La historia de Jaime Escudero, uno de los hombres tras el filme 15.000 dibujos




En septiembre de 1941, Walt Disney visitó Chile para filmar una de las cuatro partes de su película Saludos amigos, producción de 42 minutos que mostró en dibujos animados la naturaleza del continente sudamericano. Acá visitó La Moneda, se reunió con los más ilustres caricaturistas de la revista Topaze y visitó un taller de calle Lira, al llegar a Marcoleta, donde dos estudiantes de arquitectura preparaban la película animada 15.000 dibujos. Disney fue generoso con los muchachos y les aconsejó cómo hacer más rápido el trabajo. La ayuda fue efectiva y, al año siguiente, Carlos Trupp y Jaime Escudero estrenaron el primer largometraje chileno animado.

15.000 dibujos logró escaso éxito y el propio Escudero nunca se sintió especialmente orgulloso de ese trabajo. "Mi padre siempre decía que eran apenas unos monos que corrían de allá para acá, sin mayor gracia", cuenta su hija Virginia, quien cuida a su padre, ya de 95 años y con escasa memoria de su período como dibujante aventajado de la animación local. La obra en cualquier caso tiene un gran valor patrimonial y es parte de la pesquisa de la Cineteca. Y ya hay buenas señales: un coleccionista apareció con un segmento del metraje. Según Luis Horta, subdirector de la Cineteca de la U. de Chile, se trata de minutos del filme, pero permiten tener una opinión de primera mano.

Recuerdos de Disney

Jaime Escudero pasó gran parte de su vida trabajando en la Corporación de la Vivienda (Corvi), institución estatal. Ocasionalmente realizó portadas para El peneca y algunas de sus obras en acuarela llegaron al Museo de Arte Contemporáneo (MAC). Actualmente, su deterioro mental le impide enfrentarse a cualquier pregunta, pero su hija habla por él. "Mi papá fue un tipo muy introvertido, a diferencia de su amigo Carlos Trupp, que era el ejecutivo de la dupla. Mi padre, en cambio, era más creativo. Creo que no aprovechó la oportunidad de trabajar con Disney. Es increíble. Mi madre siempre le reprochó que no le sacara más partido a su talento", dice su hija.

En efecto, en 1941 Disney invitó a Escudero a unirse a él en sus estudios de California. Sin embargo, el joven arquitecto rechazó la oferta aduciendo como razón el ataque a Pearl Harbor en diciembre de ese año, cuestión que según éste hacía peligroso cualquier viaje. "Era nada menos que Disney quien hacía el ofrecimiento. Pero mi padre era un poco negativo: fíjese que tampoco le gustaba el personaje del cóndor Copuchita de su película y justo en el 48 salió Pepo con Condorito", cuenta la hija.

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