900 días sin Emiliano Arias: fiscal regional de O’Higgins se juega su última carta en nuevo juicio oral en su contra
El jefe del Ministerio Público lleva casi tres años suspendido de sus funciones luego de que estallara un caso de corrupción en que su ex brazo derecho, el fiscal jefe de Rancagua Sergio Moya, lo denunciara por supuestos delitos, entre ellos, el haber entregado a su hermana información confidencial de una causa por tráfico de drogas que se tramitaba en el sur de Chile. Su defensora Marisa Navarrete aseguró que en este segundo juicio el investigador de casos emblemáticos como abusos en la Iglesia, SQM y el caso Caval volverá a ser absuelto y por fin tendrá justicia.
Son exactamente 903 días los que el fiscal regional de O’ Higgins, Emiliano Arias, ha permanecido suspendido de sus funciones. Atrás quedaron esas imágenes del persecutor allanando dependencias de la Iglesia con cámaras de televisión, sus cursos con el FBI en el extranjero o la desarticulación de bandas dedicadas al crimen organizado en la zona poniente de la capital. Han sido casi tres años de ser marginado de su trabajo, luego que su ex compañero de labores, el también fiscal Sergio Moya, lo denunciara por presuntos actos de corrupción, originando una de las crisis institucionales más grandes que se tenga memoria en el Ministerio Público. De hecho, el propio fiscal nacional Jorge Abbott -con quien hace año mantienen una disputa pública- pidió su remoción, sin éxito, ya que la Corte Suprema la rechazó.
Este martes se dio inicio a un segundo juicio oral en su contra. El primero lo había ganado, siendo absuelto de todos los cargos, el principal de ellos por haber dado acceso a información de una causa por tráfico de drogas a su hermana. Sin embargo, el fiscal regional de Magallanes, Eugenio Campos, presentó un recurso de nulidad que fue acogido por el tribunal de alzada de Rancagua obligando a la realización de un nuevo proceso de presentación de pruebas. Es la última carta que se juega el otrora persecutor de casos como SQM, Caval y abusos en la Iglesia, ya sea para el eventual retorno a sus funciones o quizás con una declaración de inocencia emprender una demanda que restituya los daños ocasionados. No lo sabe. Por estos días está totalmente mentalizado en defenderse. Sí. defenderse de sus propios compañeros acusadores.
Llamado a la reflexión
¿Por qué se le acusa? Arias hizo historia convirtiéndose en el primer fiscal regional del Ministerio Público en ser formalizado. Fue imputado por el persecutor Eugenio Campos -previa denuncia de su otrora ex brazo derecho Sergio Moya- por haber ordenado a su secretaria ingresar al sistema de información interno de la fiscalía para rescatar antecedentes de una persona indagada por drogas, su sobrino, y luego enviársela a su hermana en Puerto Montt.
Son hechos que él reconoce y públicamente ha dicho que él mismo fue quien entregó los antecedentes. Pero sostiene que al haberlo hecho para que su hermana iniciara una causa penal, lo que a su juicio no configura un delito. Por lo mismo, y aunque no son pocos los que le vaticinan un panorama adverso, junto a su abogada y pareja, la ex fiscal Marisa Navarrete, espera -ahora sí- salir victorioso.
“Estamos confiados en que en este segundo juicio va a ser nuevamente absuelto Emiliano Arias. Aquí no existe ningún delito que haya cometido, porque el papel que le entregó a sus familiares fue destinado a denunciar un delito, que es precisamente a lo que están llamados los fiscales”, comentó a La Tercera la ex fiscal Navarrete, detallando que durante las audiencias espera “llamar a la reflexión” respecto de lo que consideran “una completa desproporción en la persecución que ha tenido el Ministerio Público” en contra de su representado. “El fiscal lleva dos años y 10 meses suspendido por hechos que denunció un fiscal de forma falsa y se piden 61 días de suspensión como pena. La desproporción llama a meditar el por qué de esta determinación del fiscal nacional Jorge Abbott”, complementó.
La estrategia en el primer juicio consistió en que el mencionado documento -que de acuerdo con lo expuesto es una ficha del Sistema de Apoyo Fiscal (SAF)- no sería un escrito privado, porque por lo demás, estaría disponible en el portal del Poder Judicial. Además, han reiterado en las alegaciones que el fiscal ya fue sancionado por los hechos en discusión, además de otros cargos, cuando fue castigado con la suspensión de dos meses de sus funciones y con goce de media remuneración. Aunque eso haya sido advertido como un error por la Corte Suprema cuando revisó la solicitud de remoción contra Arias, para su defensa se debe hacer valer el principio que imposibilita un doble castigo. Igualmente, y como lo hizo en el primer juicio, pondrán énfasis en que el fiscal Moya habría actuado coordinadamente con el fiscal nacional Jorge Abbott, por lo que expondrán una conversación de Whatsapp que se le incautó al exjefe de Alta Complejidad de O’Higgins en el marco de las indagatorias por Operación Huracán.
Durante el proceso, el Ministerio Público citará a 24 testigos y expondrá 34 documentos, mientras que la defensa llamará a 19 testigos y hará alusión a 24 documentos.
Los años de Arias lejos de Fiscalía
Si bien el fiscal no ha escondido su molestia por lo que cree es un “ensañamiento” de su jefe, el fiscal nacional, debido a que él siempre se mostró contrario a los lineamientos que ha fijado, este tiempo lejos del Ministerio Público -dicen sus cercanos- le ha servido para explorar otras áreas. Se dejó crecer el pelo, comenzó a tocar trompeta, a leer textos sobre música y a practicar kendo, un arte marcial japonés. Además, como tiene prohibición de trabajar, ha tenido más tiempo para salir a sacar fotos e incluso poder estudiar un diplomado en medio ambiente y seguir atento el proceso constituyente.
Sus amigos advierten que es consciente de que para él sería más fácil renunciar a la fiscalía, incluso les habría sincerado que sabe que su carrera ahí “está destrozada”, pero también que esto ya dejó de ser una “lucha meramente personal”. “Él quiere que hayan cambios en la institución y que se visibilicen los peores males que está viviendo el organismo”, relata una fuente cercana al persecutor.
En su entorno aseguran que hay personas que reconocen su lucha al interior del Ministerio Público. De hecho, él y su pareja han comentado a cercanos que en el verano se le acercó una mujer, lo saludó cariñosamente y le manifestó que creía en él y que diera la lucha ante los poderosos.
En ese sentido, dicen las mismas fuentes, el suspendido fiscal no deja de pensar que no es coincidencia que le quitaran todas las causas de interés nacional que llevaba y asume como una “conveniente casualidad” la denuncia por violación de secreto.
Entre los antecedentes que lo han hecho mirar todo con extrañeza, recuerdan quienes apoyan su línea de defensa, está que la citada denuncia se presentó un 19 de abril, cuando Arias indagaba abusos y encubrimientos protagonizados por sacerdotes, y en circunstancias que, aseveran sus cercanos, se alistaba para pedir audiencia de formalización contra varios implicados.
El historial de desencuentros entre Arias y sus superiores partió antes incluso de que fuera suspendido. De hecho, en 2016, cuando llevaba el caso Corpesca y había decidido abrir de oficio las aristas Fipes y Asipes dio una entrevista que le costó seguir encabezando esos casos. Esto, ya que se consideró que había perdido objetividad al señalar que la Ley de Pesca era una Ley corrupta sin siquiera contar en esa época con una sentencia firme que lo estableciera.
Por lo anterior es que para la defensa del persecutor y para él mismo -como lo ha dicho en reiteradas entrevistas- se está ante un forma que se halló en el Ministerio Público para marginarlo y eso será lo que buscarán demostrar en esta nueva oportunidad que tiene ante la justicia.
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