La tierra del heredero de Manuel Rodríguez

<P>Juan Esteban Rodríguez Segura fue el único hijo del independentista. A través de él, este pueblo de la Sexta Región busca su lugar en la historia. </P>




Desde hace una semana, los carteles de calle San Francisco, de Pumanque, en la provincia de Colchagua, en la Sexta Región, tienen escrita una nueva leyenda: Francisca Segura. Para los habitantes del pueblo, este nombre no les era ajeno. "Desde siempre hemos sabido que Francisca Segura es la madre del único hijo de Manuel Rodríguez", explica Laura Cabrera, historiadora y documentalista oriunda de esta localidad. "Con eso, ya podemos decir que esta es la tierra de Manuel Rodríguez", sostiene.

La elección de la calle que llevaría este nombre no fue al azar: el requisito básico era que, al menos, cortara la vía principal, que lleva el nombre del independentista.

La historia cuenta que entre carreras y escondites, Manuel Rodríguez pasaba por el pueblo para visitar a su amada. Lo veían llegar en su caballo hasta la Hacienda Pumanque, donde Francisca Segura, criolla de clase acomodada, vivía junto a su familia. De esta relación nació, el 24 de abril de 1818, Juan Esteban Rodríguez, único hijo del patriota. El 26 de mayo, y luego de casi un mes detenido, Manuel Rodríguez murió acribillado en Tiltil, por lo cual, se supone, nunca conoció a su hijo.

Juan Esteban fue, además, el primero de siete generaciones de Rodríguez en llevar ese nombre. En la familia de los descendientes del Húsar de la Muerte, sólo dos personas se llamaron Manuel. La tradición así lo prefiere. "Los únicos dos Manueles murieron muy jóvenes, uno a los cinco y otro a los 12 años. Desde ahí que nadie lleva ese nombre", explica Juan Esteban Rodríguez, chozno (hijo del tataranieto) del patriota y el sexto en la cadena de descendientes.

Hace más de 10 años, Juan Esteban comenzó una cruzada personal por rescatar todo vestigio de Manuel Rodríguez. Ha leído todos los libros que relatan su historia, ha participado en grabaciones que representan su vida y, a través de coleccionistas y del legado familiar, logró reunir objetos del prócer que luego donó al Museo Colchagua, de Santa Cruz.

"Cuando fui, vi que tenían un rincón dedicado a él, así que decidí aportar un reloj que perteneció a Manuel Rodríguez y un rosario que era de su hijo, en donde sale la fecha de su nacimiento".

Es precisamente ese rosario uno de los pocos vestigios que Juan Esteban tiene de la fecha en que nació "este niño", como dice él, para referirse a su antepasado. "He buscado por todos lados, pero aún no puedo encontrar su acta de nacimiento", comenta frustrado.

No le ha sido fácil reconstruir los primeros años de vida de su tatarabuelo. En su familia, sus antepasados mantenían como un hecho anecdótico el ser descendientes de Manuel Rodríguez, pero la existencia de su hijo era un tema que, por muchas generaciones, no se abordó.

"Todos descendemos de un hijo natural. El no se casó con Francisca Segura, por lo tanto, para los que eran más viejos, como mi abuelo o bisabuelo, esto tenía un peso moral muy grande", explica.

Sin embargo, el hijo natural logró destacar por su oratoria y ocupó cargos de intendente, diputado, senador y ministro.

Juan Esteban vive en torno a la vida de sus ancestros. Tiene negocios en Talca y una barcaza en Puerto Montt, pero habla poco de eso. Los temas que más le apasionan son los que tienen que ver con el pasado. Reconstruye sus historias y a través de sus actas de defunción obtiene pistas de sus vidas. "El único papel que demuestra la relación es el acta de defunción de esta niña, en donde dice que es viuda de Manuel Rodríguez", explica.

Hoy, Juan Esteban está dedicado a otra de sus batallas de rescate: hacer de Pumanque el pueblo de la descendencia de Manuel Rodríguez. Una de sus primeras gestiones fue el nuevo nombre para la calle.

Laura Cabrera comparte esta iniciativa. El año pasado realizó el documental Aquí en Pumanque, donde, a través del relato de los ancianos del pueblo, recreó la historia de amor entre Francisca Segura y el soldado clandestino. "Con el terremoto, las casas de fachada continua quedaron destruidas. Perdimos gran parte de nuestra identidad, por eso ahora esta relación con Manuel Rodríguez toma fuerza, porque estamos necesitados de identificarnos nuevamente", explica la historiadora.

Dos días antes del estreno del documental, Laura conoció a Juan Esteban. Lo identificó de inmediato. Su altura, contextura delgada, cara alargada y facciones marcadas le indicaron que estaba frente a uno de los descendientes del patriota. Desde ese momento, trabajan juntos para difundir la historia que hace de Pumanque un pueblo inmerso en la leyenda.

En los últimos años, Juan Esteban ha dedicado su tiempo a Pumanque. En sus planes está el rescatar los lugares en donde estuvieron sus antepasados y, también, poder exhumar los restos de Francisca Segura, que quedaron en el terreno que antes ocupaba la iglesia del pueblo, destruida completamente por el terremoto.

"De repente gasto plata y tiempo en cosas como ésta sin esperar nada a cambio. A veces uno tiene que hacer las cosas sin esperar retribución. Creo que es una característica que se ha ido traspasando de generación en generación. Manuel Rodríguez tenía el ideal de ver su patria independiente y dio la vida por eso, sin esperar nada a cambio. Y lo único que recibió fue un balazo", reflexiona Juan Esteban.

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