Obispo Arteaga renuncia a cargo de vice gran canciller de la UC
<P>La decisión fue anunciada por el arzobispo de Santiago, Ricardo Ezzati. Religioso fue cuestionado por la Feuc por apoyo a Karadima.</P>
"El arzobispo de Santiago, monseñor Ricardo Ezzati, ha acogido la permanente decisión de monseñor Andrés Arteaga Manieu de dejarlo en libertad de acción en relación al cargo de vice gran canciller de la Pontificia Universidad Católica de Chile".
Esta declaración, enviada ayer pasadas las 16.00 por el Arzobispado de Santiago, dio cuenta de la decisión del arzobispo Ezzati de aceptar la renuncia de Arteaga a su puesto en la UC. El religioso había sido cuestionado por la Federación de Estudiantes de la UC (Feuc), por su apoyo público a Fernando Karadima, luego de que se hiciera público que éste era investigado por la Iglesia por denuncias de abusos sexuales a ex feligreses. En abril pasado, durante una misa en la iglesia El Bosque, Arteaga aseguró que Karadima "tiene toda mi confianza".
Según el texto enviado por el Arzobispado, Ezzati no nombrará por ahora un sucesor en la UC, ya que, como arzobispo de Santiago, "le corresponde en plenitud el cargo de gran canciller", por lo que asumirá ambos roles.
Difícil situación
El apoyo de Arteaga a Karadima también complicó su cargo como director de la Unión Sacerdotal, al que renunció tras el alejamiento de un grupo de sacerdotes que decidió marginarse y que afirmó que, a su juicio, las denuncias contra Karadima eran "verosímiles". En su reemplazo, el entonces arzobispo Francisco Javier Errázuriz nombró una nueva directiva.
Uno de los denunciantes de Karadima, José Andrés Murillo, aseguró que el obispo Arteaga no hizo caso a sus denuncias y que "sólo me recomendó que fuera al sicólogo, que todo era un malentendido mío, que no siguiera diciendo esas cosas de Karadima, pues ellos tenían muy buenos abogados".
El 23 de febrero, Arteaga divulgó una declaración, en la que adhirió en forma "completa y filial" al fallo del Vaticano contra Karadima. En el texto, no usó la expresión "víctimas", sino la de "afectados". La declaración fue preparada en la Universidad Católica y, según fuentes consultadas, con reticencias por parte de Arteaga.
El anuncio de Ezzati fue sorpresivo. Durante la mañana de ayer, al ser consultado sobre la situación del obispo auxiliar, aseguró que la decisión aún no estaba tomada y que "en este momento, él (Arteaga) goza de toda mi confianza". Añadió que quería "expresarle a él aquí, públicamente, mi voto de confianza en su persona y en su vida de ministerio".
Fuentes eclesiásticas indicaron ayer que monseñor Ezzati tomó una decisión respecto del tema el domingo pasado.
Arteaga permaneció ayer todo el día en la parroquia Santa Marta, donde reside.
Carta de rector UC
Poco antes de que el Arzobispado de Santiago enviara su declaración, el rector de la UC, Ignacio Sánchez, remitió una carta a los decanos y a la comunidad universitaria.
En la misiva, Sánchez explicaba la decisión del arzobispo, argumentando que se había adoptado "para evitar que la reciente campaña de desprestigio pueda empañar la destacada y exitosa labor que ha desarrollado monseñor Arteaga dentro de la UC, y como una nueva demostración de su absoluta fidelidad a la Santa Sede y al bien de la universidad".
A través de esa carta, los miembros de la Feuc se enteraron de la salida de Arteaga. La noticia fue bien recibida por los dirigentes: "Es lo más sano para la universidad", dijo el presidente de la instancia, Giorgio Jackson.
La Feuc envió el 23 de febrero una carta a Ezzati, en la que le pedían "reconsiderar" la permanencia del vice gran canciller en el cargo. Luego, los dirigentes se reunieron con Arteaga en la parroquia Santa Marta, donde éste reside. También se reunieron con Ezzati y Sánchez para dialogar sobre el tema.
Según explicó a este medio el presidente de la Feuc, Giorgio Jackson, durante la reunión que ellos le solicitaron a Arteaga, "le expresamos nuestra preocupación por cómo incidiría (su postura en el caso Karadima) en la confianza de los estudiantes en el cargo de vice gran canciller. Preocupación que él hizo suya y valoró que hubiéramos ido".
La semana pasada, el clero de Santiago mantuvo un retiro espiritual en Punta de Tralca, donde participaron el arzobispo Arteaga y alrededor de 15 miembros de la Unión Sacerdotal. Según diversas fuentes, el caso Karadima marcó el inicio de la actividad.
La investigación de la Iglesia chilena a Karadima duró siete años. En 2003, el entonces arzobispo de Santiago, Francisco Javier Errázuriz, recibió las primeras denuncias, y la investigación se remitió en 2010 al Vaticano para que éste emitiera su decisión.
Según señaló el cardenal Errázuriz en una reciente entrevista con la revista Qué Pasa, en un principio él no creyó que las acusaciones fueran "fidedignas". Aseguró que su incredulidad frente a las acusaciones se debió a su confianza en el criterio de un tercero. "Cometí una equivocación: pedí y sobrevaloré el parecer de una persona muy cercana al acusado y al acusador. Mientras el promotor de justicia pensaba que era verosímil la acusación, esta otra persona afirmaba justamente lo contrario", señaló.
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