Boric toma cartas y asume la búsqueda de la esquiva unidad en el seno oficialismo
La injerencia de La Moneda en las elecciones del PPD y en los partidos del Frente Amplio para que aceleraran su unificación dejó en evidencia -esta semana- la decisión del Presidente de hacer todo lo que esté a su alcance para aglutinar a las fuerzas que respaldan a su gobierno, en medio de la crisis política por el traspaso de platas a fundaciones. La interrogante que sigue sobre la mesa es si sacrificará a Jackson en pro de la unión.
La “teleserie” en torno a las elecciones internas del Partido por la Democracia (PPD) -como la llamaron sus propios protagonistas- llegó a su fin la tarde del jueves.
Muy debilitada internamente, Natalia Piergentili -actual presidenta de la colectividad- depuso su candidatura a la reelección y se sumó a la lista del senador por La Araucanía, Jaime Quintana, como su primera vicepresidenta.
“Después de mucho pensarlo y de evaluar también mi sanidad mental y lo mejor para el partido, he decidido no ir a una competencia que siempre deja heridos”, anunció Piergentili esa noche en CNN.
Terminaban así varias semanas de negociaciones, enredos, recriminaciones -en privado- de alto calibre y acusaciones de intervención por parte de La Moneda e incluso del propio Presidente Gabriel Boric.
¿Por qué tantos intereses cruzados en torno a un partido con sus acciones a la baja y que en la reciente encuesta del Centro de Estudios Públicos (CEP) sólo un 2% de la gente se siente identificado con él?
En el PPD señalan que la propia ministra Carolina Tohá -militante de esa colectividad- lo sinceró la mañana del miércoles en una entrevista en radio Infinita. “Natalia es una persona que estimo muchísimo, con grandes capacidades, pero que en este momento su liderazgo se ha transformado muy divisivo y en esta etapa necesitamos un liderazgo más integrador hacia el Socialismo Democrático, al interior del propio partido, con las fuerzas con las que estamos aliados y con la ciudadanía”, sostuvo la titular de Interior, sincerando el principal anhelo actual de Boric: la unidad interna en el seno del oficialismo.
Piergentili chocó varias veces con el gobierno, especialmente con Tohá, siendo su decisión de enfrentar las elecciones del Consejo Constitucional en listas separadas -para no ir junto al Partido Comunista y al Frente Amplio-, el momento más tenso de su gestión.
A ello se sumaba el quiebre -para muchos insalvable- de la dirigenta con el FA, a quienes criticó duramente por no hacer una autocrítica tras la derrota en los comicios constituyentes del 7 de mayo y por seguir hablándoles a “los monos peludos y a les compañeres”.
Tanto en Palacio como en el PPD se llegó al convencimiento de que se necesitaba un perfil distinto al de Piergentili -más experimentado y amable- para liderar la colectividad en los próximos dos años y medio que restan al gobierno y también para acompañar y “cuidar” una eventual candidatura presidencial de Tohá (en la encuesta CEP de la semana pasada apareció en el séptimo lugar de las figuras oficialistas, sólo superada por el DC Claudio Orrego).
Y Quintana -expresidente del Senado durante el estallido social y uno de los impulsores del acuerdo por una nueva Constitución- era la persona más ad hoc.
Pero el senador cercano a Guido Girardi (ya de retirada en el Parlamento) tenía otros planes y no aceptó la propuesta de buenas a primeras, por lo que se debieron redoblar las gestiones de los interesados.
Entre los actos de presión, un grupo de destacados militantes del PPD amenazó con renunciar masivamente si Piergentili seguía en la dirección. Pero lo que finalmente logró convencerlo fue el argumento de La Moneda: era urgente ordenar a los partidos y a los parlamentarios para sortear la actual crisis política, a raíz del lío del traspaso de platas a fundaciones, intentar aminorar el fuego amigo, enfrentar a la derecha en bloque y evitar otra derrota electoral en las municipales del próximo año. En ese diseño, no había espacio para el discolaje y se necesitaba un “peso pesado”.
El viernes 28 de julio -noche en que vencía el plazo para inscribir las listas- se encendieron las alarmas en Palacio y en el PPD. Ese día, Quintana desapareció del mapa y dejó de responder su teléfono y los mensajes de WhatsApp, lo que llevó a que muchos pensaran que había desistido de ser candidato. Pero la razón de su ausencia era de carácter personal, había muerto su padre.
Pero la injerencia en el otrora partido instrumental, creado hace 36 años para recuperar la democracia en nuestro país, no fue la única intervención de La Moneda -y del entorno de Boric- para unir al sector.
“Este señor Andrade”
El viernes a mediodía, tras una distendida junta, los representantes de los tres partidos que integran el Frente Amplio -Convergencia Social, Revolución Democrática y Comunes- y de sus dos movimientos -Unir y Plataforma Socialista- se aprestaban a dar una noticia que el Segundo Piso de La Moneda esperaba con ansias: el llamado a sus bases para concretar cuanto antes la unificación en una sola colectividad.
Pero al salir de la reunión se encontraron con un imprevisto que cambió bruscamente el entusiasmo y la puesta en escena del punto de prensa: el representante legal de la fundación Democracia Viva, Daniel Andrade (ex RD) rompía su silencio en el matinal de Chilevisión, con duras críticas al FA y contradiciendo algunas versiones del gobierno en torno al caso que develó el traspaso de millonarios fondos estatales a fundaciones.
Los dichos de la expareja de la diputada Catalina Pérez eclipsaron el anuncio y la mayoría de las preguntas fueron sobre la entrevista de Andrade. “Este señor Andrade no representa en absoluto al espíritu frenteamplista. Que devuelva el dinero y se vaya lejos de acá… Él ha sido expulsado de Revolución Democrática y ha puesto todos los antecedentes a disposición de la justicia”, señaló el presidente de CS, el diputado Diego Ibáñez.
Pero más allá del impasse, los dirigentes frenteamplistas confirmaban la inminente refundación del bloque que los llevó en tiempo récord al poder y que Boric les había pedido expresamente el 10 de junio, durante el cuarto aniversario de su partido. “Los invito a que pensemos en grande, más allá de nuestra militancia”, les dijo el Mandatario esa noche, cuando nada hacía presagiar que días después estallaría la mayor crisis en lo que va de su administración.
Con esta acción -que el entorno del Mandatario había pedido a sus partidos acelerar en las últimas semanas- se busca aminorar el impacto -y daño electoral- que ha sufrido el bloque por los casos de eventual corrupción. Y, de paso, simplificar el entendimiento con las otras fuerzas de gobierno.
La unión del Frente Amplio busca ser replicada por el PPD y sectores del socialismo a través de una “federación” que aglutine a ambos partidos, radicales y liberales, e incluso intentar atraer a la DC, Amarillos, Demócratas y otros grupos de independientes.
En la clase política, especialmente en la derecha, no han pasado desapercibidos algunos gestos de Elizalde a la DC y ex DC en el Parlamento.
La apuesta de este grupo, integrado por la mayoría del PPD y sectores del Tercerismo y de las Grandes Alamedas del PS, es reconstruir el Socialismo Democrático, convencidos de que el Frente Amplio no logrará sobreponerse en un corto plazo a la actual crisis.
El PS tironeado
Desde el PPD y otros sectores minoritarios del Socialismo Democrático miran con suspicacia el acercamiento entre socialistas y Convergencia, ademas de la continuidad del trabajo de Unidad por Chile, el bloque con que el PC, el FA y el PS enfrentaron las elecciones constituyentes del 7 de mayo.
Sergio Bitar, uno de los históricos del PDD, y en cuya casa en Vitacura se llevaron a cabo las negociaciones en torno a la nueva dirección, afirma que, más allá de las diferencias entre quienes apoyaban a Piergentili y quienes pedían un cambio, la colectividad selló a fuego un pacto que, entre otros puntos, “busca reforzar las relaciones con el PS, con el objetivo de impulsar un proyecto político grande de Socialismo Democrático”.
El diputado Juan Santana (PS) asegura que el tema de una federación con el PPD no es parte del debate que hoy tiene el partido y sí reconoce una “mirada común” que existe hoy entre su partido y Convergencia. “Ellos (CS) se reconocen como parte de la tradición socialista y comulgamos detrás de una misma idea de mundo. Hoy nuestro objetivo es sacar adelante las tareas inmediatas del gobierno -reformas tributaria y de pensiones- y, si más adelante, eso se expresa en una alianza, será parte del debate partidario”, dice.
“Nosotros estamos haciendo un llamado, desde el Partido Comunista a la Democracia Cristiana, para enfrentar a la derecha en las municipales. Ese es hoy nuestro tema. Lo demás son mitos”, asegura el vicepresidente del PS, Arturo Barrios, quien cuenta que el 13, 14 y 15 de octubre se realizará el 32° Congreso General del partido que, según los estatutos, es el único órgano que puede redefinir la línea política y programa de acción. Ahí se espera que se resuelva quién se quedará con el PS.
“Les pido anteponer los intereses del país por sobre las divisiones”, les pidió -la noche del miércoles- Boric a los presidentes de los partidos que respaldan a su gobierno durante un encuentro realizado en el comedor principal del Palacio en Cerro Castillo.
La interrogante que sigue sobre la mesa es si el Presidente sacrificará al ministro Giorgio Jackson -su factótum y el hombre que lo llevó a la Presidencia- en pro de la esquiva unidad del la centroizquierda, tal como lo indicó Quintana ayer en La Tercera, al señalar que el ministro de Desarrollo Social “se ha transformado, en los hechos, en
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“La unidad de la izquierda siempre ha sido esquiva, porque hemos estado demasiado pendientes de ‘quién es el más puro’ y tratando de hacer alegoría de las diferencias permanentemente”.
13 de julio, 2021. En un debate radial, días antes de las primarias de Apruebo Dignidad.
“Creo que es posible reivindicar un nuevo tipo de izquierda, que sea profundamente democrática, igualitarista y que mejore la calidad de vida de nuestros pueblos”.
10 de junio, 2022. Entrevista en CNN Español
“Los invitó a que pensemos en grande, más allá de nuestra militancia”.
10 de junio, 2023. En el acto del cuarto aniversario de Convergencia.
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El PS continúa hoy siendo tironeado desde Convergencia -el partido de Boric- por un lado, y del PPD, por otro. En octubre, la histórica colectividad realizará un congreso general donde se definirá su línea política y su programa de acción.
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