Power Jump, la nueva forma de ejercitarse que se impone con rutinas sobre un trampolín
<P>Disciplina se masifica debido a su bajo impacto en articulaciones y sus múltiples beneficios.</P>
¡Luz, música y a saltar! Así se inicia una clase de Power Jump, una nueva forma de realizar ejercicios utiliza un trampolín como elemento central y que ya ha sido integrada por varios gimnasios y que cada día suma nuevos adeptos.
La disciplina surgió hace 12 años en Brasil como una fórmula de rehabilitación, dado el mínimo impacto sobre las articulaciones que tienen los ejercicios sobre el trampolín, que amortigua los saltos y ejercicios.
Pero al poco tiempo, de una rutina kinesiológica, pasó a una disciplina deportiva, en la que quienes la practican deben básicamente saltar constantemente en la hora que dura una clase promedio.
La disciplina llegó al país hace algunos años de la mano del programa de fitness Bodysystems, dueño de la licencia y quien creó la primera generación de entrenadores de esta disciplina. Sin embargo, sólo en el último año la disciplina ha tenido un explosivo aumento, debido a los excelentes beneficios que genera, ya que aumenta la capacidad aeróbica y la fuerza muscular en glúteos, piernas y abdomen.
Además se queman entre 500 y 700 calorías por clase, e incluso activa el drenaje linfático en el cuerpo, permitiendo reducir la celulitis.
Daniel Gutiérrez, entrenador de Power Jump del gimnasio Bardi, explica que a diferencia de la trotadora o las clases de body combat y step, el Power Jump reduce hasta un 80% el impacto, razón por la cual "es el tipo de ejercicio perfecto para quienes sufren de dolores en las articulaciones, porque pueden hacer esta actividad sin ningún problema".
Coordinación
Las clases de Power Jump se desarrollan sobre un minitrampolín, en que se realizan coreografías en que se eleva y desciende la intensidad del ejercicio al ritmo de música electrónica. Es por eso que la coordinación y el equilibrio se convierten en una condición necesaria para practicar esta nueva disciplina.
Quizás por eso es que la mayoría de los que realizan Power Jump son mujeres. Sin embargo, los hombres tampoco se quedan atrás, pues cada día llegan más para unirse a las clases. Andrés Chadid es uno. Estudiante de ingeniería comercial, practica Power Jump hace un año, pero asegura que no fue nada fácil. "Al principio me descoordinaba mucho y me sentía ridículo. Después de la tercera clase le agarré el gusto y hoy es una de mis clases favoritas", asegura.
Según Ian Brown, instructor de Power Jump del gimnasio Cuerpomente de Viña del Mar y Reñaca, esta situación es bastante normal, pues la mayoría de las personas tienen temor de caerse y eso no les permite captar la secuencia de movimientos correctamente. Es por eso que este profesor de Educación Física asegura que la confianza y seguir correctamente las instrucciones son las claves para hacer una clase de Power Jump efectiva y sin riesgos. "Se deben mantener los pies en el centro del trampolín y presionar con la fuerza del cuerpo hacia abajo con los glúteos y los abdominales contraídos mientras se realizan las coreografias", dice Brown.
Soledad González es una principiante en esta disciplina. Lleva practicando Power Jump cinco meses, pero siguiendo precisamente esas precisas instrucciones ya puede dar fe de sus buenos resultados.
"Antes pesaba 63 kilos y ahora 58. La verdad es que uno cree que es fácil, pero cansa demasiado, porque requieres de mucha fuerza y resistencia en las piernas para saltar durante una hora", dice.
Sin embargo, a pesar del esfuerzo y el cansancio, la experiencia de realizar ejercicios sobre un trampolín encanta.
"Saltar así te recuerda tu infancia, porque saltas como un niño. Te cansas pasándolo bien y eso te da más energía", sostiene Chadid.
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