Los nombres que dejaron de ser populares en Chile

<P>José, Juan, Luis, María, Ana y Rosa fueron los más comunes por 40 años. En 2013, ya no están entre los top ten.</P>




Si usted se llama José es parte del grupo de hombres que tiene el nombre más usado en Chile entre 1970 y 2010. Así lo revela el ranking histórico de los nombres más comunes del Registro Civil, que dice que ese nombre encabeza la lista de los 10 más usados por los chilenos en los últimos 40 años. Le siguen Juan, Luis, Carlos, Jorge, Manuel, Víctor, Francisco, Cristián y Pedro.

Hoy, ninguno se ubica entre los 10 más usados, según datos del Registro Civil a junio de 2013, que muestran que Agustín le quitó el sitial a José. Y Benjamín, Martín, Vicente y Matías, entre otros, forman actualmente la lista de los top ten.

José bajó de los 10 primeros en 2009 y hoy es 14, mientras que Juan salió del top ten en 2003 y hoy es 19. Y Luis, Carlos, Jorge, Manuel, Víctor, Francisco, Cristián y Pedro ya no estaban entre los más populares para el 2000.

Lo mismo se observa en los nombres femeninos. María era el nombre líder entre 1970 y 2010, seguido de Ana, Rosa, Claudia, Patricia, Carolina, Camila, Daniela y Margarita.

Hoy, Sofía es el más usado: 2.400 niñas han sido nombradas así sólo en el primer semestre de este año. Y en 2012 también lideró la lista. Le siguen Emilia, Florencia, Martina, Antonella e Isidora (ver tabla).

María actualmente está en el número 15, y sólo en 2009 salió del top ten. Y Ana y Rosa dejaron de ser una opción: el primero está en el lugar 92 y el segundo ya no figura entre los cien primeros.

Tradición versus TV

Leonardo León, historiador de la U. de Chile, dice que hasta principios de la década de los 70 prevalecía la tradición de que los nombres se escogían según la costumbre católica, de poner el nombre del santo del día de nacimiento. También era muy común bautizar con el nombre de padres o abuelos. "Había concordancia entre el día de cumpleaños y el santo, incluso se celebraba más esto último. El santo era el patrono al que cada persona se encomendaba", dice León. Y si no correspondía al santo, se seguía la influencia cristiana, lo que se refleja en que María y José fueran las opciones predilectas. Pero esas costumbres comienzan a debilitarse desde finales de la década del setenta.

Ya en los 80 el impacto de la TV y la globalización hicieron que las tradiciones se fueran perdiendo y los nombres de los hijos se convirtieran en una moda volátil.

León dice que una de las fuentes de nuevos nombres fueron las teleseries en Chile, tanto por sus personajes como actores, como Patricia (de La Madrastra) o Claudia.

A mediados de los 90, sin embargo, se inició una moda de recurrir a nombres antiguos de la elite, con que las clases medias y altas buscaban darles un sentido de distinción y estatus a sus hijos, establece Camila Mella, socióloga del Programa de Estudios Cuantitativos y Opinión Pública de la Usach.

Nombres de elite

Eso explica por qué Javiera, un nombre tradicional de la clase más alta chilena, se posiciona como el nombre más usado por las niñas en el año 2000, manteniéndose en el top ten hasta 2009. Aparecen nombres como Constanza y Catalina, que lideran 2002 y 2003-2004, respectivamente. Hoy, Javiera ya no se ubica entre los 10 principales (12), lo que se explica por saturación del nombre más que por el cambio de estrategia.

De hecho, entre los top ten de 2013, la mayoría de los nombres siguen esa tendencia: Emilia, Florencia, Martina, Isidora y Agustina, entre otros. Lo mismo en los niños: Agustín, Vicente, Mateo, Martín y Maximiliano se imponen. "Los nombres corresponden a una estrategia de reconocimiento social. En Chile, los nombres (y apellidos) ligados a la elite castellano-vasca son símbolos de estatus social y reflejan, para algunos sectores, que llamarse 'como ellos' implicaría 'ser como ellos'", destaca Mella.

En la última década ese fenómeno se consolidó y generó rápidos cambios. Es así como Sofía, que en el 2000 estaba en el puesto 58 y Florencia en el 62, hoy están en el primer y tercer lugar. O Agustín y Mateo, que hace 13 años estaban ranqueados 79 y 243, respectivamente, y hoy son primero y noveno.

"Los Juan algo, los José algo o Florencia e Isidora eran propios de la elite, y en la medida en que tienes un estado moderno, la clase emergente busca igualarse a la alta y lo hace tomando esos nombres", indica Mella.

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