Los costos que implica ser el rey del rally
<P>Como toda disciplina del motorsport, el rally implica costos muy elevados que son necesarios para convertir a un auto de calle en un deportivo competitivo y ganador. </P>
El rally es una de las categorías más apasionantes del automovilismo nacional, pero como toda disciplina del mundo motor, requiere de mucho tiempo, talento y dinero.
Este último punto cobra especial importancia en el rally, ya que los autos que participan deben estar preparados para soportar los peores caminos de tierra, barro y piedras, e incluso saltos espectaculares, como el que habrá mañana en la pista de Laguna Carén, donde se realizará un espectacular Súper Prime con el que el Rally Mobil celebra su 10º aniversario.
Para poder participar en un rally es necesario acondicionar un auto de calle a las especificaciones del reglamento. Esto significa incorporar una serie de elementos de seguridad, como jaula, butacas homologadas, cinturones de seis puntas y extintores, a los que se suman modificaciones que apuntan a mejorar el desempeño del auto en áreas como el motor, caja, suspensión y frenos, y a proteger los elementos más sensibles a los golpes y exigencias de la competición.
Ramón Ibarra, líder del Team Suzuki, señala que los costos de dejar su SX4 de calle apto para competir puede alcanzar los 10 millones de pesos, es decir, el precio del auto nuevo, aunque esta cifra varía según el modelo y el presupuesto.
El motor representa un costo muy alto, si se quiere que ande fuerte y que resista. Entre los cambios destaca una electrónica especial de competición, que maneja más caudal de bencina en distintos regímenes de rpm, y que permite controlar otros parámetros. El costo de una electrónica así es de US$ 5.000 ($ 2,5 millones), su puesta a punto inicial vale otros US$ 1.500, y para la mantención, agrega mil más.
La suspensión también es modificada, para que copie a la perfección, y para que aguante como debe. Normalmente utiliza amortiguadores de doble efecto con depósito de nitrógeno, que sirve para enfriamiento y presión de líquido, con distintos puntos de regulación. Los espirales son más duros y se refuerzan las bandejas y puntos de anclajes, para que puedan soportar las exigencias de la carrera.
Pero los costos de esta disciplina no terminan en el armado del auto, ya que el duro trato que reciben durante los tramos de competencia hacen que las mantenciones se vuelvan más regulares y caras.
El caso del equipo Honda Racing, que compite con el modelo Civic 1.8 de 140 Hp, gastan cerca de $ 800 mil en mantenimiento por fecha, siempre y cuando el auto no sufra un accidente o percance mayor, lo que obviamente dispara los costos.
Buena parte de ello corresponde a la revisión y mantención de la transmisión, lo que incluye desmontaje y montaje de la caja, cambio de sincronizadores y de aceite, un proceso que no se realiza nunca en un auto de calle, a menos que presente una falla. El equipo Hyundai de los hermanos Eduardo y Luz María Aguirre realizan este proceso después de cada fecha.
El mantenimiento de los amortiguadores (sin cambiar piezas) tiene un costo cerano a los $ 200 mil, a lo que se suman otros $ 25 mil en materiales. Además, cada tres carreras, los amortiguadores se cambian por completo y se recargan con nitrógeno. Para hacese una idea, en el mismo auto de calle, no se tocan en al menos 150 mil km.
Otro elemento que sufre mucho castigo en el rally son las pastillas de freno, que utilizan otro material más resistente al normal de calle. Pese a ello, son cambiadas cada dos o tres carreras, dependiendo del recorrido. El kit que usa Honda tiene un valor de 250 mil pesos. En el Civic de calle, las pastillas se reemplazan normalmente a los 60 mil kilómetros, y el juego cuesta $ 63.000.
Tampoco es normal cambiar en un auto de calle los terminales de dirección y las rótulas, pero en el rally se reemplazan fecha a fecha. El promedio de costo de estos respuestos es de $ 25.000, que en la suma es mucho.
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