Morón y Vargas, los arqueros que cambiaron la forma de atajar en Chile
<P>Daniel Morón cumple 25 años en Chile; Sergio Vargas dos décadas. Ambos llegaron para ocupar los arcos de Colo Colo y la "U". </P>
Hasta 1987, cuando vino de Unión de Santa Fe a Colo Colo, Daniel Morón era un arquero de nivel medio en Argentina. Había luchado desde abajo, primero en Andes Talleres de Mendoza y, después, en Atlético Ledesma de Jujuy, para recalar en los Tatengues. Sergio Vargas también bregó. A los 13 años abandonó Chacabuco, su pueblo, para irse a las inferiores de Independiente. Vivió en la pensión del club de Avellaneda, mientras era formado por Miguel Angel Santoro, uno de los grandes del arco argentino. En los "Rojos" fue campeón, lidió con el peso de la figura de Luis Islas, pasó por Emelec, hasta que en 1992 fichó en Universidad de Chile.
El "Loro" y "Superman" vinieron y se quedaron en el recuerdo de hinchas albos y azules. Ganaron títulos, tuvieron jornadas épicas y de las otras, pero, por sobre todo, modificaron para siempre la manera en que se jugó al arco en Chile. Claudio Bravo, Johnny Herrera, Miguel Pinto, Eduardo Lobos, Felipe Núñez, Luis Marín, Nicolás Peric, por mencionar a los principales porteros de nuestro medio, atajan muy distinto a como lo hacían sus antecesores en los 70 y 80. Si hoy achican, esperan al delantero, sacan rasante con el pie, buscando el pecho o el espacio para el contragolpe, se mueven cerca del punto penal y vuelan poco es porque hallaron un espejo en Morón y Vargas.
Es jueves en Santiago, mediodía en Ñuñoa y un café entibia la jornada otoñal. Carlos Caszely, el máximo ídolo colocolino, se ubica unas mesas antes en su "oficina" del Tavelli Manuel Montt. El diálogo se inicia cargado de recuerdos. Los dos coinciden en algo: "Tuvimos la posibilidad de imitar al 'Loco' Gatti (Hugo) y ver al 'Pato' (Ubaldo) Fillol". No es poco. Las dos referencias del arco transandino desde Amadeo Carrizo marcaron un estilo.
"El 'Loco' era mi ídolo, lo miraba y quería hacer lo que él hacía en el arco. Anticipaba, intuía, iba un minuto antes, todo lo hacía fácil en un puesto difícil, jugaba con los pies, gambeteaba", dice Morón.
Vargas agrega: "Tuve la suerte de tener a Santoro en mi formación, pero al igual que Daniel, mi ídolo era el 'Loco'. Además que soy fanático de Boca. También me gustaba Fillol, que es el estilo opuesto a Gatti. El 'Pato' es, lejos, el más grande debajo del arco".
En ese último punto, Morón coincide: "La velocidad, rapidez y potencia de piernas de Fillol no las vi nunca en otro arquero. Volaba increíble y sus reacciones eran extraordinarias. El efecto imitación fue clave para nosotros y toda la generación de arqueros que salió en Argentina. Todos, por ejemplo, hacíamos la 'De Dios' (poner una rodilla en el piso y esperar de frente el remate del adversario)".
¿Se dieron cuenta que modificaron el estilo de los porteros en Chile?
Vargas: "Cuando llegué, Daniel era el número uno. Había buenos arqueros, como Marco Cornez, 'Pato' Toledo, atajadores, seguros de manos, pero de otra cuerda. Quizás ellos no tuvieron la suerte nuestra de tener una escuela como la rioplatense que venía de Amadeo Carrizo, donde ya trabajábamos con especialistas ".
Morón: "En ese momento había una forma más tradicional, porque nosotros salíamos del arco, intentábamos ser un jugador más. No sé si hicimos un cambio, porque los cabros que juegan ahora tuvieron una formación distinta. Ellos crecieron con entrenadores especializados en el puesto, algo que no tuvimos, pero seguro que también actuó el efecto imitación".
Vargas: "Ver al de Primera siempre es fundamental. Yo terminaba de entrenar y corría para ir a mirar a Goyén (Carlos, uruguayo, para muchos el mejor cortador de centros del fútbol sudamericano). Uno va mirando y comienza a practicar, hasta que te sale".
Morón: "Y también eliges la que te va saliendo mejor. Por ejemplo, el achique, pero eso es trabajo. ¿Sabes cuántos pelotazos me comí para poder hacerla? Me quedaba horas, pero me encantaba, como el juego aéreo. Siempre me gustó salir, ir a buscarla. Siempre creía que era mejor arriesgar a que me hicieran goles por conservador. Claudio Bravo es de este estilo, de los que arriesgan".
Vargas: "Eso que dice Daniel es verdad. Me identificaba con ese estilo. El achique es un arma del arquero, sobre todo en los equipos grandes, donde te llegan poco, y cuando llegan lo hacen de contra y mano a mano. Al delantero hay que decirle 'encárame', aguantarlo, llevarlo hacia afuera, obligarlo a pensar, que dude. Cuando vine, me fijé que los arqueros eran mucho de ir al piso y si uno se apura o se la juega, el delantero te la pica. También me llamó la atención que el saque con el pie era antiguo, alto y a dividir. Después se empezó a ocupar uno plano y rasante. La idea era que fuera al pecho del delantero que recibe de espalda; la otra forma es para iniciar el contragolpe pegándole al espacio".
Morón: "Al principio cuesta, pero el entrenamiento lo mejora. Cuando llegué a Unión de Santa Fe estaban Carlitos Trucco -arquero de Bolivia en Estados Unidos 94- y el 'Loco' Ferrari (Rubén Enrique). Te la ponían en el pecho, donde querían, la pelota salía justa. Yo sacaba y la mandaba a la tribuna, pero trabajando vas corrigiendo, hasta ponerla en cualquier lado".
Vargas: "Claro, porque el mejoramiento de la técnica es infinito. Yo debo haber mandado 200 pelotas a las vías del tren que pasan por la cancha de Independiente y Santoro me decía 'fíjate en Gatti, fíjate en Gatti".
La llegada al país
Ambos coincidieron con Arturo Salah. El técnico los trajo a Colo Colo y la "U", respectivamente. Morón recuerda ese momento: "El jefe es un grande. Me adapté con facilidad. Y él fue muy claro. Me dijo el titular es Marcelo Ramírez, un muchacho del club que esperó su oportunidad. Usted tendrá su opción. Clarito. Entrené como nunca. En la mañana en el Monumental y en la tarde, como vivía en Padre Mariano, salía a correr por la Costanera. Estaba afilado. Debuté contra San Luis en Quillota y ganamos. A la semana siguiente venía el clásico con Universidad de Chile. El 'Chano' Garrido y el 'Bocón' Ormeño me molestaban, 'a ver cómo andas con 70 mil personas, ahí te queremos ver'. Me acuerdo que viene un córner y salgo hasta casi el punto penal y la agarro bien arriba. Y escucho atrás el rugido de la hinchada. Ahí pensé: 'del arco de Colo Colo no salgo más'".
"Superman" complementa: "Es que uno viene con otra formación; acá no sientes la presión, es otro entorno. A mí, medio en broma, medio en serio, me cargaban con que no quería ir a jugar a Calama por la presión. Y yo me reía, si había ido a la cancha de Boca, de River, de Racing, que son seguras, pero también tuve que ir a la de Chacarita, y eso no es joda. Yo debuté en un clásico con Colo Colo, 3-3. Pero me quería morir, porque en un partido de la Copa Viña me comí un gol".
El estudio del rival es un factor clave, algo difícil de hacer dos décadas atrás. Morón dice que "hoy el jugador no busca información, porque la tiene a mano, los cuerpo técnicos se la entregan. Nosotros, con pocos recursos, sabíamos todo de los delanteros que enfrentábamos. Veíamos el Zoom Deportivo, los goles en las noticias y preguntábamos".
Vargas agrega que "yo veía Futgol, Show de Goles, daban más imágenes y podía estudiar a los rivales, me jugaba el partido antes. Me acuerdo que cuando llegué, el 'Koke' Contreras me vacunó de tiro libre. Le puse mucha gente en la barrera y él me la colgó. Después le saqué hombres y me puse en el medio del arco. La información la teníamos, sabíamos cómo trabajaban la pelota parada todos los equipos".
Pasaron dos horas. Con la pasión intacta, José Daniel Morón y Sergio Bernabé Vargas.
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