Vampiros: la criatura televisiva que se niega a morir

<P><I>True blood</I>, que finaliza esta noche por HBO, fue parte del gran éxito del género.</P>




Cuando True blood debutaba en 2008, la serie de vampiros de HBO se enfrentaba a un panorama poco alentador: los recientes intentos por posicionar a los chupasangres como imanes para la audiencia habían fracasado.

A la fallida adaptación a la televisión de la saga cinematográfica Blade en 2006, se sumaba la reciente cancelación de Moonlight tras su cuarto episodio, transmitiéndose los 16 capítulos de la primera y única temporada.

Es que antes de que el fenómeno Crepúsculo reinstalara a estos monstruos clásicos como una rentable fuente de contenidos a fines de 2008, True blood conseguía establecer un nuevo estatus televisivo para ellos, que ya no estaba sólo relacionado con la condición de objeto de culto que tenían Buffy la cazavampiros y Dark shadows.

Con un debut modesto, de sólo 1,4 millones de espectadores en septiembre de 2008, para la emisión del último episodio de la primera temporada de True blood ya alcanzaba una audiencia de 2,4 millones. En 2009, el estreno del segundo ciclo lo convirtió en el programa más visto de la señal desde el final de Los Soprano, con 3,7 millones. Un nuevo récord se establecía con el décimo episodio y la temporada terminaba con un promedio acumulado de 12,4 millones de espectadores en el sistema rating +7 días. Hoy, es Game of thrones la que tiene el más alto rating del canal de cable.

La crítica también fue favorable con el relato de la mesera Sookie Stackhouse (Anna Paquin), que se basó en la serie de novelas Los misterios de los vampiros del sur, de Charlaine Harris. Adaptada a la televisión por Alan Ball (Six feet under), en 2009, significaba para Paquin el Globo de Oro a la mejor actriz de drama por su rol y el programa conseguía una nominación en la categoría de mejor serie.

El capítulo final, que se emite esta noche a las 21 horas, por HBO (canal 34 VTR), definirá si el vampiro Bill Compton (Stephen Moyer) está dispuesto a terminar con su vida para asegurar la felicidad de Sookie.

Los herederos

True blood también instauró la moda de los monstruos, con nuevos personajes sumándose en cada temporada, pertenecientes a clanes diversos, como hombres lobo, brujas, hadas y hechiceros. El impacto se replicó en Lost girl, The vampire diaries, The originals y Dracula.

Más allá de los resultados dispares de audiencia, cada temporada de estrenos volvía a incluir al menos una apuesta en este género, que continuó sobreviviendo pese al auge de los zombies y la fantasía.

Aunque la progresiva baja en espectadores que ha experimentado True blood desde fines de su quinto ciclo y la no renovación de la miniserie Dracula, protagonizada por Jonathan Rhys Meyers, podrían haber sido tomadas como señales de agotamiento, dos nuevas series sobre este universo consiguieron buenos resultados de audiencia.

Penny Dreadful, emitida también por HBO, tomó nota de la mezcla de criaturas y retornará con nueva temporada en 2015. En octubre será el turno del debut de The strain, la serie producida por Guillermo del Toro. Su estreno en EE.UU. consiguió tres millones de espectadores el 13 de julio pasado, resultado con el cual empató con The last ship como el mejor debut del cable en el verano de ese país.

En The strain, Corey Stoll (House of cards) interpreta al doctor Ephraim Goodweather, director de la agencia de control de enfermedades de Nueva York, quien debe investigar el brote de un virus que corresponde a una antigua cepa de vampiros. Los primeros 13 episodios se verán desde mediados de octubre por FX.

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