La tradición de los mentores está de vuelta

<P>La desaparición de las familias extendidas amenazó una tradición que viene desde la antigua Grecia. Pero ahora está resurgiendo de la mano de programas y sitios de internet que despertaron el interés de los jóvenes por aprender de la voz de la experiencia.</P>




TOME nota de estos datos: un cuarto de los adultos mayores del país dice sentirse inútil, según la Segunda Encuesta Nacional Calidad de Vida en la Vejez de la U. Católica. Curioso, si tomamos en cuenta que dos tercios de esta población ve a sus nietos todos o casi todos los días. ¿Quá pasó con esos abuelos que contaban historias a los nietos o que les enseñaban las poesías que les mandaban del colegio?, ¿ya no existen esos nietos que se sentaban a escuchar lo que les decían sus abuelos y cuando grandes, muchos años después, en un momento cualquiera de su vida adulta, parte de esas historias les hacía sentido? Una figura que conocemos como mentor, que se remonta a la antigua Grecia, donde los adultos con experiencia se convertían en guías de los hombres jóvenes, y que siguió a través de la historia. ¿No recuerda usted a alguien que con sólo transmitirle sus experiencias lo haya marcado en su vida? La pregunta queda abierta, porque con los años (en el último tiempo, concretamente) el arte de la mentoría se ha ido perdiendo. La extinción de las familias extendidas, con abuelos y nietos bajo el mismo techo, juega en contra.

Si hoy existe distancia entre adultos y jóvenes, el proyecto de inclusión social The Amazings (Los sorprendentes), en Inglaterra, es uno de los que tiene como objetivo acortar esa brecha. ¿Cómo? Reactivando una tradición: poner a personas con experiencia al servicio de gente más joven y a la antigua. Como sus mentores.

Con sólo un año de funcionamiento, The Amazings tiene más de 200 personas mayores que ofrecen lecciones de vida y de habilidades que se han ido perdiendo con los años y que podrían morir con ellos -desde bordado a manualidades- . "Hay gente con mucha experiencia que se jubila o que está al borde de la jubilación que tiene habilidades increíbles para ofrecer", comenta el encargado de comunicaciones, Liam Fay-Fright, a Tendencias. The Amazings funciona como el puente para conectar a estas dos generaciones y el camino elegido es la tecnología. Se trata, de hecho, de una página web, el soporte donde los jóvenes acuden hoy para encontrar a sus mentores. Es la misma función que cumple The Legacy Project (Proyecto Legado), que ofrece a los jóvenes tres áreas donde estos adultos les pueden traspasar sus experiencias: Life Dreams (sueños de vida) que crea objetivos para la vida; Cross Generation (cruce generacional), que busca motivar la conexión entre generaciones familiares; y World (mundo), que mira qué lugar ocupa el joven dentro de los grandes acontecimientos que van sucediendo. "Estamos viendo cómo adultos jóvenes se están poniendo más en contacto con personas mayores porque ven la importancia del rol que los abuelos juegan dentro de la vida de sus hijos", explica este fenómeno a Tendencias Brian Puppa, director de The Legacy Project. Y a través de la experiencia, los jóvenes buscan respuestas para sus inquietudes cotidianas: aprender cómo buscar trabajo, fórmulas para balancear el presupuesto o mecanismos para construir una carrera sólida.

La respuesta de los jóvenes ha sido sorprendente, dicen en The Amazings. "Hemos encontrado que la demanda de las clases, sobre todo entre los menores de 35 años, ha sido enorme. Hay una gran tendencia a la nostalgia en el país en este momento…", agrega Fay-Fright. ¿Nostalgia? ¿Por qué no? Hasta hace unas décadas, el que hacía de mentor estaba al alcance de la mano. Podía ser un profesor, un miembro cualquiera de la familia o un vecino. Muchas veces era el abuelo, por tener más tiempo y porque desde la antigüedad y en distintas culturas, la sabiduría se asocia a los ancianos. ¿El padre? Difícil, por la tensión que acarrea la relación con su hijo.

Pero ahora vivimos en una sociedad menos cohesionada. Entonces, muchos niños no tienen ese tipo de apoyo y los programas de mentores están haciendo el trabajo de reducir esa brecha, explica a Tendencias Jay Winsten, decano adjunto en la Escuela de Salud Pública de Harvard, universidad que en 1997 lanzó una campaña nacional para promover el crecimiento del movimiento de mentorías para vincular jóvenes con mentores adultos. "Nadie puede ir por la vida por sí solo, todos necesitamos a alguien que nos apoye y nos guíe en el camino", insiste Winsten.

Los estudios lo demuestran. Uno de éstos, publicado a mediados de los 90, evaluó los programas de mentoring tomando a mil niños de entre 11 y 15 años que estaban en la lista de espera: 500 ingresaron al programa y 500 siguieron en la lista. Dos años después, los que formaron parte del programa tuvieron 46% menos de abuso de drogas, 22% menores índices de abuso de alcohol, mucho menos involucramiento en peleas y mayor asistencia al colegio. Al existir esa desconexión entre generaciones, explica el académico de Harvard, los jóvenes comenzaron a tener más contacto con sus amigos y sus pares, y buscar mentores entre ellos. Hoy vemos una vuelta a lo antiguo.

El valor de escuchar

Existe coincidencia en que el concepto "mentoring" proviene de Mentor, uno de los personajes de la Odisea, la obra de Homero. Mentor cobra protagonismo cuando Ulises deja su hogar para ir a la guerra de Troya y le pide a su amigo que se haga cargo de su hijo Telémaco. Mentor asume el rol de guía, lo educa y le enseña. De esa forma, Mentor se convierte así en el tutor y responsable de la formación de Telémaco y desde entonces su nombre se convirtió en sinónimo de consejero experimentado y maestro.

En la antigua Grecia se hizo costumbre emparejar a los varones jóvenes con personas mayores con el objetivo de que aprendieran los valores de sus mentores. Esta relación estaba fundada en el principio de supervivencia y el mentor podía ser un amigo del padre o un pariente que se ganaba el respeto y la admiración del joven. Y estos mismos principios de mentoring se mantuvieron en el tiempo. Por ejemplo, durante los siglos XV y XVI en la Universidad de Oxford se estableció la figura de los "mentors", que tenían a cargo la enseñanza y el desarrollo académico, social y espiritual de los estudiantes.

Algo parecido ocurría hasta hace algunas décadas en las universidades chilenas: a los profesores se les asignaba cierto número de alumnos y debían hacerse cargo de ellos desde que ingresaban hasta que se titulaban. Así, entre charlas después de clases en el patio de la universidad, se iban convirtiendo en sus mentores. "El profesor daba una formación integral a los alumnos. Ser educador era trasmitir experiencia", cuenta Gloria Inostroza, profesora de la Facultad de Educación en la UC de Temuco y coordinadora de proyectos pilotos de mentoría a académicos. Eso se terminó en la década del 70 y retomarlo no ha sido fácil: el contexto actual es muy distinto. En los 90, sigue Inostroza, la investigación demuestra que las mentorías son más técnicas y han perdido cercanía: basta un par de tips para creer que se está guiando a un joven. "Con los nativos digitales es cada vez más difícil. Hay una brecha, es verdad, y los profesores más antiguos tenemos que acercarnos con un lenguaje y una visión de mundo distintas, más cercanos a ellos", dice Gloria Inostroza. En esa tarea ayudan los sitios web como The Amazings o The Legacy Project.

Es que los expertos coinciden que con este contacto intergeneracional se benefician todos: los adultos se sienten útiles y los jóvenes van adquiriendo un sentido de valor sobre lo que realmente significa vivir en comunidad, asumir un rol en ella y cómo pueden hacer una diferencia en el mundo que los rodea. "Los jóvenes estaban perdiendo el valor de escuchar. De ser curiosos. De admirarse con la experiencia que dan los años. Cuando uno se acuerda de su propia experiencia con sus referentes dice: 'estos niños no saben de lo que están dejando pasar'. A veces, cuando uno está desesperanzado, se acuerda de una frase, una sola frase de sus mentores, y sale adelante. Una frase de ellos puede ser un bastón donde apoyarse", concluye Gloria Inostroza.

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