Sacerdote y voz oficial de la Congregación Sagrados Corazones: "Si hay que pedir perdón, lo haremos cuando sepamos qué fue lo que pasó"
<P> Asegura que se enteraron de los casos de adopciones irregulares por la prensa y que no han recibido nuevas denuncias.</P>
Sandro Mancilla (43) habla lento. Pausado. Se toma una taza de té. Reflexiona en silencio. Y luego lanza con franqueza: "Con mucho impacto, ha sido un dolor muy grande", dice, sobre la forma cómo la congregación Sagrados Corazones, a la cual él pertenece, reaccionó en torno al caso de Gerardo Joannon (75), uno de sus sacerdotes más emblemáticos vinculado a caso de posibles adopciones irregulares. Mancilla tiene 15 años de ministerio sacerdotal y es consejero de esta entidad religiosa, sostenedora de cuatro colegios, que en mayo cumple 180 años de presencia en Chile y que agrupa a cerca de 60 religiosos en todo el país.
"Nuestros cercanos, personas laicas y comprometidas con nuestra acción, nos han transmitido la sorpresa con que se enteraron de todo esto, pero al mismo tiempo nos dieron apoyo y agradecimiento por nuestra reacción transparente", destaca el presbítero.
Mancilla representa la voz oficial de los SS.CC. en Chile. Habla en una modesta sala de madera, de la casa del postulantado Esteban Gumucio, ubicada en San Joaquín y donde los novicios de esta congregación comienzan su vida eclesial. Y allí, por primera vez, se refiere al caso de Joannon, a quien un reportaje de Ciper vinculó con una red de adopciones irregulares de lactantes, que habría operado en Chile entre los años 70 y mediados de los 80. Según la publicación, muchos de esos menores fueron reportados como fallecidos sin que sus padres lo supieran, para luego ser entregados a otras familias.
El 16 de abril el provincial de la congregación SS.CC., Alex Vigueras, suspendió al religioso Gerardo Joannon como párroco del templo La Anunciación y de inmediato le encargó una investigación al sacerdote salesiano David Albornoz. Para Mancilla, la denuncia sobre estos hechos, ocurridos hace más de 30 años, "fue inesperada, porque también queremos mucho a Gerardo. Para los jóvenes siempre ha sido un referente pastoral. Desde 1973 que él ha venido generando obras importantes para nosotros, como los Centros de Pastoral Juvenil, que son una gran escuela dentro de la congregación".
¿Dónde se encuentra actualmente el sacerdote Joannon?
En la casa provincial de nuestra congregación, en calle Manuel Montt con Irarrázaval. Siempre ha vivido allí. Yo lo vi el miércoles, al almuerzo. No tuvimos la oportunidad de conversar, pero sé que está tranquilo. En los Sagrados Corazones tenemos un estilo familiar muy fuerte. Y para él es importante estar en su comunidad. Además, hemos procurado que tenga un sacerdote como acompañante espiritual, para que lo ayude en este proceso personal y humano.
¿Ya ha tenido algún encuentro con el sacerdote investigador?
No, esto recién comienza. Entiendo que recién se están seleccionando los testigos y ese tipo de acciones.
¿Usted se enteró por la prensa de estas supuestas adopciones irregulares o había rumores de su existencia dentro de la congregación?
Jamás había escuchado nada de eso. Ahora, por supuesto, estamos tratando de investigar las denuncias. El problema es que los consejeros somos de otra generación mucho más joven. No vivimos ni conocemos lo que pasó en aquel entonces. El primer caso descrito por la prensa es de 1976. Han pasado seis provinciales nuestros y dos de ellos ya están fallecidos. Pero seguimos revisando los papeles y archivos. Si encontramos algo, lo informaremos.
¿Acudirán también a la policía en caso de tener más antecedentes?
Colaboraremos en todo. Así se lo hemos dicho a toda la provincia.
¿Lo defraudó enterarse de este tema no directamente por el sacerdote Joannon?
Hubiera preferido haber sabido antes que venía todo esto. Pero es muy difícil meterse en el corazón de las personas. Lo que está viviendo Gerardo también debe ser muy complicado. Yo no juzgo por qué razón él no nos dijo. Tal vez somos muy jóvenes para él. No sé si habrá hablado con otro hermano. Pero estamos tratando de acompañar a Gerardo y que él también pueda aportar, para que todo esto dé frutos. Queremos ayudar a Gerardo a que pueda entregar toda la información que tiene, si es que la tiene.
¿Cómo manejan el temor de que esto afecte a la congregación, que ya es pequeña, en cuanto a su funcionamiento y vocaciones?
Es un tema complejo, no sólo en lo relativo al caso mismo. Pero los momentos difíciles hay que mirarlos con un sentido espiritual y descubrir lo que Dios quiere. No ocultarlo, sino enfrentarlo y esclarecer la verdad de lo que ocurrió. Y que eso ayude a sanar y redimir en algo. Tal vez, para los jóvenes de Chile, ver una congregación que enfrenta sus problemas pueda ser positivo.
A pesar de que el sacerdote Joannon ha reconocido los hechos, aún hay mucha información incompleta y cosas que recién están saliendo a la luz…
Lo primero que yo leí fue la entrevista a Gerardo (Joannon). El no nos dijo que lo habían entrevistado. Por lo menos no a mí ni a los demás consejeros. El provincial fue quien me avisó de la publicación. Y mi impacto fue grande. Pero frente a ese escenario, decidimos de inmediato que se debía hacer algo, porque nadie juega con estos temas. Yo creo que hay un sufrimiento que es real. Nuestra congregación está consagrada al corazón de Jesús y de María, y a transmitir el amor de Dios. Esta noticia nos conmovió y hay que darle crédito.
Y legalmente, ¿cómo van a proceder?, porque estamos hablando no de faltas, sino de presuntos delitos de carácter grave.
No me manejo en el ámbito legal, pero es bueno que se investigue a fondo y estamos dispuestos a colaborar en todo. Además, esta eventualidad nos encuentra mejor preparados que otros. Hemos ido aprendiendo de experiencias recientes. Hay protocolos de la congregación para actuar, por ejemplo, si llegara a pasar un caso de abuso, que no ha ocurrido. Hemos hecho un aprendizaje de esta época y de cómo reaccionar.
Es decir, ¿han instado al religioso involucrado a entregar más antecedentes?
Hay que asistirlo como persona. Y que estén abiertos todos los canales para acoger a los afectados y que ellos puedan acercarse sin temor a la congregación.
¿Pedirán perdón como congregación?
Para nosotros, el tema de la misericordia y el perdón es la forma de enfrentar la realidad. Lo que más queremos es que se sepa la verdad y se ayude a las personas afectadas. Si hay que pedir perdón, lo haremos cuando sepamos qué fue lo que pasó. El padre Gerardo no lo puede haber hecho solo. Detrás hay también un tema cultural y social, de familias y valores, de personas que se equivocaron y tomaron malas decisiones.
¿Han llegado nuevos antecedentes?
No, el provincial ha recibido a todos los que han querido hablar del tema, pero son los mismos del reportaje original.
¿Cómo está la parroquia de La Anunciación?
Hay gente dolida y confundida, son las reacciones humanas normales, que nosotros estamos acompañando y apoyando. Pero también veo mucha esperanza.
¿Cómo vivieron la última Semana Santa?
De manera muy especial. Sabemos que esto ha causado dolor, pero puede salir vida. No todo es oscuro. Y queremos dar testimonio pastoral de eso.
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