La comida (casi) perfecta
<P>Resetee todo lo que conoce de dietas. Ahora sabemos que lo sano de un plato no se determina por el valor individual de cada uno de sus alimentos. Más importante son las combinaciones. Se trata de una nueva corriente en la nutrición. </P>
Hace siglos tipos como Sócrates, Platón o Hipócrates partían el día con jugos y frutas; a media mañana se volvían a alimentar con leche, pan y cereales. Más tarde almorzaban siempre primero una ensalada seguido de alimentos hervidos; a media tarde comían yogur con frutas (el famoso yogur griego) para terminar el día con algo liviano, como sopas de verdura o queso. Esta disciplina buscaba coincidir con lo que dictaba la trofología, antigua ciencia que estudiaba el balance alimentario. Y la misma en que hoy se fundamenta una nueva corriente de la nutrición: la sinergia alimentaria.
Por décadas se pensó que un balance saludable en la dieta se lograba cuando cada uno de los alimentos del plato era sano. Pero ahora esta corriente, que se basa en los estudios de Elaine Magee, nutricionista de la U. de Stanford y autora del libro Food Sinergy (Sinergia de los alimentos); los de Steven Schwartz, de la U. de Ohio, y de David Jacobs, de la U. de Minnesota, sostiene que lo saludable de un plato es el resultado de la suma de sus componentes. Porque son las combinaciones adecuadas las que potencian los beneficios de los alimentos y ayudan a combatir mejor ciertas enfermedades.
Estas son algunas de sus recomendaciones:
Tomates y brócoli
El tomate contiene grandes cantidades de licopeno, pigmentos que le otorgan en color rojo a esta verdura. Pero también es conocido por ayudar a combatir el cáncer de próstata. Un efecto que se potencia al mezclarlo con el brócoli, rico en una sustancia química que repara el ADN de las células, lo que previene que se transformen en cancerígenas. Un estudio de la U. de Illinois mostró que los tumores de próstata crecieron mucho menos en las ratas que fueron alimentadas con tomates y brócoli que en las que consumieron dietas con polvo de tomate o brócoli solo, dosis suplementarias de licopeno o Finasteride, droga prescrita para tratar el cáncer de próstata. "Creemos que es porque los diferentes compuestos bioactivos de los alimentos actúan en diferentes vías contra el cáncer", dijo John Erdman, investigador de la U. de Illinois.
Coles y aceites (de oliva o palta)
Las coles de Bruselas con un poco de aceite de oliva tienen una ventaja: ayudan a mejorar la visión. Esto es gracias a la luteína que contienen y a que son liposolubles y se absorben más fácilmente al contacto con grasas. "Los lípidos ayudan a transportar los carotenoides, como la luteína, solubles en lípidos, por el intestino durante la digestión y llevar estos compuestos al torrente sanguíneo", dice a Tendencias Steven D. Schwartz, investigador de la U. de Arizona.
Manzana y chocolate
Era que no. Suena como la combinación perfecta. De un lado la manzana que, siempre con piel, posee altas dosis de un flavonoide antiinflamatorio que ayuda a proteger contra alergias y ataques cardíacos. Del otro, el chocolate negro (desde 60% cacao) con altas dosis de catequina, compuesto que protege contra el endurecimiento de las arterias y el cáncer. Juntos sirven para disipar el riesgo cardiovascular, como mostró un estudio de la U. de Singapur. Con moderación, claro.
Limón y té verde
El té verde también contiene una gran cantidad de catequinas. Una investigación de la U. Purdue (EE.UU.) mostró que cuando se añade vitamina C (en forma de una rodaja de limón o en jugo), aumenta la cantidad que el cuerpo absorbe de este antioxidante.
Carne y romero
Investigadores de la U. de Kansas State encontraron que los antioxidantes del romero controlan la acción de ciertos compuestos carcinógenos, llamados aminas heterocíclicas, de la carne a la parrilla, reduciendo sus niveles entre 30% y 100%. Para lograrlo el romero se vale de tres compuestos: el ácido rosmarínico (antiinflamatorio y antimicrobiano), el carnosol (antioxidante) y el ácido carnósico (potente neuroprotector). "Todas las hierbas frescas contienen fitoquímicos (o compuestos vegetales) que tienen una acción positiva cuando son absorbidos en el intestino", explica Magee a Tendencias.
Yogur y plátano
Esta combinación sirve especialmente para recuperar los músculos después del ejercicio. Se sabe que el plátano tiene ácido fólico, vitaminas C y A, magnesio y potasio, que en conjunto ayudan a reducir los niveles de estrés, aumentar los de serotonina (la hormona del ánimo), impulsar las contracciones musculares y la transmisión de impulsos nerviosos. El yogur destaca por ser un verdadero arsenal de vitaminas y minerales. No es todo. El plátano es la fruta con mayor nivel de carbohidratos, lo que sumado a la proteína, aumenta los niveles de insulina, permitiendo a los músculos absorber rápidamente macronutrientes, como los aminoácidos y la glucosa, acelerando la recuperación corporal.
Jugo de naranja y avena
El mejor desayuno con una especialidad: reducir el riesgo de ataques cardíacos. Un estudio publicado en The Journal of Nutrition mostró que el ácido ascórbico (vitamina C) de la naranja en unión con el ácido fenólico de la avena evitan que el colesterol malo se acumule en las arterias.
Porotos negros y tomate
El organismo obtiene hierro en dos formas: el hierro hemo (que se consigue a través de carnes rojas) y el hierro no hemo (que proviene de verduras, huevos y lácteos). El problema es que mientras el primero se absorbe casi en su totalidad, del segundo el cuerpo retiene sólo el 33%. Y es esa la ventaja de esta combinación: el ácido ascórbico del tomate logra cambiar el hierro no hemo a una forma de más sencilla absorción por el organismo, permitiendo que este compuesto cumpla su función de ayudar en la producción de hemoglobina, lo que fortalece la llegada de oxígeno a músculos y cerebro.
Betarraga y garbanzos
Los garbanzos son conocidos por su alta cantidad de vitamina B6, que ayuda al cuerpo a absorber el magnesio presente en la betarraga. Esto es de especial ayuda para hipertensos, los diabéticos y los deportistas profesionales. ¿La función del magnesio? Es un tranquilizante natural que ayuda a mantener el equilibrio energético neuronal. Además, ayuda a combatir el estrés y la depresión.
Manzanas y frambuesas
Aunque algunos piensen que la fruta no es postre, esta dupla no deja de ser una buena opción. Un informe del Journal of Nutrition mostró que estas frutas combinadas potencian sus efectos antioxidantes. El ácido elágico (polifenol típico en los berries) mejoró los atributos de la quercetina de la manzana para eliminar células cancerígenas.
Pescado y ajo
Una investigación de la U. Guelph (Canadá) mostró que estos dos alimentos combinados evitan que el colesterol se acumule en las arterias. "Compuestos orgánicos de azufre son los fitoquímicos activos primarios en el ajo y varios de ellos pueden proteger el corazón, ayudando a mantener las arterias flexibles", dice Magee a Tendencias.
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