La reñida batalla electoral en Estados Unidos: ¿Qué estados decidirán las elecciones?
En la recta final de cara a los comicios del martes, Joe Biden y Donald Trump se han enfocado en un puñado de estados indecisos, donde concentran sus actos y gastos de campaña. Saben que los votos electorales en disputa allí serán claves para ganar el sillón presidencial de la Casa Blanca.
Con sus 29 votos electorales, Florida es el gran premio en las elecciones del martes en Estados Unidos. Miles de personas, muchas de ellas sin mascarillas, se agolparon en un evento al aire libre el jueves en Tampa, para escuchar a Donald Trump burlarse de su oponente demócrata. “¿Se imaginan perder ante este tipo? ¿Se imaginan?”, dijo el mandatario republicano, de 74 años, que agregó que confiaba en su reelección. Trump reiteró su advertencia de que bajo un eventual gobierno de Joe Biden el confinamiento por el coronavirus impediría la vida normal. “No les van a permitir hacer nada”, aseguró en un ambiente festivo bajo el fuerte sol de Florida.
Biden, por su parte, realizó un mitin en un autocine en una universidad en el condado de Broward, al norte de Miami, donde los asistentes permanecieron en sus autos para evitar una posible propagación de la enfermedad. “Donald Trump se ha rendido” en la lucha contra el Covid-19, afirmó el exvicepresidente de Barack Obama, quien acusó a su rival de organizar eventos “súper propagadores del virus”.
Trump y Biden dejaron así en evidencia sus distintas maneras de enfrentar la pandemia de coronavirus, que tiene a EE.UU. como el país más afectado del mundo, con más de 9,2 millones de infectados y casi 235 mil muertos.
Pero al margen de sus disímiles visiones y estrategias frente al Covid-19, su visita a Florida durante la misma jornada reveló la importancia que ambos candidatos otorgan al “estado del sol”, el mismo que junto a otro puñado de estados indecisos definirán la carrera presidencial. Con poblaciones muy divididas políticamente, Pennsylvania, Michigan, Wisconsin, Arizona, Georgia, Carolina del Norte, Minnesota y Florida representan 127 votos electorales, un botín codiciado en la búsqueda del llamado “número mágico”: los 270 sufragios necesarios (de un total de 538) en el Colegio Electoral para quedarse con el sillón presidencial. En 2016, Trump obtuvo 2,8 millones de votos menos que Hillary Clinton, pero logró ganar en una treintena de estados, sumando 304 votos electorales, lo que le aseguró la victoria frente a la candidata demócrata, que solo consiguió 227.
Hace cuatro años, Trump arremetió en la recta final de la campaña. La ventaja de Clinton se redujo a solo dos puntos en el promedio nacional una semana antes de las elecciones del 8 de noviembre de 2016, según los registros de Real Clear Politics. “Su ventaja había sido tan alta como siete puntos a aproximadamente 21 días de los comicios”, recordó Harry Enten, analista de CNN Politics. Pero ahora la situación para el republicano es diametralmente opuesta. “Quizás lo más preocupante para el Presidente Trump es que está claramente por detrás de su ritmo de 2016. En este punto, hace cuatro años, estaba cerrando rápidamente la brecha con Hillary Clinton. No se pueden ver tales avances en la encuesta de 2020 contra Biden”, reiteró el experto.
Según el promedio de encuestas nacionales de Real Clear Politics, Biden tiene un 51,3% de las preferencias, frente al 43,5% de Trump. Es decir, una diferencia de 7,8 puntos porcentuales en favor del candidato demócrata. Sin embargo, esa brecha se reduce a apenas 3,1 puntos en los principales “campos de batalla” de esta elección. Allí, en promedio, Biden alcanza un 48,9% de intención de voto, mientras que Trump, 45,9%.
Por ello, en las últimas semanas ambos candidatos han centrado sus actos y gastos de campaña en estados indecisos escogidos con pinzas. Después de coincidir el jueves en Florida, el viernes lo hicieron en Wisconsin y Minnesota. Esos son estados importantes que Biden debe cubrir, ya que Clinton fue criticada por descuidar a los votantes de la clase trabajadora en la misma región en los últimos días de su campaña de 2016.
De hecho, según Bloomberg, Trump movió recursos a los estados industriales del norte que lo llevaron a la victoria hace cuatro años. Así, asegura la agencia de noticias, en la recta final su campaña optó por colocar la mayor parte de su presupuesto publicitario en solo cuatro campos de batalla: Michigan, Minnesota, Ohio y Pennsylvania, con compras de publicidad de más de US$ 1 millón en cada estado. Las encuestas muestran que el Presidente republicano está atrás en todos esos estados, excepto Ohio, donde él y Biden están efectivamente empatados.
Pennsylvania: La madre de todas las batallas
Para el sitio de estadísticas políticas FiveThirtyEight, “en este momento Pennsylvania parece el estado más importante de las elecciones de 2020”. Según su pronóstico, el estado “Piedra Angular” es, con mucho, el con más probabilidades de otorgar a Trump o Biden el voto decisivo en el Colegio Electoral: tiene un 31% de posibilidades de ser el “estado de punto de inflexión”.
Pero Jeff Horwitt, vicepresidente senior de Hart Research Associates, empresa que realiza sondeos para grupos demócratas, relativiza el rol clave de ese estado. “No sé si Pennsylvania es el fin de todo, si bien es muy importante”, explicó el encuestador a La Tercera. “El otro desafío aquí es que es posible que tengamos que esperar un tiempo para que se cuente el voto de Pennsylvania, ya que no han experimentado la votación anticipada a esta escala antes y no cuentan los votos hasta el día de las elecciones, a diferencia de un estado como Florida. Entonces, creo que Florida es más revelador”, apuntó Horwitt.
En efecto, como advierte FiveThirtyEight, el aumento de las papeletas de votación por correo podría provocar un gran “cambio azul” en Pennsylvania, estado donde Trump se impuso a Clinton por 48,17% contra 47,46% en 2016. Hasta ahora ya se han devuelto alrededor de 2,1 millones de boletas por correo, casi un tercio del número total de votos emitidos en el estado hace cuatro años. Pero debido a que Pennsylvania no puede comenzar a procesar las boletas por correo hasta las 7.00 del día de las elecciones, podría pasar un tiempo antes de que se conozcan los resultados completos. Los funcionarios estatales han dicho que podría tomar hasta el viernes terminar de contar la mayoría de las papeletas.
Y entre el martes y el viernes podría haber un cambio bastante grande en términos de qué partido es el favorito en el recuento de votos, dado que es mucho más probable que los adherentes de Biden voten anticipadamente que los partidarios de Trump, que son mucho más propensos a votar el día de la elección. De hecho, los datos recolectados por el U.S. Elections Project de la Universidad de Florida indican que del total de boletas devueltas en Pennsylvania, un 67,7% corresponde a electores demócratas y un 22,1% a republicanos.
Además, recientes fallos de la Corte Suprema favorecen un recuento más extenso de los sufragios. Ello, porque el máximo tribunal conservó una sentencia estatal de Pennsylvania que permite el recuento de los votos recibidos hasta tres días después del martes, incluso si no hay un matasellos legible. Una decisión similar adoptó respecto de Carolina del Norte, que podrá contar los votos hasta nueve días después de la elección, siempre que las boletas tengan matasellos del día de los comicios. Esas son, según CNN, victorias para los demócratas, pero también recordatorios de una verdad incómoda: es posible que EE.UU. no tenga un claro vencedor presidencial en la noche de las elecciones.
Florida, el estado decisivo
Por ello, como decía Horwitt, es probable que lo que suceda durante la jornada electoral en Florida sea “más revelador”. Pese a que Trump terminó triunfando allí en 2016 con un 49,02% de los votos versus el 47,82% de Clinton, ahora no le ha ido tan bien en el “estado del sol”. Mientras que el republicano tiene un 46,9% de intención de voto, el exvicepresidente de Obama lo supera con un 48,3%. “Los republicanos no tienen ninguna posibilidad de ganar a nivel nacional si no se llevan Florida. No porque Florida sea ‘el’ estado más importante, sino porque si el Partido Republicano pierde Florida, es casi seguro que no les va bien en general. Uno podría acercarse a decir lo mismo sobre los demócratas y Pennsylvania”, explicó a La Tercera Stephen C. Craig, profesor del Departamento de Ciencia Política de la Universidad de Florida.
Si de cálculos se trata, The New York Times dice que Biden puede ganar de manera ortodoxa, volteando los tres estados industriales que se conocían como el muro azul hasta que Trump los ganó en 2016: Michigan, Wisconsin y Pennsylvania. O puede prevalecer ganando uno o más estados de Sun Belt, o “Cinturón del Sol”, que ningún candidato presidencial demócrata ha ganado en más de dos décadas, como Arizona, Georgia y Texas. También podría casi hacerse con la Presidencia al ganar Florida.
Pero pese a la incertidumbre sobre el resultado en los estados indecisos, FiveThirtyEight asegura que Biden tiene una chance de 90 en 100 de ganar las elecciones, proyectando que el candidato demócrata podría alcanzar los 348 votos electorales. Una cifra que la revista U.S. News & World Report amplía incluso más. Si Biden ganara todos los estados disputados, señala, obtendría 375 votos electorales, el mayor total obtenido por un candidato presidencial desde Bill Clinton en 1996.
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