Vergüenza: la nueva apuesta del boom de la TV española
La protagonista y el creador explican las claves de la comedia, que debuta en Chile en medio de una exitosa temporada en el mundo para las producciones de su país.
A sólo meses de su estreno en España, y de haber logrado el reconocimiento casi unánime del público y los expertos, los autores de la serie Vergüenza no dejan de expresar su asombro ante la calurosa recepción que se ganaron, y que incluyó arrasar a inicios de este año en las categorías de comedia de los Premios Feroz.
"Ha sido una sorpresa total. Nosotros estábamos muy contentos con la serie y apostábamos mucho por ella, pero no teníamos claro si íbamos a salirnos del nicho", dice a La Tercera el realizador Álvaro Fernández Armero, dupla de Juan Cavestany en el control total de la serie (dirección, guión y producción).
Con su debut en noviembre de 2017, la ficción dejó atrás casi una década de intentos para concretarse, sumándose con su primer ciclo a los éxitos españoles que han dado que hablar en el último tiempo, desde el thriller La casa de papel al drama inspirador y juvenil de Merlí, pasando por la comedia Paquita Salas. Una suerte de "boom ibérico" amplificado por el TV cable y las plataformas de streaming, al que Vergüenza podría sumarse.
Pero buena parte del asombro ante el éxito de la serie , que acaba de llegar a Latinoamérica con sus primeros 10 capítulos en Movistar Series, pasa porque se trata de una singular y desenfadada apuesta, que en episodios de media hora sigue las desventuras de Jesús Gutiérrez (Javier Gutiérrez), un fotógrafo de bodas -con ínfulas de artista- que genera situaciones incómodas y rompe con los límites en cada lugar al que acude, desde la celebración de un matrimonio homosexual, a algo tan cotidiano como compartir ascensor con una vecina o una comida con sus suegros. Siempre es un desastre, y la mayor parte del tiempo quien lo padece es su pareja, Nuria (Malena Alterio), una mujer que al final del día lo quiere tal como es y en más de una ocasión se le suma en hacer el ridículo.
"Es una cosa un poco marciana, es un humor incómodo, y creo de ahí viene su éxito", comenta Alterio, popular en España por series como Aquí no hay quien viva y películas como El palo. "Mucha gente al felicitarme, luego me decía: 'Ha habido momentos en que no podía seguir mirando'. Pero te engancha, porque quieres saber hasta qué punto el personaje va a seguir enrevesando la historia. Yo creo el espectador se reconoce, porque a fin de cuentas todos hemos metido la pata alguna vez y hemos estado en situaciones vergonzosas", asegura.
Arriesgar en el humor
Para crear esta comedia, en un inicio la consigna fue "hacer la serie que nos divertiría ver", dice Fernández Armero. "A Juan y a mí siempre nos ha gustado mucho este humor más transgresor que veíamos en producciones anglosajonas, como por ejemplo las de Ricky Gervais, Extras o The office. Luego vino el concepto de la vergüenza ajena, y las ganas de llevar la apuesta lejos", detalla, añadiendo entre risas: "Nos vamos como picando el uno al otro a ver quién dice más burradas".
En los Premios Feroz, considerados la cita previa a los Goya -y homologable a los Globos de Oro, porque reconocen el cine y la TV-, tanto Gutiérrez como Alterio fueron galardonados. "Tuvimos la suerte de trabajar con dos actores en estado de gracia, que han sabido darle humanidad a los personajes en todo momento", apunta el director.
Con esos mismos protagonistas la serie grabó un piloto años atrás, pero sólo con la aparición de Movistar+ tuvo el impulso definitivo, y ahora alista su segunda temporada. "La gente está muy ansiosa de ver cosas nuevas. Al menos hasta hace unos años en España veníamos de una televisión algo más conservadora. Ahora es todo lo contrario: algo novedoso, con riesgo, que sorprenda. Yo creo que Vergüenza tiene todo eso", explica Alterio.
Sobre el vuelo que han tomado las series de su país, el realizador asegura: "Ahora haces un producto y es para el mundo entero, se hace con vocación universal. Hacer cosas sólo para el público de un país, parece que va a interesar menos. Pero por otro parte, al final lo local es lo que puede convertir algo en universal. Es un momento bastante fascinante".
Aunque ninguno se atreve a anticipar cómo será la recepción que tendrá la serie fuera de España, la actriz de todos modos dice: "Creo que en Latinoamérica se mete la pata igual que en Europa, por lo que puede llegar a funcionar".
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