Hace 10 años, un grupo de abogados se reunió para iniciar un movimiento llamado "Marca AC". La improvisada iniciativa tomó la posta de la demanda histórica de la izquierda de tener una Constitución escrita en democracia. La campaña derivó en el proceso constitucional de la expresidenta Bachelet y luego en dos intentos, con órganos 100% electos, para escribir una nueva Carta Fundamental. El desenlace de esta historia tiene una palabra: fracaso. Ahora, el gobierno y el oficialismo deberán cumplir lo prometido y no volver a iniciar otra discusión constituyente.