La tentación juvenil por Los Juegos del Hambre

<P>A una semana de su estreno, los especialistas analizan por qué a los adolescentes mayores de 11 años les gusta el mundo caótico de Panem y se sienten identificados con la actitud de Katniss.</P>




EN ESTADOS Unidos aumentaron las inscripciones de niñas para aprender el arco y flecha. En Chile, 172.699 espectadores fueron al cine en su primera semana en cartelera. Las dos primeras partes de la trilogía Los Juegos del Hambre son un imperativo en los adolescentes mayores de 11 años.

De hecho, para ellos Katniss Everdeen es una heroína en toda la norma. Para los padres, en cambio, un personaje más de una trilogía de moda pasajera.

"Para los adultos, creo que es fácil que vean mi personaje en Los Juegos del Hambre como una Juana de Arco del futuro, pero lo importante es que es alguien que se planta y defiende lo que es correcto, aunque tengas miedo", dijo Jennifer Lawrence, la actriz que interpreta a Everdeen (16), la protagonista que cambia su vida desde que decide ocupar el lugar de su hermana en los Juegos del Hambre: una competencia anual que se hace en su país ficticio, Panem (con régimen totalitario) para conmemorar un antigua rebelión del pueblo. Cada año se eligen dos participantes, de entre 12 y 18 años, de cada uno de los 12 distritos, que tienen que luchar para sobrevivir. Gana el que vive. Everdeen lo logra con su arco y flecha, desafiando el sistema.

Algunos padres han cuestionado su temática agresiva (la lucha a muerte). Otros no entienden por qué a sus hijos adolescentes les pueden gustar novelas que hablen de sistemas totalitarios, de luchas de clases sociales y de temas políticos.

¿Por qué cautiva tanto? No es sólo el personaje. Los especialistas que han analizado el fenómeno dicen que los adolescentes, mucho más que antes, por estos días gozan con la ficción que muestra una sociedad que se desmorona y que está en constante caos, en parte porque así se sienten, pero también porque tienen que luchar contra un sistema que les impone normas y reglas a una edad en que se las cuestiona.

Paz Cuadra (15) leyó los tres libros y vio las dos películas. Y dice que no le gustó sólo por un tema de moda juvenil. "Más allá de un drama adolescente refleja los problemas de la sociedad que tiene un sistema totalitario, abusivo y que no deja crecer con independencia a nadie. La trilogía muestra cómo mediante una mártir o un acto de rebelión, se puede dar el ejemplo para que el resto se levante", analiza.

Precisamente, Panem es lo contrario a una sociedad utópica. Es una distopía, es decir, una sociedad caracterizada por lo indeseable y por el caos. Y esta temática es la que está compitiendo con el gusto adolescente por los amores vampirescos (Crepúsculo) y por los magos (Harry Potter).

"A muchos adolescentes les encanta la ficción distópica porque es un género literario muy dramático, como esta trilogía. Es un género que puede reflejar las propias inquietudes de los jóvenes acerca de su futuro personal y el futuro del mundo", dice a Tendencias David Astor, columnista del Huffington Post, especializado en literatura.

Y si hay algo que diferencia a los adolescentes de ahora es que tienen preocupaciones de mayores. En ese sentido, los especialistas explican que esta ficción distópica toca un tema sensible al ver conflictos ficticios tal como los reales.

"Los problemas de la sociedad están reflejados en un libro, son los problemas reales. Eso es bueno", dice Valentina Vergara (16).

Maritza Bocic, siquiatra y docente de la Usach, ha analizado este fenómeno. Comenta que este tipo de ficción siempre ha existido, pero que ahora los adolescentes enganchan más porque la sociedad actual va cambiando a tal velocidad que hay pocas certezas y así, la ficción se asemeja más a la realidad: "Los adolescentes de ahora sienten incierto su futuro por las opciones y cambios constantes. Eso genera la angustia de cambiar y tener que adaptarse a algo que no saben qué es. Por eso se identifican con el personaje que está siempre al límite, pero que logra sobrevivir a los cambios y la falta de control de lo que le espera en el futuro".

Harold Koplewicz, presidente del Instituto de la Mente del Niño, dice a Tendencias que esta trilogía toca "el nervio de los adolescentes". Explica que en esa transición a la adultez, "el papel de los padres puede ser muy tenso. El suelo debajo del adolescente está en constante cambio. Luchas normales, crisis, inseguridades y rechazos pueden hacer que incluso el adolescente bien adaptado sienta que su mundo cae a pedazos. Por eso se reflejan con la película".

Por otro lado, en toda literatura distópica, hay un sistema represivo que se opone a la libertad y la individualidad.

Valentina Vergara dice que si leyó los tres libros y ya vio la segunda película es porque sigue encontrando novedoso rebelarse. "Ella hace lo que quiere hacer, no lo que le dice el resto. Eso me gusta, porque al final una siempre sigue órdenes y hay que rebelarse. No hay que dejar que los otros te digan qué hacer", agrega Valentina.

Katherine Marshall, sicóloga del Grupo de Sicología de Washington (EE.UU.), dice a Tendencias que los adolescentes están aprendiendo cómo interactuar de forma independiente y con éxito con las normas y directrices de la sociedad, de los padres y del colegio, y que también están buscando su libertad. "Katniss es atractivo para los adolescentes porque actúa independientemente y ha desarrollado habilidades para saber cuándo y cómo seguir las reglas previstas para desafiar la estructura", agrega.

Katniss no es una heroína cualquiera. Además de ser valiente, es apática y de pocos amigos, pero es capaz de cuidar a su hermana y a sus más cercanos y actuar correctamente. "Se sienten identificados con esta dualidad de rudeza y buenas personas, pero también porque es activa, porque es ágil y logra la libertad", dice Bocic.

Koplewicz comenta que esta película muestra lo que muchas veces los jóvenes no pueden expresar (en esta etapa su sistema prefrontal no está desarrollado para canalizar bien sus emociones): "La protagonista tiene sentimientos por la separación de su familia, impotencia y soledad. Eso, para los adolescentes que ven la película, ofrece una catarsis".

Paz dice que algo de eso le pasó. "Su historia era mucho más difícil que la realidad de cualquiera de nosotros, pero me sentí identificada por la forma en que salía adelante".

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