Para ser honesto, pienso que todos estábamos un poco perplejos", confiesa el doctor Johnson. "A veces pienso que ningún otro proyecto en el que participe en mi vida recibirá este tipo de cobertura o atención… y sólo fue un loco proyecto de media tarde", añade Stafford-Fraser.

"Die kaffeekanne"

Luego de 10 años y millones de visitas, los científicos querían dejar atrás el proyecto. "El software se había vuelto imposible de mantener", recuerda el doctor Johnson. "El software de investigación no siempre es de la mejor calidad y simplemente queríamos deshacernos de las máquinas que daban soporte a todo esto", agrega.

A pesar de una oleada de nostálgicas protestas de fanáticos de la webcam alrededor del mundo, la cafetera y la webcam eventualmente fueron desconectadas. La última imagen captada fue la de los dedos de un investigador presionando el botón de apagado.

"En 10 años pasó de ser una extravagante nueva idea a una novedad que un razonable número de personas conocía, para luego convertirse en un ícono ampliamente conocido de los primeros años de la web. Posteriormente, llegó a ser un artefacto histórico y a continuación se transformó en algo que la gente extrañaba cuando ya no estaba ahí", concluye Stafford-Fraser.

"Sólo en internet pueden ocurrir este tipo de cosas en sólo unos cuantos años", agrega. La cafetera del salón troyano fue vendida en un remate -predeciblemente, en internet- por US$ 5.375. Fue comprada por la revista germana Der Spiegel, cuyos dueños pronto volvieron a encender "die kaffeekanne" (la cafetera, en alemán).

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