Jacqueline van Rysselberghe: “No compartí con Macaya que no tuviera una posición más frontal con el gobierno, pero enmendó el rumbo”

JAQUELINE
La expresidenta de la UDI, Jacqueline van Rysselberghe. FOTO: RUDY MUÑOZ / LA TERCERA JACQUELINE VAN RYSSELBERGHE HERRERA - SENADORA - UNION DEMOCRATA INDEPENDIENTE

La expresidenta de la UDI valora el gesto del extimonel gremialista de dar un paso al costado. De todas maneras, marca un tono crítico respecto de los dos periodos de su gestión. “Yo me siento cómoda con un estilo más confrontacional y duro”, dice.


Radicada en Concepción, donde trabaja como psiquiatra, la expresidenta de la UDI Jacqueline van Rysselberghe se conectó e intervino en la comisión política del martes pasado, cuando su rival, el senador Javier Macaya, renunció a la presidencia del gremialismo, tras las presiones que surgieron por el apoyo que dio a su padre, Eduardo Macaya, condenado en dos casos de abuso de menores.

Si bien está alejada de la política activa, la también exsenadora tiene todavía dentro el “bichito” de la política que le revive cuando hay casos contingentes a nivel nacional. Su discurso, en el que respaldó a la nueva directiva y la decisión de Macaya, llamó la atención entre los gremialistas, especialmente porque la “Coca” había mantenido una línea dura contra la gestión del senador.

¿Qué dijo en la comisión política?

Di mi opinión en términos de que encontraba súper compleja la situación por la que estaba pasando Javier Macaya. En lo personal es difícil, porque más allá de la situación legal de su papá, de todas formas es su papá. Es un vínculo fuerte que no se puede llegar y borrar. Pero también es complejo, porque es difícil desdoblarse del papel de hijo a presidente de partido y se generan conflictos políticos.

¿Hizo bien en renunciar?

Encontraba que era difícil la situación y me pareció oportuna la renuncia que había presentado, porque claramente no lo iban a dejar tranquilo. Por eso me parecía importante resolverlo rápidamente. Que esta característica tan propia de la UDI, que es ordenarse ante los conflictos grandes, se diese de forma casi natural. Y que hubiese un respaldo, más allá de las diferencias puntuales, de los distintos liderazgos, a quienes iban a asumir la conducción.

¿Era complejo no renunciar?

No tenía otra opción. Esto iba a seguir creciendo. Iban a buscar distintas aristas para mantener el tema. Esto solo habría aumentado y el tono habría generado daño electoral a nuestros candidatos.

¿Su permanencia suponía un riesgo para la UDI y la derecha?

Más que un riesgo era un conflicto que se iba a dar. Imagina cómo hubiese sido que Javier hubiese ido a inscribir a los candidatos al Servel, habría habido una funa. Esa habría sido la noticia, no la inscripción de los candidatos. Él fue capaz de darse cuenta de eso.

¿Ya quedó dañada la UDI? Se hicieron protestas en la sede.

Creo que no. Sinceramente. Fue oportuno. Por eso me parecía que era bueno que esto se cortara rápido y fuera claro. Por eso yo participé en la comisión política y hablé, para que no quedara la impresión de que solo una parte de la UDI estaba detrás de este cambio de directiva.

Se comentó que incluso complicaba a la candidata presidencial Evelyn Matthei.

Es un tema complejo. Entiendo las declaraciones de Javier, él mismo se dio cuenta de que no fueron adecuadas. Estuvo bien que renunciara, porque fue acotado. No creo que genere más consecuencias, a pesar de que estén tratando de seguir con el tema.

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La expresidenta de la UDI Jacqueline van Rysselberghe. FOTO: RUDY MUÑOZ / LA TERCERA

“Esto le sirve al oficialismo”

Se están preparando más manifestaciones y surgen antecedentes nuevos, como testimonios de Macaya en el caso.

Eso es más de lo mismo. Esto le sirve al oficialismo. Están tratando de buscar distintas cosas. Creo que la mayor dificultad probablemente, más que para la UDI, puede ser para Javier e incluso para su papá que lo pone en una situación compleja.

¿Qué balance hace del periodo de Macaya como presidente? Se reeligió, incluso sin competencia.

A Javier le quedaban cinco meses de presidencia. Si esto no hubiese crecido como una bola de nieve, era legítimo que terminara su periodo. Como en todo, tiene cosas buenas y cosas malas. Hay algo que no compartí con esta directiva. En todo el proceso constituyente dije que había que tener una posición más frontal contra el gobierno. Posteriormente, enmendaron el rumbo y han ido sintonizando un poco mejor con nuestros electores. Yo me siento cómoda con un estilo más confrontacional y duro. Y en una etapa del país donde estábamos súper polarizados, donde tenemos un gobierno muy de izquierda, me parece que desde un comienzo había que marcar esas diferencias.

¿Esa falta de estilo frontal provocó el crecimiento del Partido Republicano?

No tengo duda de que eso influyó en parte. Sin duda que ayudó. Porque cuando uno veía quién era la oposición al gobierno, eran los republicanos.

Macaya tenía un estilo dialogante con el gobierno. ¿Quizás no le rindió frutos? Hasta La Moneda se hizo parte de la arremetida en su contra.

A mí me gustan las cosas más frontales por una forma de ser. Me gusta saber lo que el otro piensa y decir lo que yo pienso. Además, en esto no hay que confundirse, porque ellos son nuestros adversarios y van a usar todo para poder sacar ventajas.

¿Ramírez debiera volver a ese estilo frontal?

En general, la UDI ha ido ordenando un poco más eso. Ha sido capaz de decir que mientras algo no cambie, no va a ceder. Han ido leyendo mejor el escenario.

Macaya era el símbolo del triunfo de la nueva generación en la UDI, pero termina en una caótica salida. ¿Es una derrota para la nueva generación?

Es un conflicto para la UDI. Es malo para todos. Cuando en un país cae la democracia, es malo para el país y no solo para el gobierno.

En diciembre hay elecciones internas. ¿Influye toda esta crisis?

Va a depender mucho de qué pase en los próximos meses, cómo evolucione la competencia municipal en octubre.

¿Sería mejor llevar un candidato de consenso en la interna?

Me parece que eso es lo óptimo. Yo no le tengo miedo a la competencia, pero si surge una cosa de consenso tampoco me parece mal.

Se habla del senador Juan Antonio Coloma.

Podría ser. Juan Antonio es una persona con experiencia, que conoce la UDI al revés y al derecho. No tengo ninguna duda de que podría hacerlo tremendamente bien.

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La expresidenta de la UDI Jacqueline van Rysselberghe. FOTO: RUDY MUÑOZ / LA TERCERA

¿A usted le gusta la figura de Guillermo Ramírez como nuevo presidente de la UDI?

Tengo la mejor opinión del Guille. A lo mejor lo hace tan requete bien que uno dirá que es mejor que siga. O a lo mejor se requiere otra cosa, porque él va a estar en elecciones el próximo año.

¿Cómo le podría ir a la UDI en las elecciones?

Tengo la impresión de que en gobernaciones le puede ir bastante bien, a diferencia de lo que fue la vez pasada. Y por eso es que me cuesta entender la postura que ha tenido republicanos. Porque hay un montón de regiones en donde eventualmente si fuésemos con un solo candidato podríamos ganar en primera vuelta.

¿Han complicado mucho la negociación los republicanos?

Me gustaba mucho el trabajo que había hecho republicanos. Pero en esta vuelta me da la impresión de que ellos están más bien mirando su proyecto personal. Primarias no quisieron, encuestas tampoco. No quieren nada.

¿En qué podría decantar la situación de Concepción? Ahí compite su hija.

Acá lo que sucede es que el oficialismo va súper abierto. Va con cuatro candidatos. Lo ideal sería ir con un candidato único, pero ya tienes un postulante del Partido Social Cristiano. Es complejo. Si llegan con más de un candidato tampoco es tan dramático, porque el oficialismo va abierto.

¿Está en riesgo que los republicanos se consoliden como la principal fuerza de la oposición?

A republicanos no creo que le vaya muy bien en gobernadores. No veo que sus candidatos sean más fuertes que los de Chile Vamos. En alcaldías no creo que les vaya a ir tan bien. Podrán sacar unas pocas. Donde pueden sacar votos es en concejales, porque nosotros somos una coalición que vamos en alianza. Pero no creo que sea como la elección del proceso constituyente en que ganaron.

¿Cómo debiera Matthei marcar el tono?

La Evelyn lo ha hecho bien hasta el minuto. Falta harto. Los partidos tenemos la obligación de cuidarla y trabajar en unidad para poder ayudarla a que se consolide. No podemos después de un gobierno de izquierda perder la posibilidad de retomar el rumbo con un gobierno que represente nuestras ideas. Y Matthei es la que tiene más posibilidades. Kast ya perdió una vez.

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