Primavera silenciosa: a 50 años del libro que inició el movimiento ambientalista

<P>Rachel Carson, bióloga marina de EE.UU., publicó en 1962 su obra como una forma de alertar sobre los peligros del pesticida DDT. El volumen es considerado como el primer análisis científico sobre cómo la acción humana puede perjudicar la ecología del planeta.</P>




EN PLENO corazón de Estados Unidos había un pueblo donde toda la vida subsistía en completa armonía con el paisaje que la rodeaba. La comunidad yacía en una zona repleta de granjas y viñedos, rodeada por colinas donde robles y pinos servían de refugio a todo tipo de animales. Pero poco a poco se infiltró un mal silencioso y letal que mató peces, aves, manzanos y niños, hasta silenciar todo vestigio de flora, fauna y, por supuesto, humanos.

Este perturbador cuento es el que da inicio a Una fábula para el mañana, el capítulo más famoso de Silent Spring (Primavera silenciosa), libro que en septiembre cumple 50 años y que es considerado como el precursor del movimiento ambientalista. Aunque el pueblo es ficticio, la amenaza a la que se refería la autora Rachel Carson -naturalista y bióloga marina- era muy real: era el DDT, el más poderoso pesticida jamás creado y que saltó a la fama en la II Guerra Mundial como método de eliminación de los mosquitos causantes de la malaria en el Pacífico Sur.

El compuesto fue desarrollado en 1939 por el químico suizo Paul Herman Müller, quien en 1948 ganó el Premio Nobel de Medicina por este insecticida que también demostró ser eficiente contra los agentes causantes del tifus y la pediculosis, además de ser un muy buen protector de cultivos. Sin embargo, la meticulosa investigación realizada entre 1958 y 1962 por Carson reveló una faceta mucho más oscura del DDT, una que lo mostraba como un agente que causaba cáncer y daños genéticos en humanos, además de contaminar el agua y matar al ganado y numerosas especies salvajes.

Hasta la edición de Silent Spring en 1962, la conservación nunca había despertado mucho interés. Pero las amenazas descritas por Carson eran demasiado terroríficas para ser ignoradas y por primera vez la necesidad de regular la industria para proteger la ecología se volvió ampliamente aceptada.

"Fue el primer análisis científico profundo sobre las consecuencias imprevistas de la actividad humana en el ambiente y en la propia gente; en este caso, la producción y uso indiscriminado de químicos industriales que creíamos milagrosos", dice a La Tercera Christina Swanson, bióloga y directora del centro de ciencia del Consejo de Defensa de Recursos Naturales de EE.UU. (NRDC). Por esta razón, agrega a La Tercera Linda Lear, historiadora y autora de la biografía Rachel Carson: testigo de la naturaleza, la escritora fue pionera de un movimiento que colocó énfasis en la necesidad de resguardar el ambiente de la polución humana.

"El libro instó a la generación posguerra a pensar en el impacto que podrían tener la ciencia y la tecnología en la vida del planeta si no se tomaban precauciones. Generó la voluntad para la aparición del movimiento ambientalista y, ciertamente, influyó en la legislación que surgió una década después", afirma Lear. Precisamente, debido al impacto del libro, el gobierno de John F. Kennedy inició una investigación que llevó a la prohibición del DDT en 1972. En Chile, su uso fue eliminado recién 13 años después, en 1985.

Una investigación prolongada

El interés de Carson en el DDT surgió en 1945, cuando el compuesto se volvió disponible para su uso civil y muy poca gente dudaba de sus beneficios. Uno de ellos fue el naturalista Edwin Way Teale, quien advirtió que un insecticida "tan indiscriminado como el DDT puede alterar la economía de la naturaleza tanto como una revolución afecta la economía social. El 90% de los insectos son beneficiosos y si son aniquilados, las cosas se salen de control inmediatamente".

Esto llamó la atención de Carson, quien trabajaba en el Servicio de Pesca y Vida Salvaje de EE.UU. y había oído de pruebas en cultivos hechas por el gobierno (su uso era alentado por el Departamento de Salud Pública y la industria química, lo que llevó a que la producción pasara de seis millones de toneladas en 1945 a 272 millones en 1955).

Carson, que había publicado varios libros de vida salvaje, propuso a Reader's Digest escribir un artículo sobre tests de DDT que se hacían cerca de su casa en Maryland. La publicación rechazó la idea y la escritora la archivó hasta 1958, cuando recibió una carta de un amigo de Massachusetts que denunciaba la muerte masiva de aves causada por el uso de DDT en cultivos.

La misiva convenció a la escritora -que a esas alturas ya era autora de best sellers- de alertar al público: "Mientras más aprendía de estos compuestos, más me horrorizaba. Lo que descubrí fue que todo lo que más me importaba como naturalista estaba siendo amenazado", señaló en ese entonces a revista Time.

Su recopilación de antecedentes científicos tardó cuatro años y fue meticulosa, ya que esperaba que la reacción de la industria química fuera agresiva. Por eso, el libro incluye 55 páginas de notas y una lista de expertos que habían leído el manuscrito y lo habían aprobado. El texto describe cómo el DDT entra a la cadena alimentaria, acumulándose en el tejido graso de animales y humanos, causando cáncer y daño al ADN. También relata cómo un rocío en un cultivo puede matar insectos sin contemplación por meses y sigue siendo tóxico para el ambiente aún tras la acción de la lluvia.

Swanson agrega que uno de los secretos del éxito de Carson fue el uso de ejemplos específicos "de la relación entre la polución química y el desarrollo, crecimiento y supervivencia de animales, aves y personas; era un relato extremadamente precautorio y un llamado a la acción". Por ejemplo, al explicar cómo el pesticida mataba muchas otras especies diferentes a su objetivo primario, menciona que las poblaciones de salmón en el río Northwest Miramichi cayeron dramáticamente luego que el DDT -usado para eliminar un gusano que atacaba los bosques de bálsamo- arrasara con los insectos acuáticos que alimentaban al pez.

En los humanos, la escritora describió el daño genético que provoca el DDT al interior de las células y que eleva el riesgo de cáncer de mama y páncreas, además de alterar el normal desarrollo del embarazo. "Por primera vez en la historia, cada humano está sometido al contacto de químicos peligrosos desde que es concebido hasta su muerte", escribe Carson, décadas antes de que un estudio de 2005 detectara 287 químicos industriales en la sangre del cordón umbilical de la mayoría de los recién nacidos en EE.UU.

Las industrias se mostraron indignadas por el libro e incluso una publicó 5.000 copias de un folleto que lo parodiaba y afirmaba que sin los pesticidas químicos el mundo enfrentaría una hambruna inminente. Aun así la reacción ciudadana fue inmediata y varias comunidades de EE.UU. votaron para cancelar el rocío con DDT, mientras miles de cartas de protesta que llegaron al Departamento de Agricultura de EE.UU. instaron la investigación gubernamental. Hoy el DDT y otros químicos descritos en el libro están restringidos o prohibidos en el mundo gracias a la Convención de Estocolmo firmada en 2001.

El legado de Carson, quien murió en 1964 debido a un cáncer de mama, persiste: en 2008 la revista Discover eligió a Silent Spring (disponible en Amazon.com) como uno de los 25 libros de divulgación científica más importantes de la historia. Incluso, el ex vicepresidente de EE.UU. y ambientalista Al Gore considera a Carson como una de sus grandes inspiraciones. Diane Bailey, investigadora del NRDC, recalca a La Tercera que la investigadora "no quería centrar la atención en ella, sino en la caja de Pandora ambiental que se estaba abriendo durante su época".

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