La moda antibikini

<P>Miss Mundo anunció que eliminará el desfile en bikini del concurso, porque "no hace nada por la mujer". El uso de esta pequeña prenda sigue generando polémica sesenta años después de su creación y tiene detractoras como la ex power ranger Jessica Rey.</P>




Miss Mundo es el concurso de belleza internacional más antiguo. Nació en 1951 y fue bautizado como Festival Internacional del Bikini para aprovechar la popularidad del recién creado traje de baño. Por eso, no deja de ser emblemático que la organización del certamen haya anunciado ahora en diciembre que eliminará la presentación de las concursantes en esa prenda. "No necesito ver a mujeres paseando de arriba abajo en bikinis. No hace nada por la mujer. No me importa si alguien tiene un trasero dos pulgadas más que otra persona; realmente no estamos mirando su trasero, estamos escuchándolas hablar", dijo la presidenta de la organización, Julia Morley, a ABC.

La revolucionaria prenda fue creada en 1946 por Louis Reard, quien lo llamó bikini en alusión al atolón que lleva ese nombre y en el que se realizaban pruebas atómicas, como una forma de graficar que iba a ser más explosivo que la misma bomba. Al principio fue objeto de censura y ponérselo un acto de liberación. Y aunque luego se masificó, hasta el día hoy, en pleno siglo XXI, la prenda playera sigue generando serios debates sobre el rol de la mujer.

No mucho tiempo atrás la actriz Jessica Rey hizo un discurso en contra de la prenda veraniega. Conocida por su rol en la serie Power Rangers (era la power ranger blanca), Rey lanzó en 2008 una línea de trajes de baño vintage, de una sola pieza, inspirada en Audrey Hepburn, con el slogan "Who says it has to be itsy bitsy" (¿Quién dice que tiene que ser tan pequeño?). Todo partió porque no quería usar bikini, en ningún caso porque no le quedaran bien, y las opciones del mercado le parecían de abuela.

Así despegó su negocio Rey Swimwear. Invitada en abril de 2013 por un grupo cristiano llamado Q, a dar una charla sobre su proyecto de moda, su presentación con el nombre "La evolución del traje de baño: ¿puede reaparecer el recato?", tuvo cerca de un millón y medio de visitas en YouTube y produjo debates en las redes sociales.

En 10 minutos, Rey trata de demostrar que el bikini transforma a las mujeres en meros objetos sexuales y dice que para que estas puedan cuidar su dignidad deben cultivar una actitud, y forma de vestirse, más recatada. "Necesitamos enseñarles a las niñas que la modestia no se trata de cubrir nuestros cuerpos porque estos son malos; no se trata de escondernos sino de revelar nuestra dignidad".

La modestia -o recato, decencia, decoro, humildad, pudor- es un concepto importante para los cristianos y, de hecho, sale en la Biblia. Rey, quien es católica, tomó esta idea como bandera de lucha y comenzó a dar charlas a niños y jóvenes por todo Estados Unidos. Incluso, publicó un libro llamado Exposición decente, que tuvo cierto éxito.

Sin embargo, su discurso es criticado incluso por otras mujeres cristianas, quienes en distintos blogs exponen las debilidades de los argumentos de la actriz/diseñadora de trajes de baño. En primer término, objetan que aluda a un estudio de Princeton realizado en 2009 por la psicóloga Susan Fiske, que dice que cuando los hombres ven a las mujeres en bikini en su cerebro se activan regiones asociadas a las herramientas y las cosas "que puedes manipular con las manos". Objetos. Pero, dicen las críticas, las imágenes utilizadas en el estudio eran presentadas sin cabeza, lo que las deshumaniza de antemano y los entrevistados que mostraban la respuesta mencionada por Rey habían sido identificados previamente como "sexualmente hostiles".

Para Rachel Held, una popular bloggera evangélica, Rey y quienes aprueban su discurso están enfocando la modestia en un punto equivocado: cómo la ropa afecta a los hombres. "Mientras que la cultura popular desempodera a las mujeres diciéndoles que deben vestirse para conseguir que los hombres las miren, la cultura de la modestia desempodera a las mujeres diciéndoles que deben vestirse para evitar que los hombres las miren", explica en su blog.

Para Francisca Valenzuela, presidenta de la Organización Contra el Acoso Callejero (OCAC), la propuesta de Rey es interesante, pero pierde de vista que el tema trasciende al uso del bikini. "Creo que el verdadero problema no tiene que ver con que la mujer muestre mucho o poco su cuerpo (...) Mostrar o no mostrar es, en nuestra sociedad de raíz patriarcal-machista, funcional al otro sexo, fundamentalmente para darle placer. El cuerpo de la mujer no le pertenece". Por esto, agrega, se asume que si muestra es para "provocar" al hombre, lo que termina generando afirmaciones como "ella ocupaba falda corta, buscaba que la violaran". "En los países árabes las mujeres son víctimas de acoso sexual y apenas se les ven los ojos. ¿Entonces, es la vestimenta la que nos objetiviza? No", dice.

De todas formas, la idea de vestirse "modestamente" o sencillamente taparse más, también es vista como una respuesta a la fuerte sexualización que sufre el cuerpo de la mujer en la publicidad, los medios de comunicación y las redes sociales. Todo esto se enmarca en un debate más amplio respecto a los derechos de las mujeres a mostrar su cuerpo en los contextos que ella desean y no en los que la sociedad les impone. Un ejemplo de esto es la censura de Facebook a las fotografías de mujeres amamantando, política que, ante los reclamos de las propias mujeres, se terminó en junio de este año.

Pero hay que tener en cuenta también que la modestia es cultural, y que algo muy recatado en un lugar puede ser entendido de manera distinta en otro. La pregunta que queda abierta, entonces, plantea la socióloga Francisca Valenzuela, es cómo lograr que "lo respetable" tenga menos que ver con lo que vestimos y más con lo que somos. Para eso, agrega, "requerimos cambios educacionales y culturales mucho más profundos".

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