Las dos caras de la provocación

<P>El tipo de personalidad y los genes son clave en el umbral de respuesta que exhibimos ante esta clase de controvertidos estímulos que pueden llegar a desafiar desde nuestras creencias, hasta nuestra paciencia. Sin embargo, investigadores señalan que también es una potente herramienta para la creatividad. </P> <P> </P>




LA imagen de una madre en la portada de revista Time amamantando a su hijo de tres años, mientras este permanece de pie en una silla, desató la polémica a comienzos de mayo. "¿Eres suficientemente mamá?", se preguntaba el artículo, que retrataba la tendencia que en ese país aboga por extender la lactancia materna por varios años. Opiniones a favor y en contra encendieron el debate en una sociedad que no está acostumbrada a presenciar una imagen como ésta, pero lo cierto es que la intención era precisamente esa: provocar para instalar el tema acerca del apego en la sociedad estadounidense.

Considerada como una capacidad de orden superior, que fue configurada por la evolución para ayudar al ser humano a conseguir objetivos tan amplios como obtener el amor o desatar una guerra, la provocación es utilizada no sólo para encender debates o hacer perder la paciencia a ese vecino insoportable que nos cae mal. Estudios han demostrado que puede ser una potente herramienta para fomentar el trabajo creativo. ¿La razón? Al ser un estímulo que apunta directamente a los centros que regulan las emociones en el cerebro, tiene la capacidad de captar rápidamente nuestra atención y hacernos reaccionar. Bien lo saben en la industria publicitaria, que lleva años utilizando este recurso en sus campañas, o los políticos que acuden a esta herramienta como un arma para ganar al electorado y derrotar a sus adversarios. Las últimas investigaciones están comprobando, sin embargo, que no todos reaccionamos igual ante una provocación: tanto los genes como el tipo de personalidad resultan clave para determinar la reacción que exhibe una persona cuando la provocan.

El "gen del guerrero"

La teoría evolutiva señala que la provocación nace en los mamíferos como una estrategia más de la defensa contra el peligro y la agresión. Sin embargo, en el ser humano la capacidad de provocar se desarrolla de la mano con las habilidades sociales de la especie, como una herramienta más para relacionarse con los otros y obtener recursos que permitan al individuo sobrevivir. Teoría que ha sido apoyada por recientes experimentos que demuestran que existen genes que predisponen a las personas a reaccionar más que otras ante una provocación.

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Así lo comprobó un reciente estudio de la Universidad Brown, considerado el primero en examinar empíricamente la conducta de personas expuestas a esta clase de estímulo. Los individuos habían recibido instrucciones acerca de que a otro participante desconocido se le había ofrecido la opción de quitarles una suma de dinero que habían ganado y, en respuesta, ellos podían aplicar un castigo a dicha persona, pero tenían que pagar para poder castigarlos.

Los resultados indicaron que quienes presentaban baja actividad en un gen denominado MAOA (que regula la actividad de una enzima encargada de controlar neurotransmisores como la dopamina, noranefrina y serotonina) reportaban mayores niveles de agresión en su respuesta a la provocación. Este gen ha sido apodado el "gen del guerrero", ya que ha comprobado ser menos activo en pueblos con "fama de belicosos". En la población general, sin embargo, sólo un tercio de las personas tiene baja actividad en el gen. Las conclusiones indican que el gen sería determinante en la respuesta a la provocación.

Los rasgos de personalidad

Pero además de los genes, otras investigaciones han comprobado que las características sicológicas de una persona también inciden en su respuesta a la provocación. Un análisis de 63 estudios realizado por científicos de la Universidad de Missouri, Duke y Panhandle State, Estados Unidos, descubrió, por ejemplo, que las características de personalidad juegan un rol clave y explican cómo se ven afectadas las personas al ser provocadas. En estos estudios, las personas con rasgos de agresividad, irritabilidad, enojo, susceptibilidad emocional, narcisismo e impulsividad, mostraron ser más propensas a verse afectadas por las provocaciones, pero los rasgos de irritabilidad y agresividad son determinantes en quienes reaccionan violentamente ante estos estímulos.

En uno de los estudios donde fueron analizadas personas con edades entre 7 y 48 años, se detectaron importantes diferencias. Por ejemplo, aquellos que presentaban tendencia a la irritabilidad mostraban una inclinación mayor a reaccionar con violencia ante cualquier situación que les causara enojo, pero aquellos con sensibilidad emocional, narcisismo e impulsividad, sólo reaccionaban de esta manera cuando se encontraban frente a una provocación directa. Los especialistas señalan que la interacción entre el rasgo de personalidad y el nivel de provocación es clave para identificar a las personas que pueden presentar comportamientos considerados disruptivos para la sociedad.

Provocadores creativos

Pero la provocación también tiene un impacto positivo en la creatividad, según han señalado diversos autores. Ya en el año 1983, el escritor experto en pensamiento creativo Roger Von Oech señalaba en su libro A whack on the side of the head que los pensamientos provocativos o escandalosos permitían engendrar conceptos e ideas más innovadoras en el proceso creativo, debido a que las personas entraban en un estado que les permitía pensar más libremente. En experimentos posteriores realizados con análisis de imágenes del cerebro, el especialista pudo poner a prueba sus teorías analizando cómo operaban estos mecanismos en la mente de las personas.

Tras reunir a profesionales que se declaraban conservadores o liberales en su trabajo y comparar las imágenes cerebrales mientras desarrollaban procesos creativos, pudo comprobar que aquellos más proclives a usar la provocación disminuían la actividad cerebral en la corteza prefrontal, encargada del juicio, lo que les permite pensar más libremente y hacer asociaciones entre piezas de información aparentemente no relacionadas. Y es así que se explican exitosas campañas publicitarias que llegan a causar impacto en la opinión pública, como los anuncios de Benneton u otros avisos publicitarios que tienden a quedar grabados en el inconsciente colectivo durante años.

En el libro Creatividad, Innovación y Calidad, el escritor estadounidense Paul E. Plsek plantea que, pese a que la provocación es definida como una idea "excéntrica", puede llegar a ser un catalizador para ayudar en el origen de las buenas ideas. La razón es que al romper los moldes establecidos, con ideas provocadoras, las personas se ven obligadas a buscar soluciones alternativas.

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