Del entusiasmo a la frustración: Cómo ha vivido Piñera la caída de Sichel y la irrupción de Kast

Sebastián Piñera
15/07/2021 SEBASTIAN PIÑERA PARTICIPA DE PROYECTO DE LEY CONTRA AMENAZAS Y HOSTIGAMIENTO Mario Tellez / La Tercera

El Mandatario estaba animado con la idea de que su exministro de Desarrollo Social pasara a segunda vuelta y ve con inquietud el alza del líder del Partido Republicano.


-Hay tres cosas que se necesitan para ser Presidente : venir del centro, llamarse Sebastián y ser independiente.

La frase es de autoría del Presidente Sebastián Piñera. La dijo el 22 de julio pasado, en el marco de una reunión que sostuvo con dirigentes de Chile Podemos Más en Cerro Castillo, en Viña del Mar, y era el reflejo del estado de optimismo que se había instalado en el Mandatario: lo planteó a días de que Sebastián Sichel ganara las elecciones primarias, donde el exministro -de manera sorpresiva- dejó en el camino a Joaquín Lavín (UDI), Mario Desbordes (RN) e Ignacio Briones (Evópoli).

Nadie discute en La Moneda que el inesperado triunfo de Sichel -quien además se impuso holgadamente en la competencia oficialista- dio un nuevo aire a Piñera. Razones no le faltaban, ya que el abogado pavimentó su perfil presidenciable en el gabinete -primero fue vicepresidente ejecutivo de Corfo, luego presidente de BancoEstado y remató como ministro de Desarrollo Social- y -tal como el propio Mandatario antaño- provenía del entorno DC.

El entusiasmo de Piñera por esos días era evidente, cuentan en Palacio, tanto así que esa “fórmula ganadora” -fiel a su estilo- la repitió varias veces en citas con sus ministros y con parlamentarios del sector en los días sucesivos. No obstante, como dijo el exministro de Salud Jaime Mañalich, en el marco del manejo de la pandemia del Covid-19, sus expectativas se fueron “derrumbando como un castillo de naipes” a medida que avanzaba la campaña y ese frenesí se fue transformando en frustración. La irrupción del abanderado del Partido Republicano, José Antonio Kast, no ha dejado indiferente a Palacio y, según comentan varias autoridades, ha significado un golpe para Piñera.

Conforme se consolidaba el alza del líder del Partido Republicano, el Mandatario dejó de repetir la broma y comenzó a analizar con preocupación el asalto de Kast en los distintos sondeos de opinión. Un tema que -además- comenzó a ser motivo de conversación en más de una oportunidad en los comités políticos que encabeza con los secretarios de Estado.

-Hay una tendencia.

En una de estas citas con sus ministros -hace unas semanas-, el Mandatario lanzó la sentencia. Luego pidió opiniones a los secretarios de Estado y su diagnóstico sobre la irrupción de Kast.

Piñera conoce bien el desempeño del exdiputado UDI en contiendas electorales. Fue su contendor en los comicios de 2017, en los que se impuso el Mandatario y donde Kast logró 7,93% en la primera vuelta. Al día siguiente, el hoy líder del Partido Republicano le endosó su respaldo sin pedir condiciones y comenzó a recorrer el país.

En La Moneda no hay dos lecturas respecto del escenario electoral que parece favorecer a Kast en las últimas semanas: el abanderado logró encarnar de mejor manera la demanda ciudadana de seguridad y orden que se fortaleció tras el segundo aniversario del estallido social, ocasión en que retornaron episodios de saqueo, violencia y vandalismo.

Según los cálculos de Palacio, a diferencia de Sichel, el también exdiputado UDI logró instalar la imagen de que esa no sólo es una de las preocupaciones centrales de su campaña, sino que, además, aplicará “mano dura” para mantener el orden público.

En paralelo, el exministro ha debido sortear una campaña dura que lo llevó a enfrentarse tempranamente con los parlamentarios de Chile Podemos Más por el cuarto retiro previsional -a quienes amenazó con retirar su respaldo- y a una ofensiva -que acusó venía de sus excamaradas DC- sobre financiamiento irregular en su campaña a diputado en 2009.

Se acaba la magia

El triunfo de Sichel en las primarias de julio sorprendió de

manera tan grata al Mandatario que -pocos días después- en una visita cuyos detalles se han mantenido en extrema reserva, personeros del comando del exministro llegaron hasta el despacho de Piñera a realizar una suerte de exposición sobre las razones de su victoria.

Así, el entendimiento entre el Ejecutivo y el comando partió con pie derecho. Los ministros colaboraban dentro de lo que podían con Sichel, es decir, se enviaban insumos como minutas e incluso -aseguran altas fuentes de gobierno- se tuvo la deferencia de “avisarle” ciertos anuncios con antelación.

La armonía -sin embargo- se fue debilitando lentamente. Desde el gobierno resentían el exceso de independencia del candidato y -de manera especial- las declaraciones consideradas desafortunadas en contra del Ejecutivo.

Aunque era evidente -se entendía implícitamente- que Sichel debía marcar diferencias con el gobierno como estrategia de campaña, uno de los flancos en los que insistían sus contendores de la oposición era el carácter continuista de Piñera en su eventual administración- la actitud del exministro al estallar nuevamente el caso Dominga generó un punto de inflexión en su relación con La Moneda.

No fue indiferente en Palacio -ni para el propio Mandatario- que Sichel exigiera explicaciones a Piñera por los detalles de la compraventa de la minera cuando el Presidente había abordado personalmente el tema en un punto de prensa. De hecho, aseguran en La Moneda, el ministro de la Segegob, Jaime Bellolio, en varias oportunidades transmitió al entorno de Sichel que el asunto ya estaba explicado y cerrado.

Tampoco cayó bien en el gobierno que el exministro de Desarrollo Social insistiera en que en La Araucanía se declarara estado de sitio debido a que sus palabras elevaban las expectativas de la ciudadanía y, al ser inviable políticamente, le provocaban costos al Ejecutivo.

Hoy, cuando el escenario comienza a despejarse, más de un ministro comenta que Sichel nunca lo ha contactado, ni pedido opinión, y que tampoco lo han hecho personeros de su comando. Un secretario de Estado agrega con ironía que sólo una vez recibió un mensaje de WhatsApp de integrantes del equipo del abanderado para colaborar en la campaña.

Quienes han conversado con el Mandatario en los últimos días sostienen que Piñera ya no se guarda comentarios sobre la campaña de su exministro y que ha puesto el acento en que Sichel se rodeó de un equipo “inexperto” y que eso le ha terminado pasando la cuenta.

El goteo de ministro en favor de Kast

De los 23 ministros del gabinete hay al menos tres secretario de Estado que votarán por Kast en primera vuelta, según comentan en el gobierno. Felipe Ward (Vivienda), Raúl Figueroa (Educación) y Julio Isamit (Bienes Nacionales). Sobre Ward, en todo caso, en su entorno dicen que sufragará por Sichel. Eso sí, en el comando de Kast, en privado, transmiten que son varios más los que están con ellos y también algunos subsecretarios. Como sea, ninguno lo dirá públicamente, según comentan en sus entornos y en el Ejecutivo, debido a que tienen el compromiso de respetar a Sichel, quien es el candidato que ganó las elecciones primarias.

“Hay una especie de tabú de no hablar al respecto”, comenta un secretario de Estado, agregando que, a su juicio, Sichel ha ido generando mucha desafección al interior del gabinete.

De los ministros del comité político nadie votaría por Kast en primera vuelta, o al menos así lo aseguran en sus respectivos entornos. En los últimos días trascendió que el ministro del Interior, Rodrigo Delgado, y su par de Hacienda, Rodrigo Cerda, podrían inclinarse por el líder de Republicanos, sin embargo, en sus círculos más cercanos lo descartan. En cuanto al titular de Interior, si bien mantiene una buena relación con Kast y ha hablado con él por temas relativos a seguridad, se asegura que Delgado va a respetar que Sichel se haya impuesto en las primarias oficialistas.

En cuanto a Cerda, se le vincula con Kast por la estrecha relación que mantiene con la mano derecha del líder del Partido Republicano, Cristián Valenzuela, quien es su amigo y además fue su asesor cuando estaba en la Dipres, y ahora lo sigue aconsejando, pero de manera más informal.

Como sea, Cerda justamente esta semana dio una señal contraria de apoyo a Kast y manifestó, sobre su idea de bajar impuestos, que “se bajan demasiado los impuestos. Eso significa que es muy difícil disminuir el déficit, porque cuando usted baja los impuestos efectivamente tiene menores ingresos (...). Efectivamente, tiende a ser algo preocupante”,

Más allá de los apoyos, hay ministros que mantienen diálogo directo con Kast y otros que lo tienen con sus entornos. En el caso del titular de la Segegob, Jaime Bellolio, es amigo de Valenzuela desde hace años, son vecinos, hablan constantemente y se espera que entre ellos se produzca el diálogo más formal respecto a qué hará La Moneda el día de las elecciones.

El caso de Bellolio es uno de los más llamativos en relación al exdiputado UDI. El vocero hace al menos dos años que tiene las relaciones cortadas con Kast. Pasó de ser su delfín político a tener nulo contacto tras diferencias principalmente en temas valóricos y el perfil más liberal que Bellolio comenzó a cultivar. La última vez que se mensajeó con el líder de Republicanos fue en marzo de este año y fue -más bien- de carácter humano: cuando Kast se enfermó de Covid-19, el vocero le mandó un mensaje por WhatsApp y el abanderado, agregan las mismas fuentes, le agradeció y le contó cómo lo estaba pasando con la enfermedad.

Con Piñera -en tanto- ya suman meses de silencio con Kast. En el comando del exdiputado señalan que ambos solo han intercambiado palabras tres veces: Cuando vino a Chile Francis Fukuyama, para el estallido social en 2019 y este año, cuando el abanderado se enfermó de Covid-19. En esa oportunidad -además- Kast le solicitó un café al Mandatario para conversar, pero éste nunca le respondió.

En La Moneda señalan que un eventual paso a la segunda vuelta de Kast tiene un sabor agridulce para el Mandatario. Por cierto que no es indiferente a Piñera a quién le traspasará la banda presidencial en 2022. De hecho, una de las frustraciones de su primer mandato fue que debió entregar el poder a Michelle Bachelet y no a un representante de su coalición.

Es por esta razón que la sorpresiva arremetida de Sichel en las primarias oficialistas y su auspicioso debut en las primeras semanas de campaña le habían devuelto el entusiasmo al Presidente. Hoy -en cambio-, si bien la posibilidad de un triunfo de Kast no es el peor escenario para su administración, en el gobierno lo califican de “mal menor” -aunque alguna vez, años atrás, el propio Mandatario aludió al abanderado de Republicanos como “un extremo”-, lo cierto es que el exdiputado se ha declarado de oposición y su desembarco en La Moneda está lejos de asegurar la defensa de la administración de Piñera.

Un exministro que conversó con el Mandatario hace unos días asegura que éste le transmitió que si el escenario termina siendo Kast y Boric en segunda vuelta, hay que ser pragmáticos. Cómo se traducirá ese pragmatismo está por verse. Hasta ahora, en La Moneda sostienen que para la noche del próximo domingo, una vez que se conozcan los resultados, lo único que está previsto es que el Mandatario utilice sus redes sociales para felicitar a quienes pasen a segunda vuelta.

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