Reunirse en pubs a conversar: la nueva forma de aprender inglés

<P>No son amigos, pero -vía redes sociales- se ponen de acuerdo para juntarse a conversar con un objetivo común: hablar inglés para aprenderlo, practicarlo y mejorarlo.</P>




No necesitan salir del país, tener un amigo extranjero o pagarle a un profesor. Los miembros del grupo English Talking Meeting sólo precisan llegar cada domingo al bar The Clinic para aprender y hablar inglés.

"Are you having anything else?- pregunta Jorge Aguirre, el organizador del colectivo (al que a veces llaman George), asegurándose de que los demás no quieran pedirle nada más al extrañado mozo -claramente chileno- que se acerca al grupo casi pidiendo permiso por hablar en español.

El grupo es tan heterogéneo como los pasajeros de un avión: un robusto arquitecto de pelo gris, un sonriente egresado de cuarto medio con frenillos, un amante del deporte recién llegado de Nueva Zelanda y un contador rockero que aspira -como el resto de los comensales- a mejorar su calidad de vida gracias a su, ahora, pobre pero, en el futuro, buen manejo del inglés.

No son los únicos: sólo en este grupo hay otros 100 inscritos , a los que suman otros dos grandes colectivos que se juntan hace no más de un año y medio en bares y cafés de la capital y que forman parte de un fenómeno mundial que comenzó en Europa hace unos cinco años.

De hecho, Madrid, Barcelona y Buenos Aires tienen bares y cafés casi totalmente dedicados a los angloparlantes de origen hispano donde asisten inmigrantes o turistas con inglés nativo que se convierten en la panacea para los practicantes del idioma, mientras que los extranjeros lo ven como una posibilidad de tener un amigo local.

En Santiago, además del grupo English Talking Meeting hay otros dos grupos bien organizados de inglés y uno de francés. Estos se reúnen en el bar Mitos Urbanos y en el California en Providencia. Han existido muchos más, pero no han sobrevivido en el tiempo por falta de organización. El mismo problema que ha habido en ciudades como Valparaíso y Concepción, donde los grupos que se forman duraron poco por la falta de constancia y organización.

Las razones para reunirse son tan diversas como los participantes: Jorge Aguirre, un chileno que vivió en EE.UU. cuando niño y que ahora, con 33 años, no quiere perder el idioma, decidió reunir a gente que quisiera hablar inglés. Primero lo hizo en el café Mosqueto, pero ahora van al bar The Clinic. Como dice, su "grammar is perfect", pero su pronunciación y vocabulario ha perdido perfección. Orlando, el arquitecto, quiere entender las series y no leer Dos hombres y Medio, sino ver Two and a Half Men, mientras que Federico y Raimundo, dos hermanos de 17 y 19 años, quieren prepararse para vivir en Canadá, donde se mudarán con su familia. Aguilera cuenta que hace poco participó una taxista, que quería poder hablar con pasajeros extranjeros.

El nuevo requisito

El inglés se ha convertido en un must (requisito) para casi cualquier quehacer o profesión. Aunque como segundo idioma es parte del programa escolar en Chile, en la Universidad Católica sólo un tercio de los alumnos ingresa con un nivel aceptable de inglés, según el examen de la Asociación Europea de Examinadores del Lenguaje. Considerando que la UC recibe gran parte de los mejores estudiantes del país y más del 50% de los puestos de trabajo que ofrece Laborum requieren inglés hablado y escrito, buscar alternativas para aprenderlo y practicarlo es cada vez más imperioso.

Pero, "como somos los chilenos, muchos no se atreven a hablar en los cursos de inglés", explica Pedro Pérez, organizador de otros dos grupos de conversación en inglés y francés que se juntan en el bar Mitos Urbanos, de Providencia. Esa es una de las ventajas de estas reuniones informales: permiten vencer la timidez, dice. Con mayor razón cuando se incluye a angloparlantes extranjeros. Esta idea que Pérez copió de los grupos de inglés de otros países fue todo un éxito. Actualmente se reúnen hasta 30 personas una vez a la semana, entre chilenos y extranjeros. Los últimos van "por buena onda", dice Pérez y se "les paga el favor" juntándose a hablar en español otro día. ¿Qué hacer para sumarse? Buscar los grupos en Facebook, enviar un email para incribirse y luego, simplemente ir a la reunión.

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