Putin alienta patriotismo a 70 años del triunfo soviético en Stalingrado

<P>El presidente ruso dijo que la victoria en esa ciudad es un "símbolo de la unidad e invencibilidad de nuestro país".</P>




Fiel al estilo que ha cultivado en los últimos años, de destacar y enarbolar los éxitos y la grandeza del pasado soviético e impulsar el renacimiento del patriotismo ruso, el Presidente Vladimir Putin encabezó ayer los actos por el 70 aniversario de la victoria de las tropas soviéticas en la batalla de Stalingrado. Así, aseguró que se trata de uno de los mayores ejemplos mundiales de heroísmo. "Estamos orgullosos. Rusia está orgullosa de los defensores de Stalingrado", dijo Putin en Volgogrado, que durante el día de las conmemoraciones recuperó su antiguo nombre, Stalingrado.

"El valor y el heroísmo de los defensores son únicos e inauditos", afirmó el mandatario durante la ceremonia de conmemoración, en la que se recordó a los cientos de miles de víctimas de la sangrienta batalla contra el Ejército alemán que, en opinión de la mayoría de los historiadores, marcó el punto de inflexión en el curso de la Segunda Guerra Mundial en Europa.

Junto a veteranos de la guerra, Putin depositó, además, flores en el Salón de la Gloria Militar. También visitó el famoso monumento sobre una colina coronado por una estatua de 87 metros de una mujer con espada en ristre en representación de la Madre Patria. "Stalingrado será siempre un símbolo de la unidad e invencibilidad de nuestro país, un símbolo del verdadero patriotismo, un símbolo de la mayor victoria de los soldados soviéticos", resaltó Putin, que también iba a celebrar una recepción para 300 veteranos e invitados de honor en Moscú. "Mientras seamos fieles a Rusia, a nuestra lengua, a nuestra cultura, a las raíces y a la memoria nacional, Rusia será invencible", dijo Putin, en uno de los pasajes de su discurso, en un concierto conmemorativo.

Ayer, en las calles de la ciudad se pudo ver un antiguo tanque T-34 avanzar hacia el centro de la ciudad rusa y soldados vestidos con uniformes de la Segunda Guerra Mundial marcharon solemnemente.

La ciudad, a 900 kilómetros al sur de Moscú, padeció seis meses de intensos combates, que comenzaron con ataques aéreos masivos, cuando las fuerzas alemanas trataron de penetrar en la Unión Soviética y llegar hasta los yacimientos petrolíferos del Cáucaso. Se cree que por lo bajo 1.200.000 personas murieron durante los combates, que concluyeron el 2 de febrero de 1943. Otros estiman esa cifra en más de tres millones.

Una de las casas se convirtió en un símbolo particularmente resonante. El edificio de departamentos de cuatro pisos llegó a conocerse como la Casa Pavlov, por el sargento cuyo pelotón infligió fuertes daños a las tropas y tanques alemanes en una resistencia que se prolongó por dos meses, incluso mientras todavía había civiles en el edificio. Una mujer nacida en la casa dos meses antes del sitio, Zinaida Andreeva, dijo a la agencia noticiosa Interfax ayer que "para mí, el 2 de febrero es como un cumpleaños. Es un día especial, en el que confluyen lágrimas y alegrías".

La ciudad fue rebautizada Volgogrado en 1961, como parte de la campaña de Nikita Kruschev por borrar el culto a la personalidad del dictador soviético Josef Stalin. Pero el nombre Stalingrado quedó asociado de manera indeleble con la batalla que se convirtió en uno de los logros militares rusos más elogiados. Esa vinculación es tan firme que el concejo municipal aprobó esta semana una resolución bajo la cual usará el nombre de Stalingrado en las comunicaciones oficiales en el día de conmemoración del fin de la batalla, como también en otros cinco días que recuerdan eventos de la guerra.

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