La historia de violencia tras el crimen de joven mujer en Melipilla
<P> Roxana Gutiérrez Farías fue hallada en un foso, en la casa de los padres de su ex marido, sospechoso del crimen.</P>
La madre de Ismael Moris Pinto mira fijo al suelo de su casa, en Melipilla. Su cara demuestra tristeza, buscando una explicación. Fuma y su mano tiembla. La tarde del jueves, fue encontrado en uno de los dormitorios del domicilio el cuerpo sin vida de su nuera, Roxana Gutiérrez Farías (30). Estaba al interior de un foso, tapado con una bolsa plástica y con cemento aún fresco.
Moris es el principal sospechoso del homicidio de su esposa, y hasta anoche era buscado por Carabineros y la Policía de Investigaciones.
De acuerdo con el relato del padre del presunto asesino, Luis Moris, hace meses el matrimonio se separó, tras continuas peleas provocadas por celos. Las discusiones se arrastraron, pese a que vivían en casas distintas.
Se trataba, según el hombre de 57 años, de discusiones por las visitas para que el sospechoso viera a sus hijos y por dineros para los menores.
Luis Moris relata que "al poco tiempo que se separaron, ella lo hostigaba. Lo iba a buscar a la panadería donde antes trabajaba mi hijo y por eso prefirió ir a trabajar a una mina a Copiapó".
"Ella lo había echado de la casa y también peleaban por una pensión de $ 80 mil. Eran celos y hostigamiento por platas", agrega.
Tras la separación, la víctima quedó viviendo en el antiguo domicilio de ambos, en Talagante, e Ismael Moris, en la casa de sus padres, en Melipilla, el lugar del crimen.
Debido a la violencia intrafamiliar, Moris tenía prohibición de acercarse a su esposa.
La familia ya asume que el hombre sería el autor del homicidio: "La tarde del miércoles me llamó despidiéndose, ya era un hecho que había matado a su señora. Antes de irse me dejó una bolsa. No fui capaz de abrirla. Luego, Carabineros me dijo que tenía ropa con sangre adentro", dice la hermana del sospechoso, Marina.
"Tiene que entregarse. El no es de estar matando gente, ni delincuente, pero que se entregue nomás", dice su padre. Agrega que nunca notó que su hijo estuviera realizando algún trabajo en el cuarto en que apareció el cuerpo de Roxana Gutiérrez.
Carabineros presume que el homicidio ocurrió la mañana del miércoles. A las 17.00 de ese día, "tomamos una denuncia de una de las hijas del matrimonio, de 13 años, por presunta desgracia. Al otro día, personal de la SIP llegó al domicilio y observó tierra removida, levantan una cama y observan cemento fresco", dice Ricardo Rubat, mayor de la 24ª Comisaría de Melipilla.
Luego, "encuentran una bolsa plástica negra tapando el cuerpo de una mujer", agrega.
Según fuentes del Laboratorio de Criminalística de Carabineros (Labocar), la víctima "presentaba una lesión en el cráneo, probablemente hecha con un objeto contundente". Hasta ahora no se ha encontrado el arma homicida.
Según Luis Moris, la última vez que vieron a la víctima fue poco después de Fiestas Patrias y tampoco estuvieron con su hijo el día del crimen.
El hombre trabajaba hasta hace pocos días en la mina San Pedro, en la Región Metropolitana, donde, según la familia, tampoco saben del paradero del sospechoso.
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