Un homenaje que está en el aire: la Roja busca a Claudio Bravo para despedirlo en el Estadio Nacional
En Quilín tenían todo listo para el tributo al histórico capitán de la Roja, al que incluso se sumaría la Conmebol. La idea era realizarlo en la antesala del partido frente a Brasil. Sin embargo, el arquero no está en Santiago y tampoco ha dado señales claras de querer ser galardonado.
El 26 de agosto, pasadas las 21 horas, Claudio Bravo anunció su retiro del fútbol. El arquero había concluido su participación en la Copa América y, semanas antes, también había cerrado su paso por el balompié europeo, con la camiseta del Betis. En el torneo continental dio muestras de plena vigencia. Incluso, fue figura en el partido contra Argentina, el campeón del mundo. Esa actuación le valió el surgimiento de atractivas propuestas. Lo llamaron desde Arabia Saudita, Emiratos Árabes y Estados Unidos. Sin embargo, el guardameta determinó quitarse los guantes y abocarse a su familia.
La selección chilena es una parte fundamental en la historia del golero nacido en la cantera de Colo Colo, quien en estos días cumple dos décadas en el arco del equipo nacional, tras debutar en el cuadro adulto de Chile, que significó el inicio de una ruta que lo catapultó a ser uno de los pilares de la Generación Dorada. Alcanzó a sumar 150 encuentros con la camiseta nacional, en los cuales jugó los 90′ en 143 y 149 fueron como titular. La experiencia del meta bicampeón de América (levantó el trofeo continental en 2015 y 2016) con Chile se desglosa de la siguiente manera: 63 partidos de Eliminatorias, 49 amistosos clase A, 27 en la Copa América, ocho en Copas del Mundo y tres en la Copa Confederaciones.
La noticia produjo el natural impacto entre los hinchas. El vilucano es uno de los referentes del contingente más exitoso en la historia de la Selección. No por nada, portó la jineta de capitán en la Roja durante tanto tiempo. Y no por nada, tampoco, le correspondió el más alto honor en la historia del balompié nacional: levantar la Copa América, en 2015, y la Copa América Centenario, en 2016.
El homenaje en el aire
La ANFP tiene todo preparado para rendirle a Bravo el reconocimiento masivo que todo el fútbol chileno admite que el ahora exguardameta (más allá del coqueteo que intentó con el Barcelona ante la lesión de Marc-André ter Stegen) merece. Para el exportero, formado en Colo Colo y con una extensa trayectoria en el exterior, que incluye, también, a la Real Sociedad y el Barcelona, están listos la respectiva tenida enmarcada y el galvano de rigor, aunque lo realmente trascendente sea la ovación que tendría que caer desde todos los sectores del recinto ñuñoíno.
Paralelamente, se solicitaron las autorizaciones respectivas a la Conmebol, considerando que el partido es organizado por el ente rector del fútbol sudamericano. En Luque, eso sí, esperaban la misma respuesta que en Quilín: la confirmación de que Bravo estará en el recinto antes del choque de las escuadras de Ricardo Gareca y Dorival Júnior. Un poco por el protocolo respectivo al duelo y otro tanto por la posibilidad también cierta de que alguno de sus personeros de alto rango pudiera participar en el homenaje. En Argentina, por ejemplo, para el adiós a Di María, estuvo Domínguez.
Apenas se supo que la carrera del portero había llegado a su fin, la Conmebol emitió un comunicado que valoraba su estatura deportiva, junto a figuras como Ángel di María y Luis Suárez. La entidad que preside Alejandro Domínguez anunció que los tres recibirían una réplica del trofeo continental que ganaron, a modo de tributo. “La CONMEBOL reconocerá a tres campeones de América que se retiran del fútbol de selecciones, luego de carreras excepcionales y aportes inigualables al fútbol sudamericano”, comunicó.
“Ángel Di María de Argentina, Luis Suárez, de Uruguay, y Claudio Bravo, de Chile, recibirán réplicas del trofeo de la CONMEBOL Copa América como un homenaje a su trayectoria y a lo que consiguieron con sus respectivas selecciones”, afirmaba un comunicado oficial.
Durante la fecha pasada, en la caída frente a Bolivia, la Roja decidió aplazar el homenaje al portero frente a Brasil. ¿La razón? El marco de público no era el idóneo para despedir al líder más importante de la Generación Dorada y figura en los dos torneos continentales que tiene nuestro país por un severo castigo de la FIFA. El ente internacional sancionó a la ANFP con la reducción de un 50% del aforo para el compromiso con los altiplánicos, tras cerrar el expediente que se abrió luego de constatar comportamiento discriminatorio de la hinchada nacional en los duelos que se jugaron de local ante Colombia y Venezuela el año pasado. Ambos cotejos fueron válidos por las Eliminatorias al Mundial 2026.
Frente a Brasil, sin embargo, el escenario parecía perfecto para despedir al histórico guardameta. Actualmente se han vendido 38 mil entradas, por lo que, si se aplican todos los canjes, la Roja podría jugar ante el Scratch con 45 mil personas en las tribunas.
A la espera del “sí”
En Peñalolén, inicialmente, dan cuenta de comunicaciones permanentes con Bravo, que han estado a cargo de Pablo Milad y de la gerencia de Selecciones, que encabeza Marko Biskupovic. Sin embargo, por otro lado, también admiten que en las últimas horas no ha sido posible confirmar su presencia en el principal coliseo deportivo del país.
Desde Quilín afirman que ya cuentan con el permiso de la Conmebol. “Sí, está todo listo. Tenemos los permisos, todo. Pero se hará cuando él quiera. Hay que respetar sus tiempos”, advierten. El vilucano, incluso, se ha ausentado de invitaciones para recibir homenajes de la Cámara de Diputas y el Senado para ser homenajeado.
El exportero, de momento, se ha mantenido alejado del mundo del fútbol. Está en Puerto Varas, uno de sus destinos preferidos en Chile. Sin embargo, hace algunos días estuvo en Buin, su pueblo en el que se crió, en una carrera que organizó la Municipalidad.
El histórico portero sacó la voz para repasar sus última semanas retirado de la actividad. “Es el lugar donde nacimos, donde nos hemos criado, donde la gente nos conoce y donde uno puede estar más tranquilo de lo habitual. Nos vamos a quedar acá un tiempo. Acá en Buin somos unas personas totalmente normales, insertos en una zona rural. Acá es donde puedo dejar el personaje y todo lo que conlleva el disfraz de jugador”, confesó.
“Aquí la gente ya nos conoce, son vecinos y también muchos amigos, porque nosotros somos de esta zona. Acá vamos a seguir haciendo actividades, porque la gente también lo necesita”, cerró.
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