"Roberto Bolaño es un escritor central en la cultura literaria de EE.UU."

<P> Christopher Merrill, director del reputado Programa Internacional de Escritores de Iowa, está en Chile.</P>




A fines de los 70, el poeta Oscar Hahn solía tomar café con un amigo llamado Ray en la Universidad de Iowa, donde era profesor. Ray le dijo una vez que le gustaría escribir sobre cosas y personas simples. Una década después, una amiga le contó a Hahn que Ray había muerto. Y sólo en ese momento el poeta lo supo: su amigo era Raymond Carver. No es raro en Iowa: en cualquier cafetería puede haber un gran escritor sin que nadie sepa su nombre. Son parte del paisaje.

Uno de los responsables es el poeta Christopher Merrill, quien como director del Programa Internacional de Escritura, busca a los "más interesantes" escritores del mundo para llevarlos a Iowa. No siempre sale de caza, pero hoy está en Chile. "Sí, estoy buscando autores. Siempre que salgo de EE.UU. lo hago. Es parte de mi trabajo", dice Merrill, que está aquí invitado por la Cátedra Roberto Ampuero de la Universidad Finis Terrae, para hablar justamente del programa que dirige.

Desde 1936, la Universidad de Iowa invita a escritores estadounidenses a su Writers' Workshop: por ahí han pasado prácticamente todos los grandes escritores americanos. No es fácil: Merrill cuenta que es más difícil ingresar al workshop que a estudiar Leyes en Harvard.

Desde 1967, la universidad abrió un programa para autores extranjeros. Se trata de una residencia de un semestre para escribir e intercambiar ideas con pares. En 1958 llegó José Donoso a Iowa. El autor de Coronación no sólo dejaría sus valiosos papeles en la universidad, Merrill sostiene que fue clave para el Programa Internacional de Escritores: "Donoso fue crucial. Mantuvo una correspondencia con los fundadores del programa, donde propuso algunas de las bases que hoy manejamos", cuenta.

Huidobro y Bolaño

Donoso, que volvería en 1991, inauguró la relación de Chile con Iowa. Han participado en el programa, desde los 70 hasta el 2004, Hahn, Hugo Correa, Alberto Fuguet, Jaime Collyer, Roberto Ampuero, Sergio Gómez, Germán Carrasco, Cristián Gómez, Alejandra Costamagna y Kurt Folch, entre otros.

Todos ellos, según Merrill, cumplen un perfil: "Buscamos a escritores con al menos un libro publicado y que ya tengan cierta reputación en su país. Escritores de mente abierta, que estén dispuestos a mantener diálogos con otros autores", dice.

Antes de aterrizar en Santiago, Merrill hizo un recorrido por Oriente, junto a escritores visitantes de Iowa. Pasó por Katmandú, Abu Dhabi y Kabul. En medio, EEUU dio muerte a Osama bin Laden. Merrill no dejó nunca de leer su copia de Altazor, de Vicente Huidobro. "Me golpeó de nuevo, es un gran libro para viajar", sostiene.

Pero el autor chileno inevitable, por estos días, es otro: Roberto Bolaño. "Lo amamos", dice. "Primero fue W.G. Sebald, toda una revelación, y luego apareció Bolaño, que hoy es un escritor central en la cultura literaria de EE.UU. Está ejerciendo una gran influencia en los escritores de América. Sebald y Bolaño son un tema inevitable", agrega.

Hoy, a las 8.30 horas, Merrill dictará una charla en la Universidad Finis Terrae (Pedro de Valdivia 1509) sobre las posibilidades del Programa Internacional de Escritura para autores latinoamericanos. Es un paso para hacer más fluida la relación de Iowa con los escritores chilenos. Merrill está buscando: desde el lunes tiene la novela El resto es silencio, de Carla Guelfenbein. Eso, claro, no detendrá su búsqueda.

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