Muere jefe de gabinete de Nixon durante Watergate
<P>Alexander Haig, un general de cuatro estrellas, falleció ayer a los 85 años. Trabajó con Nixon y Ford en la Casa Blanca, y más tarde fue secretario de Estado de Ronald Reagan.</P>
Pocos militares norteamericanos han tenido una carrera tan política como la de Alexander Haig, fallecido ayer a los 85 años y homenajeado por el Presidente Barack Obama como un ejemplo "de lo mejor de nuestra tradición de guerreros diplomáticos, de quienes dedican sus vidas al servicio público".
Haig fue oficial en las guerras de Corea y Vietnam, trabajó en el Pentágono a las órdenes del secretario de Defensa Robert McNamara y pasó de coronel a general de cuatro estrellas entre 1969 y 1974, cuando asumió como Comandante Supremo de las fuerzas aliadas de la OTAN, un ascenso de rapidez sin precedentes, según The New York Times.
Pero fue su rol en la Casa Blanca de Richard Nixon, como jefe de gabinete durante el escándalo de Watergate, lo que lo convirtió en una figura pública reconocida. El entonces secretario de Estado, Henry Kissinger, de quien Haig había sido la mano derecha cuando éste era jefe de Consejo de Seguridad Nacional, escribiría más tarde en sus memorias que "con su férrea voluntad, dedicación y disciplina, (Haig) mantuvo unido al gobierno".
Pese a ello, durante años fue uno de los sospechosos de ser el informante conocido como "Garganta Profunda", la fuente anónima que fue crucial en el trabajo de los periodistas de The Washington Post que destaparon el escándalo. Así lo aseguró John Dean, ex asesor de Nixon, en su libro El Honor Perdido, publicado en 1982, quien argumentó que sólo Haig tenía acceso al tipo de información que reveló el Washington Post, por ejemplo, la eliminación de varias grabaciones que inculpaban al Presidente (en 2005 el ex agente del FBI Mark Felt finalmente admitió que él había sido la fuente).
Después de Nixon
Tras dejar la Casa Blanca en 1974, Haig estuvo en la OTAN hasta 1979, cuando se retiró del Ejército. Un año después, no prosperó un intento de convertirlo en candidato presidencial en la elección que finalmente ganó Ronald Reagan. En 1981, el propio Reagan nombró a Haig secretario de Estado, cargo que mantuvo por 17 meses, marcados por la lucha encubierta contra las guerrillas izquierdistas en Centroamérica, las tensiones con la Unión Soviética y un polémico episodio comunicacional (ver recuadro). Una de sus misiones fue el fallido intento por evitar la Guerra de las Malvinas luego de que Argentina invadiera esas islas en abril de 1982.
En 1988 Haig compitió sin éxito por la candidatura presidencial republicana; posteriormente trabajó en el sector privado y tuvo apariciones como analista político y militar en Fox News.
Comenta
Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.