Sandwichería "Tío Manolo" abre cuarto local en Santiago
<P>Después de cerrar un puesto en Av. Marathon con Rodrigo de Araya, la marca siguió creciendo. </P>
Colgó carteles y se puso frente a las cámaras de televisión para reclamar por el cierre de su puesto de sándwiches de 14 centímetros, ahí, en Av. Marathon con Rodrigo de Araya.
Apenas se enteró de que la concesión del terreno que ocupaba su puesto desde el 2000 no se le había renovado, Manuel Laínez (67), el "Tío Manolo", se lanzó a protestar. El boca a boca y las redes sociales llamaban a oponerse a la desaparición de los tradicionales sándwiches y se convirtió en un tema ciudadano.
Laínez contrató a un abogado, se reunió con concejales de Macul e inició acciones judiciales, pero eso no detuvo el cierre en enero de 2011.
"Mi papá puso ese puesto a principios del 2000, ganó la licitación por 10 años y se suponía que la renovación era automática, pero no fue así. Hoy en el lugar se está construyendo un local, que todavía no se sabe de qué o de quién es", cuenta Francisco (27), uno de los hijos del "Tío Manolo", quien junto a su hermano Benjamín (24) y a su primo Patricio (28) llevan las riendas de dos locales del "Tío Manolo": uno que existía desde 2010 en La Reina y uno nuevo que abre hoy en Providencia.
Los tres jóvenes se encargaron de potenciar el negocio de calle Simón Bolívar (casi al llegar a Loreley) y les fue tan bien, que en agosto del año pasado compraron otro local, en Manuel Montt 474, casi al llegar a Eliodoro Yáñez (ver infografía).
Después este último abre hoy con las mismas especialidades de siempre. Entre ellos, el famoso "As", 150 gramos de churrasco dentro de un pan de completo de 14 centímetros, con palta, tomate y mayonesa casera desbordándose.
Los otros "Manolos"
Mil sándwiches diarios, entre completos, ases y hamburguesas. Esa era la cantidad que vendía el puesto de Macul.
Ahí, el "Tío Manolo" atendía a oficinistas, dueñas de casas, escolares e hinchas de fútbol de lunes a viernes, entre 8.30 de la mañana y la una de la madrugada. "No era poco común ver a ejecutivos con la corbata colgando por la espalda para no mancharla con mayonesa y a los obreros durmiendo en las bancas aledañas luego de comer dos o tres completos", recuerda Francisco sobre el menú que, más una bebida, no superaba los $ 2.000.
El joven cuenta que como no estaba a más de cuatro cuadras del Estadio Nacional, era la solución para los hinchas hambrientos después de un partido. "Esos días, mi papá cerraba más tarde", recuerda.
En aquel puesto se comía parado, pero en los que fructificaron después, no: ni el de La Reina ni el de Ñuñoa ni en el de La Florida. Y menos, en el que abrirá en Providencia.
El de calle Battle y Ordóñez abrió en abril de 2012. Ubicado a tres cuadras del Campus Oriente es administrado Ignacio Laínez, un sobrino del "Tío Manolo". En dos pisos, existen mesas suficientes para albergar a un máximo de 100 personas. "Nos hemos hecho conocidos por el "12 H", un sándwich de 12 pisos, con 12 hamburguesas, de 60 centímetros de alto", explica. "Y también por la terraza, donde transmitimos fútbol internacional", agrega.
Manuel Laínez no entrega una franquicia a sus familiares, sino que generosamente presta el nombre. "'Tío Manolo' es un muy buen enganche. Hay que saber trabajarlo, eso sí, ofrecer buena atención y productos frescos", indica el sobrino de "Manolo".
Este no se quedó sin nada. El mismo año que cerró su puesto en Marathon, abrió un local en el paradero 13 1/2 de Vicuña Mackenna, en La Florida, y aunque no lo atiende, sí lo administra. Sus hijos no se meten en su negocio; él tampoco en el de ellos.
En Providencia
Este miércoles, a las 10 de la mañana, se abrirán las puertas del cuarto local de esta cadena familiar de sandwicherías.
A media cuadra de Eliodoro Yáñez, este nuevo espacio puede recibir a 80 personas y tiene una terraza para fumadores. Abrirá de lunes a sábado, de 10 de la mañana a 10 de la noche.
"Nosotros replicamos las recetas y los secretos de mi papá. La única diferencia es que nos ampliamos", explica Francisco Laínez.
Uno de los secretos más importantes para conservar el sello fue seguir con la mayonesa casera en los sándwiches y comprar productos frescos en Lo Valledor. Así lo hacen con el local de Simón Bolívar y lo harán con el de Manuel Montt, donde necesitarán el doble de ingredientes. "Todavía no abrimos y ya llegó una persona para encargarme 40 ases para la oficina", cuenta Francisco, quien no descarta seguir creciendo, siempre y cuando "consigan más personal".
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