Monterrey pasó de "ciudad modelo" a centro de guerra entre narcos
<P>En cuatro años, la urbe mexicana pasó de ser un referente en la región a símbolo de la violencia y la droga.</P>
Mario Ramos creyó que era una broma cuando a inicios del año recibió un correo electrónico donde le pedían US$ 15.000 mensuales para seguir operando su negocio de tubería industrial en Monterrey, la ciudad más rica de México y un símbolo de progreso en América Latina. Esa mañana de enero, sentado en su oficina, el empresario borró el correo anónimo como si fuera spam. Seis días después, el teléfono sonó y una voz seca le pidió el dinero. Ramos entró en pánico, colgó y manejó hasta su casa. Era tarde y no sabía qué hacer. Pasada la medianoche, personas armadas y enmascaradas entraron a su empresa, prendieron fuego a uno de los vehículos, hicieron destrozos y en uno de los muros escribieron con pintura negra la letra "Z", la carta de presentación del cartel de droga los Zetas. "Me estaban pidiendo un dinero que yo jamás podría pagar", afirma Ramos ahora en San Antonio, Texas, donde huyó con su familia al día siguiente.
En sólo cuatro años, Monterrey, una ciudad industrial con cuatro millones de habitantes y situada a 230 kilómetros de la frontera con EE.UU., pasó de ser un modelo para economías en desarrollo a un símbolo del caos de la guerra del narcotráfico, sumida en un espiral de asesinatos y crímenes.
Desde que el Presidente de México, Felipe Calderón, lanzó una ofensiva liderada por el Ejército en contra de las organizaciones criminales en 2006, la violencia se multiplicó en Monterrey. La situación empañó la imagen internacional de la ciudad como un lugar de bonanza donde los capitales industriales lograron producir acero, cemento y cerveza en el desierto en menos de un siglo, en lo que sería la versión mexicana de Dallas o Houston.
Pero ahora, Monterrey es el campo de batalla de la guerra entre el cartel del Golfo y los Zetas. En la víspera del Año Nuevo, los sicarios colgaron a una mujer de un puente. También han lanzado cabezas humanas a un jardín infantil y asesinado a policías cuando ayudaban a niños a atravesar la calle. En abril, en dos días seguidos, un récord de 30 personas murieron en tiroteos.
La violencia que azota a la ciudad, sede de varias de las mayores empresas latinoamericanas y donde el ingreso per cápita anual es de US$ 17.000, el doble del promedio nacional, muestra cuan grave se ha vuelto la crisis de seguridad en México. Casi 40.000 personas han muerto en el país desde diciembre de 2006 y, en Monterrey, la violencia ha escalado a niveles que ponen en duda la capacidad del gobierno para mantener el orden y asegurar la viabilidad de una región que es el corazón de la ambición de México de convertirse en una economía líder.
"Si no podemos resolver este problema en Monterrey, con todos los recursos y la gente que tenemos, qué pasará para el resto de México", aseguró Javier Astaburuaga, director de finanzas de la gigante de bebidas latinoamericana Femsa. Con tanto dinero en juego en Monterrey, muchos dicen que para las autoridades es impensable fracasar.
Pero la realidad del día a día es una violencia fuera de control. En lo que va del año, más de 600 personas han muerto en asesinatos vinculados al narcotráfico en Monterrey y sus alrededores, una fuerte alza comparando los 620 casos registrados en todo 2010. Entre los muertos están alcaldes y un número indeterminado de inocentes.
Además, desde 2007, más de 1.000 personas han desaparecido en el estado de Nuevo León, cuya capital es Monterrey, siendo reclutadas por la fuerza por los carteles del Golfo y de los Zetas. Human Rights Watch ha documentado más de una docena de desapariciones en el mismo lapso y sostiene que fueron a manos de soldados, marinos y policías que trabajan para los carteles.
Los grupos de narcos no buscan sólo las rutas para traficar droga a EEUU, sino también controlar a Monterrey como un sitio donde vivir, lavar dinero y extorsionar a las empresas. "Monterrey es un punto estratégico para el narcotráfico. Es un territorio muy lucrativo", dice un funcionario norteamericano de la oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos en Ciudad de México.
Comenta
Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.