Tradición familiar y mirada al futuro

<P>La talquina PF quiere jugar en las grandes ligas de la industria de alimentos, sin olvidar sus orígenes en la Región del Maule. </P>




Han pasado 110 años desde que Manuel Fernández comenzó a fabricar cecinas en Talca. Lo que inició en 1903 ha crecido hasta convertirse en una gran empresa, con cuatro plantas, 3.000 empleados a nivel nacional, más de 45.000 clientes y ventas por casi US$ 400 millones al año.

Los Fernández, por cierto, siguen al mando de la empresa. Pero ya en los 90 decidieron apostar a la diversificación: dejar de ser Cecinas PF, probablemente la imagen más clara en la memoria colectiva de los chilenos, para convertirse en PF Alimentos.

Y han avanzado: el 30% de su facturación ya no son cecinas, sino lácteos y quesos, hortalizas congeladas, pizzas y platos preparados.

Max Besser, gerente general de PF, dice que "siempre ha sido una firma pionera en la incorporación de tecnología de técnicas de frío por allá en los años 30". La diversificación, apoyándose en una red de distribución con más de 500 camiones y 150 vendedores de Arica a Punta Arenas, se inició en los 80, con la comercialización de carne al vacío en alianza con ProCarne, seguida por hamburguesas, y en los últimos 10 años por la producción propia de hamburguesas, nuggets y productos vegetarianos. Pero la tendencia cobró fuerza en los últimos cinco con la introducción de productos no cárnicos: pizzas, platos preparados, y una línea de sándwiches próxima a salir.

"Hemos ido abarcando más segmentos y pensamos seguir haciéndolo en la industria de alimentos. Hasta ahora la competencia era con otras empresas de cecinas y con los alimentos son las grandes ligas. Pero para allá vamos", dice Sergio Barrientos, gerente de marketing de PF.

La idea es satisfacer las nuevas demandas de los consumidores. Las familias son más chicas y los tiempos de desplazamiento más largos. "La gente llega a su casa sin ganas de cocinar, pero el hambre no se quita", comenta.

Por eso sus platos preparados son sabores caseros, como lentejas y porotos, canelones, paella, en envases que caben en una cartera o mochila y se calientan en un microondas. El planteamiento, explica Barrientos, "es dar más calidad de servicio, simplificarle la vida al cliente".

La recepción, dice, ha sido espectacular, lo mismo que la de la línea Mr. Veggie de alimentos vegetarianos que lanzaron hace 12 meses y que apunta a un segmento hasta hace poco subestimado.

PF elabora prácticamente el 90% de su cartera de productos en sus plantas de Talca. Los platos preparados vienen de España, aunque son elaborados siguiendo una receta tradicional chilena. "En algún momento tendremos una planta propia para platos preparados, tal vez en un plazo de cinco años", comenta Besser. "Pero primero estamos ampliando la planta de pizzas, que serán unos US$ 15 millones y construyendo un centro de distribución, que son otros US$ 25 millones, más el fortalecimiento de la red de distribución", agrega. Eso forma parte de un plan de inversión por US$ 100 millones en cinco años.

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