Un cuento navideño alemán
<P>Los Mercados de Navidad de Frankfurt y Heidelberg ofrecen una de sus tradiciones más arraigadas durante fin de año. Con gastronomía, tragos típicos, juguetes hechos a mano, artesanía y productos locales. </P>
DICIEMBRE VISTE a Alemania con una de sus tradiciones más arraigadas: la Navidad. Y vivirla, es imposible sin sus Mercados navideños, fiesta culinaria y de regalos que toma forma a través de locales de comida, tragos típicos, y productos tradicionales.
Nacieron en plena Edad Media, en pueblos de Alemania y Austria, con el objetivo de satisfacer la necesidad de una población que requería comprar carne y otros productos para sobrevivir al crudo invierno. Hacia el siglo XIV se incorporó la venta de juguetes y de artesanía y de alimentos hechos a mano, como canastas y galletas de azúcar. Hoy en día se levantan en las plazas de un pueblo o de grandes ciudades, frente a lugares históricos, generalmente desde la última semana de noviembre hasta el 23 de diciembre. El de Frankfurt es el más famoso y el de Heidelberg, una muestra encantadora de esa tradición.
El Mercado de Navidad de Frankfurt funcionó por primera vez en 1393, en el centro de la ciudad. En la actualidad tiene más de 200 stands y recibe a cerca de 3.000.000 de visitantes. Es el más grande de Alemania y comienza en la Zeil (paseo peatonal), donde está la plaza Hauptwache. Desde allí, el recorrido sigue por la calle Liebfrauenstraße -que conecta hasta el río Meno-, atraviesa la plaza de Liebfrauenberg y continúa hasta llegar a la Paulsplatz, plaza de la Pauls Kirche, donde se encuentra la Iglesia de Paul, que en 1848 y 1849 se convirtió en la sede del Parlamento de Frankfurt, el primero que fue elegido democráticamente en Alemania.
Locales de comidas y artesanías adornados con guirnaldas, esferas colgantes y figuras de madera, ramas de pino y luces blancas y de colores, regalan un contraste encantador con la oscuridad de esta época, cuando anochece cerca de las 16.30 y la temperatura promedio no supera los 3 °C.
¿Próxima parada? la plaza principal: Römerberg, plagada de fachadas de entramados de madera, propias de la arquitectura típica germánica, que en el caso de Frankfurt tuvieron que ser reconstruidas tras los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial. Aquí, un enorme árbol navideño es el amo del paisaje. Cada año, una comisión viaja a algún país de los Alpes para seleccionarlo. El de esta temporada mide 31,2 metros (foto), pesa seis toneladas, tiene 105 años y está adornado con 5.000 luces led y 500 cintas.
Un clásico carrusel de caballos -que es posible encontrar en casi todos los mercados- completa la postal y el de Frankfurt es monumental. Tiene dos pisos y una iluminación que parece llevarnos a un verdadero cuento infantil. Los stands de comida más suculentos y variados se encuentran acá.
El periplo concluye en el río Meno, que también alberga puestos gastronómicos.
Las galletas de corazones en pan de jengibre (Lebkuchenherzen) inundan los locales. Están hechas a base de una masa clásica que, originalmente, era rectangular con almendras. Hoy, los llamados "Corazones del Amor" de jengibre, que portan diversos mensajes de afecto para esa persona especial (Te amo: Ich liebe dich, o Para mi tesoro: Für meinen Schatz) se han convertido en una de las tradiciones más especiales: no se comen y es un recuerdo para la pareja. Pueden encontrarse por 4 euros.
Otra preparación tradicional es el Kartoffelpuffer, una especie de pan a base de papa rallada que se fríe. Se comen calientes con puré de manzana dulce. También destacan las wurst (salchichas) de cerdo, vacuno y ahumadas y los pinchos de riñón, y el pescado caliente.
Para seguir endulzando el paladar no pueden faltar los mazapanes en todas sus formas, sabores y texturas -fríos y calientes-, así como los chocolates y las frutas bañadas en chocolate. Conos y paquetes de nueces, almendras y castañas complementan la oferta.
Para capear el frío, las sopas calientes son una tradición irresistible. Resaltan la erbsensuppe (sopa de arvejas con una salchicha picada); la sopa de lentejas con longaniza y la gulaschsuppe (sopa de goulasch, carne desmenuzada con tomate, ajo, cebolla y hierbas). Valor promedio: 5 euros. Y como obviamente la buena gastronomía obliga tragos a la altura, el glühwein (vino tinto con especias y azúcar) sobresale como el más importante y típico. Se toma caliente en tazones tradicionales. También se puede optar por el el apfelwein (vino de manzana caliente), una especie de chicha caliente. Ambos cuestan entre 2,5 a 3 euros el tazón.
Heidelberg es una ciudad reconocida por su particular encanto romántico; la prestigiosa Universidad Ruprecht Karl, la más antigua de Alemania (fundada en 1386), y el Castillo de Heidelberg o (Heidelberger Schloss), ubicado en la ladera del Königstuhl, famoso por su museo y vida cultural. Desde Frankfurt se puede acceder desde la estación de Hauptbahnhof, tomando un Tren InterCity (ICE) que se demora 40 minutos (desde 30 euros de ida, dependiendo de los días de anticipación con que se compre), o bien, tomar un tren regional que es más barato (35 euros, ida y vuelta desde Frankfurt), pero demora una hora y media.
Su principal calle, llena de comercio, cafés y tiendas de diseño es la Hauptstraße y corre paralela al río Neckar. El recorrido de sus mercados navideños comienza en esta vía y se toman todo el casco antiguo de la ciudad, concentrándose en las plazas principales. La primera es la Bismarckplatz, llena de pequeños puestos de comida y productos típicos, y punto de partida para dirigirse a las plazas Anatomiegarten, Universitätplatz, Kornmarkt y Marktplatz.
Un dato: en el Schnitzelbank, ubicado en Bauamtsgasse 7, muy cerca de la Hauptstraße y detrás de la Providenzkirche (Iglesia de la Providencia), se comen contundentes platos de Schnitzel, plato típico de carne de cerdo apanada y frita, y rellenos de jamón con ajo o gorgonzola (queso fuerte italiano). Todo esto se acompaña con salsa de champiñones, salsa blanca u otras típicas. Para beber: vino blanco de la zona; Pilsener o la Weißbier, fresca y aromática cerveza de trigo, típica del sur de Alemania.
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