Pena de muerte, el documental que revive el caso de los "Sicópatas de Viña"

<P>Ganadora del Festival de Viña del Mar, la cinta de Tevo Díaz muestra las teorías que no fueron probadas.</P>




Le llamaba "El quemado". En 1980, cuando Tevo Díaz tenía 9 años, un misterioso hombre con su cuerpo desfigurado entraba al jardín de su casa para tomar agua. Intimidado por su aspecto, les decía a sus padres e incluso a los carabineros de una cercana comisaría de Viña del Mar, pero nadie más lo veía. No había caso, parecía una fantasía infantil.

Hasta que un día su abuela pudo ver a "El quemado". Llamaron a Carabineros, pero el hombre alcanzó a escapar. Veinticinco años después, cuando Tevo Díaz comenzó a preparar Pena de muerte, un documental sobre los "Sicópatas de Viña", recuperó esta historia porque tenía un añadido crucial: sus recuerdos hacían que uno de los carabineros de la comisaría fuera Jorge Sagredo, uno de inculpados por el caso y que murió fusilado en enero de 1985, sentenciado por diez asesinatos y cuatro violaciones (ver recuadro). En efecto, tanto Sagredo como el otro ajusticiado, Carlos Topp Collins, trabajaban en ese retén y los datos reales comenzaron a mezclarse con los recuerdos borrosos.

"Era amigo de ellos, y estoy seguro que vi a Sagredo varias veces, esa era mi fantasía. Yo tenía un loro y andaba en bicicleta, y los carabineros me invitaban a tomar bebidas. Por todo eso, cuando vi su imagen en los diarios, como que la reconocí, y eso aún me aterra", dice.

Con estas experiencias, Díaz -autor del documental Señales de ruta y director de fotografía en Baby shower y La pasión de Michelangelo- investigó el caso, contactó a los involucrados en la antigua pesquisa (el inspector jefe, el neurosiquiatra que elaboró un perfil de los acusados, abogados, víctimas y parientes), y construyó un relato donde la recreación, archivos, animaciones, licencias experimentales, testimonios y música muy incidental, reviven uno de los casos más sórdidos de la historia policial chilena.

Pena de muerte ganó recientemente la Competencia Latinoamericana del Festival de Cine de Viña del Mar. Fue una forma de revivir el caso que, desde su origen, siempre causó controversia. Es ya un mito urbano afirmar que los culpables de los diez crímenes no actuaron solos. Hubo muchos sospechosos, de la CNI al empresario Luis Gubler, detenido por seís días y liberado por falta de méritos. Explica el director: "Lo más fascinante de esta historia, es que no hay certeza de nada, es un entramado de mitos y rumores. Se dice que no se sabe quiénes son los verdaderos culpables, la película es abierta en ese sentido".

Pena de muerte recrea un clima de miedo e incertidumbre en torno a la fría exposición de los hechos. "Había un ambiente de sicosis generalizada, era algo enervante", dice uno de los entrevistados. La cinta recoge todas las teorías, aunque da pistas del mayor rumor de todos: la existencia de un "Club del crimen" que habría ideado los asesinatos y enturbiado la investigación. "Que nunca después se haya investigado es que a lo mejor había algo más", remata el director.

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