Luis Miguel llega a acuerdo con Viña por cifra récord y alista show en Santiago

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El cantante en una de sus últimas imágenes promocionales, respondiendo a su eterna estampa elegante y clásica.

Su tarifa para volver a la cita habría superado el millón de dólares, la más alta pagada en los últimos años. El fichaje corona meses de negociaciones tras el éxito de su serie en Netflix. El anuncio oficial sería la próxima semana.


Lo querían desde mediados de año, cuando los propios ejecutivos de TVN y Canal 13, los canales que desde 2019 organizarán el Festival de Viña del Mar, les pidieron explícitamente a los productores del evento -la firma T4F+Bizarro- que lo ficharan. Una ambición alentada por el suceso de la serie biográfica de Netflix, que revitalizó la figura del mexicano y lo revalidó como el astro número uno de la canción hispanohablante.

Hasta que lo consiguieron. Según distintas fuentes consultadas por La Tercera, los responsables de la nueva edición del certamen ya llegaron a un acuerdo con el hombre de Palabra de honor para que se transforme en su gran apuesta para este verano. Aunque falta definir algunos detalles contractuales y aspectos específicos del trato, el convenio entre ambas partes es un hecho. Será, por lejos, por historia y por atención mediática, la estrella más rutilante del espectáculo.

Y también por números. Según distintas cifras que se manejan en la industria chilena de los conciertos, "Micky" habría cobrado por su vuelta a la Quinta Vergara una cifra que iría entre US$1 millón y US$1 millón 200 mil, lo que también involucraría el pago por la emisión televisiva de su presentación, a cargo de ambas estaciones para Chile, mientras que para el resto del continente lo hará el tercer actor de la alianza, el conglomerado FOX Networks Group.

En su última venida al certamen, en 2012, su tarifa también rondó el millón de dólares, aunque no lo superó. Por tanto, hoy el intérprete se convierte en uno de los nombres mejor pagados en la historia festivalera y con toda seguridad en el mejor pagado de la última década. ¿Otros ejemplos? Elton John en 2013 pidió cerca de US$800 mil, mientras que Sting dos años antes costó poco más de US$700 mil. A la hora de ponerlo frente a frente de otros números latinos, la balanza igual favorece a "Luismi": Ricardo Arjona, Marc Anthony, Alejandro Sanz o Maná, todos con show en el Festival durante la última década, han cobrado cifras que rondan los US$700 mil.

Más atrás en el tiempo, difícil encontrar otro astro que siquiera se acerque a lo desembolsado por la voz de La incondicional, dando cuenta que los montos más onerosos sólo se empezaron a manejar en el último tiempo. Por ejemplo, Tom Jones fue el más costoso de Viña 2007, pero con un caché de US$350 mil.

La alta cifra que solicita el artista se debe indudablemente a las repercusiones globales de la producción de Netflix: hoy la carrera y la figura de "Micky" no es la misma que hace un par de años. De hecho, según estimaciones que también se manejan en el mercado local, el solista habría pedido sólo US$400 mil por cada uno de sus últimos dos recitales en el Movistar Arena.

Por lo demás, la negociación que finalmente lo tendrá en la Quinta Vergara se perfiló como una carrera ardua. Como un gallito de rivales diversos. Desde un principio, al menos tres productoras nacionales gestionaron su retorno y lanzaron ofertas para quedarse con el cantante. Finalmente, primó la oferta de T4F+Bizarro. Por su parte, los promotores del mexicano, la agencia estadounidense William Morris Endeavor Entertainment LLC, vio siempre con buenos ojos su vuelta: Viña se aprovechará como plataforma para seguir publicitando su resurrección como cantante.

Bajo esa intención, la oferta por su visita, para hacerla más atractiva y rentable, también incluyó desde un comienzo un aterrizaje en Santiago. Por estos días, se alista la fecha de su paso por la capital, pero las tramitaciones apuntan a que será después de la Ciudad Jardín y en un reducto de capacidad media, como el Movistar Arena. Su paso por Chile también es parte de una gira continental que comprendería otras plazas históricas del fanatismo por el artista en la región, como Argentina y Perú.

En el caso local, la oficialización de su fichaje está contemplado para la próxima semana, a través de la alcaldesa de Viña del Mar, Virginia Reginato, quien por contrato siempre se encarga de estas instancias. "El Sol" ya estuvo en la Quinta Vergara en 2012 -donde recibió Gaviota de Platino-, pero también mucho antes, en sus años dorados de baladista romántico de terno, gomina, sonrisa generosa, noche y playa: en 1985, 1986, 1990 y 1994.

Junto a Luis Miguel se esperan anuncios de otros nombres que dirán "buenas noches, Quinta Vergara" en la próxima fiesta veraniega. Entre ellos, se ha negociado con el reggaetonero puertorriqueño Bad Bunny; el español Raphael; el artista juvenil Sebastián Yatra y la chilena Camila Gallardo. También está en carpeta la italiana Laura Pausini: ella misma, en su show del pasado 18 de agosto en el Movistar Arena, dijo en pleno escenario que estaba dispuesta sin problemas a recibir los llamados de los organizadores de Viña 2019. En el humor, uno de los nombres considerados es el de Felipe Avello, éxito en la última versión del Festival de Olmué, emitido por TVN.

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