Tres imperdibles de la Patagonia norte
<P>Son muchas las maravillas que se dicen de la Patagonia norte, un destino cuya esencia es la naturaleza deslumbrante, pero que aún continúa siendo lejano y desconocido para muchos. Si finalmente se anima a visitarlo este verano, estos lugares deberían estar, sin duda, en su lista. </P>
EL Malevo le canta a su Patagonia. La voz del trovador gaucho, con pantalones bombacho, botas, guitarra y bigote, suena en la van. Su historia del arriero que pierde a su perro fiel en la "demoniaca" corriente del río Baker se entremezcla con el ruido del vehículo avanzando a pesar del dificultoso camino de ripio. La tierra que se cuela por todos lados y el sol de rayos súper poderosos que no respeta sombreros, ropas ni bloqueadores factor 60.
Y es que en la Patagonia nada es sencillo. Llegar a cada destino después de largas horas de viaje es un triunfo y un placer. Por eso las recomendaciones que vienen a continuación valen el esfuerzo y deberían estar en cualquier buen itinerario que se digne de tal.
1. Jetboat al glaciar Leones
Un glaciar privado es la experiencia que ofrece Philippe Reuter, dueño del Lodge Terra Luna, ubicado en Puerto Guadal, a orillas del lago General Carrera. Este montañista de 44 años, delgado, de risa aguda, que aún habla con el tono francés y que llegó a Chile a los 16 años, encontró su hogar al lado del monte San Valentín (3.910 m), el de mayor altura de la Patagonia chilena. Subirlo fue lo primero que hizo al llegar.
El jetboat al glaciar Leones es otra de sus aventuras. Tuvo que, literalmente, abrirse camino por el río Leones, limpiándolo de piedras (tanto rato en el agua perdió el olfato por sus numerosas sinusitis), y hoy su lancha avanza a toda velocidad, con su motor estridente, sobre el agua de color celeste. Un verdadero "Jeep fun race" acuático, donde Philippe asume la actitud de un personaje de la película Rápido y Furioso, pasando sobre las piedras, entremedio de las ramas, dando giros rápidos y lanzando agua para todos lados.
Luego de 45 minutos de caminata, cruzar el río en una tirolesa y recorrer los siete kilómetros del lago Leones en un zodiac, entre de numerosos trozos de hielo, se llega al imponente, aunque disminuido, glaciar Leones. Philippe cuenta que hace 15 años, cuando lo visitó por primera vez, su pared era de 40 m y hoy no debe superar los 14; el año pasado, sobre todo, retrocedió bastante.
La excursión permite un máximo de nueve personas, así que una vez allí es la inmensidad del glaciar, el agua, el frío, el sol y un silencio sólo interrumpido por los desprendimientos de hielo. La soledad que se puede disfrutar en él es un verdadero lujo. Sentado en una de las piedras y luego de comer el box lunch, es incluso posible tomar una pequeña siesta. Los precios van desde $ 91.500 p.p. Más información en info@terra-luna.cl.
2. Capillas de Mármol en el General Carrera
Uno de los grandes clásicos de Aysén no podía queda fuera de esta lista. ¿Y con quién hacer el viaje? Con Lenin Soto, botero y microempresario de Puerto Tranquilo, que ya lleva 15 años recorriendo las capillas.
Con el rostro quemado por el sol, y una enorme sonrisa, Lenin le pone play a su discurso aprendido de memoria, mientras conduce su bote: que estas cuevas, formaciones de carbonato de calcio, han sido provocadas por la erosión del agua del lago y la lluvia sobre la roca. Agrega, además, que es un mármol joven, que no serviría para ser explotado, pero que "este mármol de Carrera, nada tiene que envidiarle al famoso mármol de Carrara" (en Italia). Un juego de palabras que disfruta y no duda en repetir más de una vez.
Las cuevas de mármol (llamadas capillas y catedrales según su tamaño) son de color blanco, entremezclado con líneas grises, negras y amarillas, verdaderas obras de arte "made in madre naturaleza", que contrastan con el agua de color turquesa. Si el nivel del agua es bajo, no sólo es posible internarse dentro de las cuevas, sino incluso bajarse del bote y tomar fotos de pie dentro de ellas.
Valor: $ 30.000 el bote completo, con una capacidad máxima de seis personas, es decir, $ 5.000 p.p. si el bote va lleno. Más información en los celulares: 66479614 y 87520735 y en email: hombredelago@hispavista.com.
3. Avistamiento de cóndores en Punta del Monte
Cuando el día aún no comienza, en una estancia ubicada en la frontera con Argentina, se puede ver a los cóndores "sacándose el pijama" para salir a volar. En Punta del Monte, Alejandro Galilea, que según los amigos de su hijo es un "Chuck Norris que mata pumas" (el parecido con el actor es real), lleva a los turistas a recorrer las condoreras donde estos animales anidan y tienen su hogar.
La experiencia requiere sacrificio, pues hay que madrugar pero, sin duda, vale la pena: esperar que la temperatura se eleve y las aves salgan a planear, pasando a pocos metros de uno, curiosos a las cámaras, casi guiñando un ojo a su paso. Todo esto desde un impresionante acantilado, con las nubes y las montañas de fondo y un río corriendo abajo, paisaje sólo interrumpido por el frío viento y los cóndores que aparecen y desaparecen, dando vueltas a lo lejos o posando sobre nuestras cabezas.
Para llegar a Punta del Monte hay que tomar la Ruta Internacional X-240 desde Coyhaique, y antes de llegar a la Aduana, tomar el desvío a la izquierda, avanzando tres kilómetros hasta la estancia. Desde allí son 17 km más a las condoreras. La excursión tiene un costo desde los $ 64.500 (según el número de personas). Más información en email: condores@puntadelmonte.cl.
Bonus culinario: Puesto Huemul
Justo en la entrada de Cerro Castillo está Puesto Huemul, de Alejandro Colomés, con las mejores preparaciones de la zona, en estilo gourmet. Destacan su clery patagón (ponche con nalca, calafate y guinda) y el gravlax de salmón (rodajas curadas en sal y azúcar). Cada día, Alejandro crea un original menú.
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