Retención de saldo de tarjetas Bip




CASI DOS millones de dólares retiene al año el Transantiago en montos de cargas realizadas a tarjetas Bip, que por diferentes motivos son caducadas. De acuerdo a la normativa vigente, si al cabo de un año este sistema de pago no registra movimientos o no es recargado, el saldo se suspende hasta que la tarjeta registre una nueva carga. No obstante, si transcurren dos años sin que se active, el dinero de la misma no es devuelto al usuario, aun cuando el plástico se vuelva a ocupar.

Si bien la tarjeta Bip es de los pocos aspectos del Transantiago que es valorado por los usuarios, ésta ha presentado varios problemas. Uno de los más complejos es el sistema de recarga fraudulenta debido a la vulnerabilidad del software que se utiliza para su funcionamiento, el cual aún no puede ser resuelto. Ahora surge este antecedente del monto que se retiene a las tarjetas que caducan. En este caso, no parecen existir fundamentos técnicos que justifiquen que al cabo de dos años una persona pierda el saldo que mantiene en su Bip por el sólo hecho de no ocupar el sistema de pago.

Al contrario, pueden ser varios los factores por los que un pasajero no utilice la tarjeta en un plazo determinado -por ejemplo, alguien que vive en regiones y viene ocasionalmente a la capital-, y no por ello el Transantiago debe apropiarse del dinero que le pertenece a los usuarios. Si bien el Directorio de Transporte Público Metropolitano señala que hay instancias para que las personas puedan recuperar su saldo, incluso después de 24 meses, lo más apropiado sería dejar sin efecto esta medida, y de paso impedir que se levanten nuevas críticas al ya cuestionado sistema de transporte público de la capital.

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