En conversación con el diario El País, y a propósito de sus memorias publicadas recientemente, el cineasta explicó por qué no se había referido públicamente a la acusación de abuso sexual por parte de su hija adoptiva, Dylan. Sin embargo, reconoce que su silencio y el matrimonio con Soon-Yi, la hija adoptiva de su exesposa Mia Farrow le granjearon mala fama. Sin embargo, reitera que apoya las demandas del movimiento #MeToo, y que él mismo se considera un referente al haber empleado mujeres en sus filmes. Consultado por las protestas originadas a raíz de la muerte de George Floyd, asegura que se considera “liberal e incluso radical” respecto a los derechos de los afroamericanos.