Los tiempos opuestos que marcan la campaña del 17-D
A 49 días del plebiscito, el reloj corre en direcciones opuestas para el oficialismo y la oposición. Mientras los “A favor” tienen el acelerador a fondo para revertir las malas cifras de las encuestas, sacando incluso a Evelyn Matthei de su silencio, los “En contra”, con amplia ventaja en los sondeos, han logrado poner freno de mano y ordenarse para dilatar el proceso.
El martes por la tarde, una llamada ingresó al celular de la alcaldesa Evelyn Matthei. Al otro lado de la línea estaba Javier Macaya, presidente de la UDI, preocupado por los tiempos que manejaba la alcaldesa para definir su postura ante el plebiscito del 17 de diciembre.
El lunes, el dirigente gremialista -el único que queda de las jefaturas de Chile Vamos y de Republicanos tras el 4-S- había presionado públicamente un pronunciamiento, cuando sentenció que “es el tiempo de las definiciones”.
La inquietud no era ajena para Matthei. Desde que a fines de septiembre planteó sus dudas respecto del nuevo texto, durante semanas, dirigentes, parlamentarios y hasta exministros, como Andrés Chadwick, se habían comunicado con ella para conocer su posición, recibiendo cada uno la misma respuesta: “Voy a decidir cuando analice el texto definitivo”.
El diseño, sin embargo, lo tenía claro y así se lo había comunicado a su equipo. Iba a dar a conocer su posición en un formato tradicional, vía conferencia de prensa, en una de las tantas actividades en terreno que tenía programadas para la semana, y como una simple respuesta a una pregunta periodística. No más que eso.
La decisión no le había sido fácil y la tomó en solitario. Según sus cercanos, leyó con detención cada punto del documento e hizo consultas jurídicas puntuales, sabiendo que esta vez, a diferencia del 24 de septiembre -cuando advirtió que “si las cosas siguen así, no pondré mi capital político para esta nueva Constitución”-, no tenía espacios para votar “En contra”.
Solo le quedaba una salida. Un pronunciamiento por el “A favor” sin concesiones a los puntos que le hacían ruido, especialmente aquellos referidos a la redacción del resguardo a la vida del “que” por el “quien” está por nacer (aunque aseguró que no advierte peligros para la despenalización del aborto en tres causales), y el tema de la exención de las contribuciones a la primera vivienda, ambas banderas levantadas por José Antonio Kast, su principal contendor a La Moneda.
Abrochar el apoyo de la alcaldesa a la opción “A favor” era uno de los hitos importantes para la campaña, que -a diferencia de lo que ocurre con quienes respaldan el “En contra”- desde los partidos han apurado por comenzar cuanto antes. Parte fundamental de ello era alinear a los propios y echar prontamente a rodar la máquina de expertos en campañas y el despliegue en terreno.
Urgidos por estar con el tiempo en contra, en la UDI y el resto de los partidos de Chile Vamos y Republicanos, su anuencia fue recibida con alivio y con la esperanza de que su figura pueda revertir en parte el bajo apoyo de la opción “A favor” en todas las encuestas. La última Cadem la ubicaba 23 puntos por debajo del “En contra”.
“Lo que hizo fue un gesto muy generoso políticamente, por el país y su estabilidad, a pesar de los riesgos de esta opción por las encuestas. Pero no tengo dudas de que Evelyn Matthei va a atraer un voto transversal, por su credibilidad”, dice la presidenta de Evópoli, Gloria Hutt.
A diferencia del oficialismo, la franja del “A favor” comenzó puertas adentro hace más de tres semanas. Fue, puntualmente, el 3 de octubre, cuando en un restaurante de Providencia los presidentes de Chile Vamos y del Partido Republicano ficharon al equipo conformado por Jorge Selume, Bernardo Fontaine, Gonzalo Müller y Marco Antonio González, el mismo que elaboró la franja del Rechazo de 2022.
En esa cita, los creativos apuraron a las tiendas a tomar prontas definiciones en cuanto al diseño organizacional y conceptual de la campaña que legalmente comienza el 17 de noviembre, planteando que estaban atrasados debido a la ventaja que lleva el “En contra” en los sondeos.
Así, en los días siguientes, las colectividades nombraron a sus respectivos delegados: Ruggero Cozzi (RN), Jaime Coloma (UDI), José Ignacio Moreno (Evópoli) y Sebastián Figueroa (Partido Republicano). En la derecha saben que su primer desafío es convencer a los propios e intentar sumar a las fuerzas de centroizquierda que estuvieron por el Rechazo -Amarillos y Demócratas-, cuyas tratativas continuaban este fin de semana.
A diferencia de las fuerzas oficialistas, el despliegue en terreno ya comenzó. Así, el propio Macaya viajó hace dos semanas a Concepción. “Queremos contar del contenido de lo que se está haciendo para darle estabilidad a Chile con la nueva Constitución”, publicó en Instagram.
Los partidos ya activaron a sus parlamentarios para que la semana que viene, que es distrital, informen del nuevo texto. Ello, mientras por el lado de Republicanos, sus consejeros también han dedicado los días a dar a conocer el documento, mientras vía redes sociales han ido viralizando pequeños videos que dan a conocer las bondades que, según aseguran, traerá aprobar la nueva Constitución.
“Estamos afinando el plan de rodaje, para empezar esta semana con la grabación de las primeras piezas”, cuenta uno de los integrantes del equipo, al precisar que en lo genérico se tratará de una campaña ciudadana centrada en los problemas que afectan a la gente en seguridad, estabilidad política, empleo, crecimiento económico y en la necesidad de cerrar el proceso. Para ello trabajan con la agencia Wolf y Andino.
“Tenemos que apurar el tranco para que los ciudadanos puedan votar de manera informada. Hoy día todo aquel que tenga un poco de micrófono o que tenga un liderazgo tiene que salir ya a mover el ‘A favor’, porque el tiempo es corto”, dice el diputado UDI Cristián Labbé.
“Plan de dilación” oficialista
En contraparte, el oficialismo ha buscado retrasar el reloj, poner freno de mano a la campaña y no destapar oficialmente sus cartas a favor del “En contra”, amparado en el amplio respaldo que le dan las encuestas a esa opción.
El “plan de dilación” -como lo denomina un presidente de partido oficialista- no ha estado exento de complejidades, reconocen en el conglomerado. Especialmente por los riesgos de meterse a última hora a una campaña que no está ganada.
La autoría de ese diseño se la atribuyen al presidente del PC, Lautaro Carmona, quien a pesar de considerar que el texto es peor que la Constitución del 80, ha logrado alinear a sus filas para intentar salir a escena en un marco de unidad con las otras fuerzas políticas y no en solitario. Solo Hugo Gutiérrez y Daniel Jadue escapan de esa postura.
La estrategia tiene tres objetivos, explican. El primero, cerrarle los espacios a Kast en orden a no darle anticipadamente un adversario. El segundo, no otorgarle a la derecha mayor tiempo para difundir su “kastitución”, como la llaman. Y el tercero, mantener la unidad oficialista que se logró en el proceso constituyente para salir en conjunto a dar una posición unitaria.
Bajo ese prisma explican la última carta que se jugó el lunes el PC para retrasar el asunto, cuando uno de sus consejeros advirtió que podría llevar el texto constitucional al Comité Técnico de Admisibilidad (CTA), el árbitro que vigila el respeto de las 12 bases institucionales. Con ello lograron retrasar la última sesión del pleno del Consejo Constitucional del jueves 26 de octubre al lunes 30.
Para el PS tampoco la situación ha sido fácil con este parámetro. Porque si bien el XXXII Congreso General Ordinario “Carlos Lorca Tobar” -que se realizó el fin de semana pasado- era la instancia perfecta para comunicar el “En contra”, tuvieron que resignarse a entregar solo una señal de disconformidad. De hecho, durante los dos días en que se realizó el encuentro hubo presiones desde las bases para que la colectividad ya tomara una postura clara o al menos entregara señales más fuertes. Esto incluso fue apoyado por dirigentes socialistas, como el exministro del Trabajo y otrora timonel del PS Osvaldo Andrade. Sin embargo, ello chocó con la decisión de la mesa que encabeza Paulina Vodanovic de mantener el suspenso hasta el 7 de noviembre, día en que se hace entrega formal del nuevo texto al Presidente Boric.
Aunque el oficialismo ha mostrado orden al respecto, al interior de los partidos ya hay quejas ante la falta de una estructura que se aboque al tema, porque hasta este minuto no hay equipos de trabajo, ni agencias, ni franja. Pero eso empezará a cambiar a partir de la semana entrante. Uno de los hitos será este martes 31, a las 17 horas, cuando se dé a conocer la “Cuenta Pública Ciudadana” que fijará una posición en contra del texto constitucional. En paralelo, se han ido levantando nombres para coordinar las primeras acciones de campaña, entre ellos, los PS Ricardo Solari y Arturo Barrios, los PC Bárbara Figueroa y Juan Andrés Lagos, el CS Diego Ibáñez y el PR Leonardo Cubillos, aunque varios sostienen que ni siquiera han sido consultados.
A nivel interno se confiesa, en todo caso, que el objetivo político de fondo no es el resultado del 17-D, que está caminando casi solo a un éxito electoral, sino que la construcción de un gran acuerdo, que incluya a la DC en este referendo, como primer paso para enfrentar unidos las próximas contiendas electorales, entre ellas la municipal y la elección de gobernadores de 2024.
A diferencia del proceso anterior, esta vez La Moneda ha tomado distancia. En su interior se confiesa que no están dispuestos a cometer el mismo error del 4-S, de convertir el plebiscito en un referendo de apoyo o rechazo a su gestión. La decisión es no abrir otro proceso si este fracasa y, por sobre todo, mantener la prescindencia.
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