Trump había hecho de la lucha contra el ascenso de Pekín una pieza central de la política económica y exterior de su administración.
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El presidente Xi está enfrentando la administración de Biden con una nueva visión del mundo, que los tiempos en los que Beijing no era un desafío para Estados Unidos como líder global se han terminado.
A pesar de que Ericsson se está beneficiando de las sanciones, el director ejecutivo Börje Ekholm se sintió movido a presionar a su rival chino para evitar una reacción violenta de Beijing.
El cobre a tres meses en la Bolsa de Metales de Londres (LME) cedía un 0,8% a US$ 8.979.
Estados Unidos está buscando que China cambie su comportamiento si quiere reiniciar las amargas relaciones, pero Pekín ha dicho que Washington está lleno de ilusiones si cree que se comprometerá.
En un informe entregado este viernes, el gigante asiático entrego una ambiciosa hoja de ruta que busca no depender de occidente para el desarrollo de nuevas tecnologías.
La moneda estadounidense terminó las operaciones con un incremento de $6,54 a una punta vendedora de $739,73.
Aunque se da por sentado un cambio de tono gracias a la salida de Donald Trump, en el largo plazo la confrontación entre las dos potencias resulta inevitable. De esta manera, se duda que Biden retire las barreras que impuso su antecesor, mientras que se anticipa que buscará el apoyo de sus aliados para encarar a sus contrincantes chinos.
Los inversionistas estadounidenses se verán forzados a retirar sus participaciones de las empresas seleccionadas.
La normativa habilita al Ministerio de Comercio chino a prohibir que empresas del gigante asiático reconozcan, apliquen y cumplan con restricciones extranjeras.
Trump rubricó el martes un decreto que prohíbe las transacciones con ocho aplicaciones de software chinas.
El Departamento del Tesoro publicó una guía que aclara que la orden ejecutiva, publicada en noviembre, se aplicará a los inversores de fondos cotizados y fondos indexado.
La medida, que no ha aparecido previamente en ningún otro medio, formaría parte del último esfuerzo del presidente Donald Trump para consolidar su legado de mano dura con China.
Los mercados bursátiles de Asia borraron las ganancias del inicio de la sesión por temor a que la iniciativa pueda señalar un mayor deterioro de las relaciones entre las dos economías más grandes del mundo.
Bajo el acuerdo, China pactó incrementar las compras de productos y servicios estadounidenses en al menos US$ 200.000 millones entre 2020 y 2021.
