Llega a Chile la dieta genética: el test que nos dice qué debemos comer según nuestro ADN
<P>FIT estudia 200 genes y más de mil mutaciones relacionadas con la nutrición, el metabolismo y el ejercicio en cada persona. </P>
En 2007 un estudio realizado por la Universidad de California comprobó lo que, hasta ese momento, era un secreto a voces: dos tercios de las personas que realizan una dieta vuelven a ganar su peso original al cabo de cuatro años, incluso, terminan con kilos de más. "Los alimentos no son el problema principal en una dieta", dijo en ese entonces Traci Mann, profesor que realizó la investigación en Estados Unidos.
A la misma conclusión llegó Juan (55) cuando se dio cuenta de que la estricta dieta mediterránea que seguía apenas le permitía mantenerse en su peso correcto. No estaba equivocado: la respuesta a su problema estaba en sus genes. Lo comprobó al realizarse un test genético llamado Fit, que debutó en noviembre del año pasado en Estados Unidos, con la promesa de definir a partir del ADN de cada persona una dieta personalizada que se ajustara mejor al funcionamiento de su organismo.
El examen llegó al país en enero y ya se lo han realizado 10 chilenos, mientras que en EE.UU. su éxito ha sido tal, que a pocos meses de su debut, 350 centros médicos en ese país ya lo ofrecen. "Lo acabamos de lanzar al mercado, ya que antes no contábamos con la información genética suficiente para realizar los reportes necesarios", cuenta a La Tercera Jim Woodman, de Pathway Genomics, firma que creó el test.
El examen es simple: a partir de una muestra de saliva, se obtiene el ADN de la persona, dentro del cual se analizan 200 genes y más de mil mutaciones identificadas y vinculadas con problemas nutricionales, de metabolismo (cómo el organismo procesa el azúcar, las grasas y las proteínas), el peso, el ejercicio, el riesgo de salud y factores como la capacidad de sentir saciedad o hambre.
En el ítem nutrición, por ejemplo, el test evalúa 42 genes, entre ellos el POA2. Este trozo del ADN está asociado a la obesidad y a la resistencia a la insulina. Si la persona lo tiene activado, acumula más fácilmente grasa y, por lo tanto, le será muy difícil adelgazar y su dieta tendrá que ser muy estricta respecto de la grasas y los azúcares.
También da cuenta de genes que nos hablan de conductas que están más determinadas por nuestro ADN de lo que pensamos. Por ejemplo, el gen LEPR-RS2025804, que hace que las personas tengan mayor tendencia a "picotear" entre comidas, dato crucial para un nutricionista, ya que las dietas clásicas exigen eliminar esta costumbre. En ese caso, la opción es disminuir las porciones en las comidas principales del día y establecer ciertos alimentos para los picoteos, a sabiendas que esa persona va a comer sí o sí entre comidas.
En el caso de los ejercicios, el test analiza 20 genes vinculados con la mayor o menor capacidad de generar músculos, la resistencia física o, ganar o pierde grasa con tal o cual ejercicio. Por ejemplo, las mujeres que tienen activado el gen LPL-RS328 deben hacer más esfuerzo físico que el promedio para eliminar grasa a través del ejercicio, porque esta mutación hace más complejo perder grasa corporal a través de la quema de calorías.
En cuanto al metabolismo se estudian 120 genes asociados a colestarol, presión arterial y obesidad abdominal, entre otras. Entre ellos destaca una mutación del gen NEGR1-RS2815752, que hace menos susceptible a una persona a tener obesidad abdominal, lo que significa que ese individuo puede tener una dieta no tan restrictiva, ya que cuenta con un gen "protector" que lo beneficia.
Epigenética
"Sin embargo, la parte genética es la mitad de la historia. La otra es la que pone el paciente y su medioambiente" dice Dodds.
Ello, porque la dieta genética se basa en el concepto de la epigenética que ha demostrado cómo nuestras conductas o el medioambiente en que habitamos pueden encender o apagar genes en nuestro organismo. La idea es usar la información detallada que entrega el test para elaborar una dieta y una rutina de ejercicios que permitan apagar los genes que nos predisponen a la obesidad y encender los que benefician nuestra salud.
Por lo mismo, la interpretación de los resultados es clave -según Woodman-, lo que hace que el examen se venda en EE.UU. sólo a centros médicos. "Principalmente lo usamos en pacientes que no pueden perder peso con métodos tradicionales y que tienen un problema con su metabolismo", dice a La Tercera Rodney Soto, médico que trabaja con el test en un centro en el estado de Florida, EE.UU., y que ha visto disminuciones de más de 20 kilos en sus pacientes y "sin el temido efecto rebote".
A la medida
Soto dice que la "dieta la genética" es la manera más efectiva de individualizar un programa nutricional. "Es un manual de cómo funciona el cuerpo". Así lo siente Juan, quien tras tener su test en la mano y analizarlo con una nutricionista, supo que la dieta mediterránea no era lo que más le convenía. Como se sabe, la dieta mediterránea incluye un alto consumo de queso y Juan posee un gen que le dificulta el metabolismo de este alimento, por lo que se le hacía muy complicado bajar de peso. Se sumaba en su caso, que tiene un gen que lo predispone a quemar más calorías que el promedio de las personas a través de ejercicio aeróbico. Pero él solo practicaba pesas. La recomendación para él fue una dieta compuesta en 45% por carbohidratos, 30% por proteínas y 25% por grasas saludables. ¿El resultado? En un mes su estado de salud y ánimo mejoraron notablemente, no se siente "inflado" como antes y ya comenzó a bajar de peso. "Este es un test de nutrigenómica que nos dice cómo reaccionamos a los alimentos y al ejercicio, según nuestro ADN. A diferencia de las dietas tradicionales, nosotros no sólo cortamos el consumo de calorías", dice Catalina Dodds de DNAprevent, firma que trajo el test a Chile.
La empresa, que realiza una reunión con el paciente para analizar los resultados, ahora está en conversaciones con el Centro Nutrición Inteligente para realizar más en profundidad ese trabajo. "Acá en Chile son pocos los médicos y las nutricionistas que tienen la formación necesaria y el interés de trabajar con este tipo de información", dice Andrea Chicurel, del Centro Nutrición Inteligente. "Cada día se entiende mejor cómo las personas funcionan respecto a su medioambiente y cómo podemos manipularlo", agrega.
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