Camila Vallejo: “Responder a la demanda de salida de un ministro u otro no ha impedido el obstruccionismo de algunos sectores del Parlamento”
La ministra vocera proyecta el último año de gobierno, el efecto Monsalve y los proyectos clave para La Moneda. Y explica por qué Boric mantuvo a su gabinete: “El Presidente no gobierna para las pretensiones de abandono de agenda de la oposición”.
Con 28 semanas de embarazo, la ministra vocera del Gobierno, Camila Vallejo (PC), está prácticamente en la cuenta regresiva para irse de prenatal, el que comienza a fines de diciembre. Es un niño y junto a su marido -el músico Abel Zicavo- aún no tienen el nombre decidido. Como tampoco tiene del todo claro quién oficiará de vocero o vocera en su ausencia. Es una decisión -dice- que tomará el Presidente Gabriel Boric. Pero sí tiene claro algo: que hasta que vuelva de su posnatal estará en permanente contacto y colaborando con el Mandatario, con quien tiene una relación estrecha.
Tras una semana en la que el propio Boric sepultó las opciones de un cambio de gabinete, la titular de la Segegob explica las razones que se tuvieron a la vista para esa decisión, proyecta el último año que queda de administración y urge a que las fuerzas oficialistas actúen con unidad.
Hace unos días, usted dijo que la magnitud de un cambio de gabinete dependería de los partidos, según la fecha límite para que los ministros pudieran renunciar y competir al Parlamento. ¿Qué pasó que el Presidente Boric decidió no remover a sus ministros?
El Presidente ha evaluado, dialogado y tomado una decisión, que es mantener a todo su equipo de ministros, porque ha llegado a la conclusión de que lo prioritario es seguir con un arduo, amplio e intenso trabajo en carteras que son claves para el cumplimiento de los compromisos que ha hecho ante el país. No hay una dicotomía en esto. Luego hizo una evaluación respecto a cargos que son de segunda línea y que están muy relacionados con fortalecimientos de gestión en ciertos ministerios. Entonces, independientemente de las aspiraciones y proyecciones de los partidos, el Presidente tomó una definición pensando en la agenda de trabajo que tenemos urgente que sacar adelante, tanto en los legislativo como en el ámbito de la gestión.
¿Y sacar a Jeannette Jara, Nicolás Cataldo, u otros ministros, implicaba debilitar las posibilidades de esta agenda?
Se especuló mucho en torno a nombres. Yo lo que puedo decir es que, independientemente de la evaluación pública que pueda haber sobre sus proyecciones o las propias partidarias, el Presidente tiene una hoja de ruta que quiere hacer cumplir y tener a ministros y ministras con las competencias, la experiencia y el manejo suficiente para sacarla adelante.
¿Se arriesgaba a debilitar este esquema?
La decisión del Presidente tiene que ver con mantener firme la hoja de ruta para cumplirle a Chile con las mejoras de las pensiones. Son muchas áreas, pero si me preguntas por educación, evidentemente acabamos de ingresar la ley para terminar con el CAE y construir un nuevo sistema de financiamiento. Luego tiene que ingresarse en este mes el proyecto para reparar la deuda histórica, algo que elaboró el ministro de Educación y que respaldó el Colegio de Profesores. La idea es saldar deudas que por años se han arrastrado.
¿No habla eso de una falta de elenco en el oficialismo?
Habla de que el Presidente tiene un equipo de trabajo que está arriba de una agenda que él ha comprometido y que considera que es capaz de cumplir.
¿La decisión no pasó por un desinterés de las autoridades para ir al Congreso?
Lo que primó para el Presidente tiene que ver con las prioridades y la agenda ciudadana que ha comprometido. Ahí está la centralidad. Y, además, porque el Presidente no va a tomar decisiones en función de las constantes solicitudes de renuncia de la oposición. Está trabajando para los chilenos y chilenas, no para los requerimientos de la oposición.
Pero también es importante reforzar las listas parlamentarias de los partidos.
Bueno, pero los partidos tienen que hacer, obviamente, su propio trabajo.
¿Cómo se toman la molestia que los partidos han esbozado en estos días?
Los partidos pueden tener opinión a través de declaraciones oficiales o trascendidos de prensa, pero la verdad es que tenemos muy claro que después de la conversación que tuvimos en el cónclave de Cerro Castillo, lo más importante es la unidad del mundo progresista y sacar adelante los compromisos que tiene este proyecto. Poner en el centro no cómo cada partido queda en un lugar, sino cómo la sociedad chilena avanza. Lo más importante es la unidad del sector para cumplir con las tareas que han comprometido, que hablemos más de eso, más que de cuántos subsecretarios tengo, tiene mi partido o el otro. Después de los resultados electorales se constató lo clave que es el acuerdo y la unidad del mundo progresista para poder avanzar.
¿Descarta un posible cambio de gabinete en marzo?
El Presidente fue claro, no hubo cambio de gabinete ministerial, y siempre tiene la facultad. Pero, ante esta presión constante de la oposición por cambios de gabinete a su medida, el Presidente dijo no. Y fue tajante. Algunos han tratado de instalar que el gobierno abandonó, que no tiene agenda, pero si uno mira la realidad concreta, la agenda es contundente, es desafiante. Por eso no hay que caer en distracciones al ritmo de lo que buscan algunos sectores de la oposición, que es centrarse en solicitudes de renuncia de uno u otro ministro: los efectos de eso no le han servido de nada a la población. Tuvimos la experiencia, por ejemplo, con la salida del exministro Jackson. Dijeron que si salía aprobaban la reforma previsional y aún la tenemos en el Congreso.
¿Se renuncia a dar un nuevo envión, una reactivación política al gobierno, al descartar un cambio de gabinete?
Lo que pasa es que, a la luz de los hechos, cuando se instala esa tesis, que, para avanzar hay que sacar a uno u otro ministro, la realidad nos demuestra que eso no sucede.
¿Por qué?
Porque el sacar o responder a las demandas de salida de un ministro u otro no ha impedido el carácter obstruccionista de algunos sectores del Parlamento. No ha dado resultados.
¿Es una lección aprendida?
Es una experiencia y una constatación de la realidad. Por ejemplo, vuelvo al caso quizás más emblemático, en que se insistió mucho en que el ministro Jackson tenía que salir...
Hubo un momento de mucha presión para que saliera la ministra Jara, también...
Con la ministra Jara, el ministro Montes. Siempre hay un ministro para la oposición que tiene que salir independientemente de las circunstancias, y eso va a resolver distintos problemas del gobierno...
O sea, acá el gobierno aprieta los dientes y sigue con su gente.
El Presidente toma decisiones pensando en los chilenos y chilenas, no en los requerimientos de salida que haga la oposición de sus ministros.
Sobre el caso Monsalve, en La Moneda se ha hecho un análisis de que el manejo de esta crisis se pudo haber hecho mejor...
El Presidente es el que evalúa. Independientemente de que todos podemos ser generales después de la guerra, las decisiones que institucionalmente había que adoptar, se adoptaron.
¿Qué se pudo haber hecho mejor?
Nosotros hemos tenido una evaluación crítica de la vocería que hizo el exsubsecretario desde La Moneda, argumentando su inocencia. Como persona tiene legítimo derecho a hacerlo, pero no fue lo que se le instruyó. El hecho es que el exsubsecretario hoy día está enfrentando la justicia como un ciudadano común, no como una autoridad. Y hay investigaciones penales y administrativas en curso.
¿Pero quién paga la responsabilidad política de los errores del gobierno?
Es que, ¿por qué, si tenemos enfrente a una persona acusada de violación, tienen que hacer responsable a ministras mujeres que tomaron las decisiones que les correspondían adoptar en cuanto a su cargo? Yo me cuestiono la premisa que está detrás de esto.
Pero no estamos hablando de ministras mujeres en específico.
O sea, la oposición lo que ha instalado es que deben pagar los costos dos ministras mujeres, particularmente la ministra del Interior.
Que es la superior jerárquica, administrativa del subsecretario.
Es que ahí es sorprendente cómo en vez de presionar o exigirle al exsubsecretario Monsalve, que es el denunciado por abuso sexual, se centra el ataque a la ministra del Interior, que es la que conoció el caso e informó inmediatamente a su superior jerárquico, como correspondía en un caso de esta gravedad para tomar la decisión que se adoptó.
¿No hay una responsabilidad política por parte del gobierno en este caso?
A ver, vuelvo a decir. Uno puede decir: hay muchas cosas que se podrían haber hecho mejor. Y nosotros hemos señalado una de ellas. La opinión pública y ustedes pueden decir que hubiera hecho esto de mejor manera u otra. Pero lo importante es que tenemos una ministra de Estado, como la ministra del Interior, que tiene como tarea fundamental, y que lo está haciendo, combatir la delincuencia, el crimen organizado y la agenda de seguridad. No necesitamos que el crimen organizado se vea fortalecido por la debilidad o el descabezamiento de instituciones. En eso ha estado trabajando una ministra que hace poco sacó adelante el proyecto para limitar los narcofunerales. Esa es la prioridad del gobierno. Por eso el Presidente mantiene a sus equipos ministeriales para poder seguir al ritmo que estamos trabajando en esas tareas.
¿Qué aprendizaje se saca de esta crisis en el Ejecutivo?
Las crisis se enfrentan, se toman decisiones e implican nunca perder el timón de las tareas que tiene el Ejecutivo adelante. Por lo tanto, frente a esta o cualquier otra crisis, lo que está haciendo el gobierno y lo que corresponde hacer es que la hoja de ruta no se pierda de vista y se trabaje por ella, porque eso es lo que espera la gente. Yo entiendo que algunos quieran hacer que el gobierno solo hable de este caso y no salga de la crisis, pero nuestra tarea y responsabilidad es poner en el centro a las personas y sus necesidades, no las pretensiones de la oposición.
Esta crisis expuso también fisuras en el comité político. ¿Cómo quedó esa relación?
Hoy día tenemos un equipo de trabajo cohesionado, unificado, trabajando en el bien superior.
¿Reconoce que se expusieron esas fisuras?
No me hago cargo de cahuines o filtraciones, la verdad. Lo que puedo decir y constatar es que tenemos un equipo de trabajo con mucha claridad de la tarea que tiene por delante y es la que ha mandatado el Presidente.
¿Este ajuste acotado de gabinete es una manera de pasar la página de esta crisis?
No tiene nada que ver con esto.
Pero ¿es como un next, empezamos algo nuevo?
Algunos querían que fuera el caso Monsalve el criterio para hacer un cambio de gabinete. (Pero) El Presidente no gobierna para las pretensiones de renuncia o de abandono de agenda de la oposición.
La reforma de pensiones se comprometió para fines de enero. Si es que no se aprueba, ¿el gobierno se quedaría sin legado?
La ministra Jara dijo que estábamos en condiciones de sacar adelante la reforma previsional, porque ha ido avanzando. Dicho esto, no se trata de legado, se trata de urgencias. La reforma previsional está pendiente desde hace más de 10 años. Ya dos gobiernos anteriores la han tratado de sacar adelante y, por distintas razones, las oposiciones circunstanciales hemos dicho que no era suficiente. Entonces, es el momento de generar un acuerdo amplio para cumplir con esta urgencia social.
Uno de los deseos del Presidente es que la alianza de gobierno se pueda proyectar más allá de esta administración. Algo como la Concertación o el Frente Popular. ¿Es viable?
En eso sí ha sido muy nítido y claro el Presidente, en público y en las reuniones políticas con nuestros aliados, que es clave la unidad del mundo progresista. No es solo oficialismo. Uno puede ver en el mundo progresista claras diferencias y matices, eso es parte de la democracia. Pero ir materializando una unidad del sector con propósitos claros, pensando en el país, su progreso y desarrollo, es una tarea del presente y del futuro inmediato de este sector. Si uno se fija en un análisis del último resultado electoral, es clave la expresión del mundo progresista y el acuerdo que se logró para enfrentar ese proceso electoral. (...) El avance de los populismos radicales de derecha o de la ultraderecha hace mucho más urgente y prioritario tener una alianza amplia. La división en el mundo progresista sería un gravísimo error, en estos momentos más que nunca.
¿Se debería proyectar la lista única de las municipales para las parlamentarias?
Esto es una discusión que no define el Ejecutivo, pero si uno piensa en la unidad más amplia para evitar el avance de sectores que promueven el estatu quo, los retrocesos antidemocráticos, evidentemente que eso tiene que tener expresiones en distintos espacios.
¿Les preocupa la falta de cartas presidenciales oficialistas?
Podrán no haber candidaturas, pero hay proyectos y eso es lo más relevante en este momento. Para nosotros lo primero es el proyecto. Liderazgos puede haber muchos. Varios han dicho que no. Pero, bueno, quién sabe, ¿no? Lo que pueda pasar más adelante.
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