La fórmula secreta de Pixar
<P>El cofundador de la empresa, Ed Catmull, explica su exitosa filosofía de gestión.</P>
En las profundidades de la casa matriz de Pixar en Emeryville, a corta distancia de San Francisco, dos animadores trabajan en lo que parecen los restos de un avión de los años 30 que se estrelló en la jungla. Construyeron el set ellos mismos, añadiendo toques como cajas de madera, redes y latas de comida que un explorador podría haber empacado para una expedición. "A los dos nos dio algo con el tema de la jungla", dice uno. "Pixar tiene esta política: pide perdón y no permiso".
Hay otros espacios llamativos cerca, como un computador y escritorio instalados en un puesto de tacos mexicanos -todo construido por gente con imaginación, en una empresa que se alimenta de ingenio y creatividad. Asegurar que Pixar siga siendo creativa ha sido una preocupación constante de Ed Catmull desde 1995, cuando la empresa dio paso a una nueva era en Hollywood con Toy Story, el primer largometraje hecho completamente con animación computacional.
Catmull es cofundador y presidente de Pixar Animation Studios. Desde que Walt Disney compró Pixar, por US$ 7.400 millones, en 2006, él y su colega John Lasseter también han dirigido la producción animada de Disney. Y a juzgar por éxitos comerciales de Pixar, como Wall-E, Up y Ratatouille y el reciente taquillazo de Frozen, parece haber encontrado una fórmula y comparte lo que ha aprendido en su bestseller Creativity Inc.
"Mi deseo era descubrir cómo tener una cultura sostenible", dice, cuando ya estamos instalados en su oficina, a la que llegamos recorriendo pasillos cubiertos en colorido arte de Pixar y bosquejos para películas como Valiente y Los Increíbles. Algunos "grupos creativos tienen un gran impacto (…) pero luego se desarman". La clave, dice, era asegurar que eso no le pasara a Pixar después de lanzar Toy Story.
El es de formación científica, con licenciaturas en física e informática. Se inició en las películas en 1979, cuando lo contrató George Lucas, que acababa de tener éxito con Star Wars. Desde entonces, Catmull ha aplicado principios científicos a problemas creativos. Sus héroes de la niñez eran Albert Einstein y Disney: ciencia y arte tienen mucho en común, dice. "El arte es aprender a ver y observar. Y la ciencia es ver y observar".
La publicación de su libro este año es oportuna, dado el giro dado por Catmull y Lasseter en Disney Animation Studios. Había tenido problemas por años antes de la compra de Pixar, pero ha mejorado desde entonces, culminando en Frozen, que se ha convertido en la película animada más exitosa y el quinto filme con mayor recaudación en la historia, con ventas globales por US$ 1.250 millones.
"Llegamos a un lugar donde estaban orientados a los procesos", dice Catmull. La mayor parte del personal en Disney sigue siendo el mismo que antes de su llegada y la de Lasseter, pero se derribaron las jerarquías: los directores de cine en Disney solían tener que implementar las sugerencias ofrecidas en "apuntes obligatorios" de los ejecutivos del estudio, el departamento de desarrollo y Michael Eisner, el ex director ejecutivo. "Nadie en ninguna de esas tres capas había hecho un largometraje", comenta. "Así es que dijimos: ninguna de estas notas es obligatoria ni siquiera las de John (Lasseter). Es tu película, tú estás haciéndola".
Una versión del Braintrust de Pixar, un foro abierto para que colegas hicieran sugerencias a colegas durante la producción de un filme, se implementó en Disney. En Pixar es mencionado por Catmull como una de las claves para el éxito creativo. En Disney, "se necesitaron dos años para que el grupo se asentara y comprendiera" los principios del foro, dice. Las sugerencias en Braintrust son de buena fe y pueden ser adoptadas o no por el director.
Cuando él y Lasseter asumieron en Disney Animation, decidieron mantenerlo separado de Pixar. "Salvo por John y yo yendo y viniendo, no permitíamos que ninguno de los dos hiciera trabajo de producción para el otro".
Como parte de una alianza previa con Pixar, Disney había estado trabajando en su propia versión de Toy Story 3, pero al momento de la fusión fue archivada. "Ninguno de nosotros ha visto siquiera lo que hicieron. Hasta este día no tengo idea de en qué estaban trabajando en ese momento, y no queríamos saber".
Se ha sugerido que, recientemente, Pixar, por insistencia de Disney, ha dado preferencia a la producción de secuelas como Monsters University y la que viene de Los Increíbles sobre la original. Catmull lo niega. "Todas nuestras decisiones acerca de secuelas se han tomado aquí", dice enfáticamente. "No nos presionaron para nada (…) todas nuestras decisiones artísticamente se toman aquí y siempre lo han sido".
"Hemos tratado de conseguir el equilibrio porque algunas personas quieren las secuelas. El hecho es que Toy Story 3, hasta Frozen, era la película animada de mayor recaudación de la historia y era una gran trilogía".
Ese equilibrio es entre películas "comercialmente seguras" e ideas que fracasarían, lo que él llama "elevator test", en el que uno tiene el tiempo que demora un ascensor en subir un par de pisos para presentar la idea al ejecutivo del estudio.
Ratatouille, una película acerca de una rata gourmet, y Up, en la que el protagonista es un señor de 78 años, "fracasarían en el elevator test", dice, pero fueron grandes éxitos.
Pixar ha intentado hacer películas en un rango amplio. "Queremos hacer algunas a las que pensamos que les irá bien porque queremos financiar lo que estamos haciendo y queremos hacer otras que son muy complejas". Inside out, prevista para mediados de 2015, está en la categoría de Up y Ratatouille. Transcurre en la mente de una niña de 11 años: los protagonistas son sus emociones, como Joy (alegría) y Anger (enojo). Como toda película de Pixar, atraviesa un proceso arduo que Catmull describe como ir de "espantosa a no espantosa".
Este proceso requiere que los empleados puedan cometer errores sin temor, dice. Están protegidos, dice, muy en la línea en que él lo estuvo cuando trabajó primero para Lucas y luego, cuando Steve Jobs adquirió Pixar. "Esos fueron ambientes donde las personas me facilitaban la operación. Así es que si aprendí algo de ellos es que el trabajo es proteger a los grupos aquí, que están haciendo cosas sin que esté completamente claro lo que va a salir de ellos".
Lo que finalmente sale de Pixar, como ha mostrado la empresa a lo largo de los años, son películas exitosas. Su fórmula creativa no es fácil (y requiere mucha fe), pero hasta ahora funciona.
Traducción: Marcela Corvalán
Comenta
Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.