A la caza de los votos escurridizos: las gestiones personales de Karol Cariola para asegurar su presidencia de la Cámara

Cariola Winter Ilabaca
La diputada Karol Cariola, junto a los jefes de bancada del Frente Amplio, Gonzalo Winter, y del PS, Marcos Ilabaca.

La legisladora comunista, apoyada por autoridades de gobierno, ha sostenido conversaciones con diputados que tienen su voto en suspenso. Por ejemplo, se reunió con René Alinco y Enrique Lee, y ha hecho gestos como poner en tabla el proyecto de autopréstamos. Además, ante una exigencia de la DC, tomó distancia de la querella contra Sergio Micco, exdirector del INDH.


A una reunión reservada en el séptimo piso de la Cámara llegó en la tarde del miércoles pasado, la diputada Karol Cariola (PC) y la ministra secretaria general de la Presidencia, Ana Lya Uriarte (PS).

Allí, en la oficina del diputado Jaime Araya (independiente-PPD), Cariola y Uriarte se reunieron con René Alinco, quien ha sido uno de los legisladores que más ha cuestionado la posibilidad de que la parlamentaria comunista pueda presidir la Cámara en un nuevo período.

“No voy a votar por Karol Cariola”, había dicho el parlamentario patagónico (también integrante del comité independiente PPD) a La Tercera en septiembre pasado.

Las críticas de Alinco se basaban en una supuesta negativa de Cariola, hoy presidenta de la Comisión de Constitución de la Cámara, a tramitar un nuevo retiro de ahorros previsionales. Esa versión, en todo caso, es rebatida por la legisladora comunista que ha dicho que no tiene un veto contra el proyecto, pero dado que la última reforma de giros previsionales fue rechazada en abril por la Cámara, hay que esperar un año para reponer su discusión, según restricciones de la propia Carta Fundamental, que detallaba un informe jurídico realizado por el secretario de la Comisión de Constitución. Esa lectura, además, fue validada por la mayoría de los diputados miembros de esa instancia.

No obstante, para descomprimir ese tema, Cariola dio una señal hace dos semanas al generar un acuerdo para discutir el proyecto que permite autopréstamos con fondos previsionales, iniciativa promovida por el PDG y que incluso era vista con cierta simpatía dentro del gobierno.

Si bien Alinco no comprometió su apoyo a la legisladora del PC, hubo señales de distensión, según Araya, quien ofició como facilitador del encuentro y ha asumido un rol activo en favor de Cariola, a pesar de que semanas atrás era uno de los que expresaba dudas.

“Tengo la confianza de que nos va a ir bien, pero con la mayor prudencia del mundo hay que avanzar y conversar. Como en todas las cosas de la vida, nos puede ir bien o mal, pero sí veo disposición a conversar. El gesto del diputado Alinco habla por sí solo y también de la diputada a sentarse a conversar. Habla de madurez política”, comentó Araya.

En el oficialismo comentan que en los últimos días, Cariola ha asumido personalmente la tarea de conseguir los votos para la próxima renovación de autoridades de la corporación. Esa misión también ha sido reforzada por personeros de gobierno como la ministra Uriarte, ya que para La Moneda podría traducirse en un revés que comprometa su agenda legislativa.

Estas dos semanas serán decisivas para conseguir la mayoría, que todavía es esquiva tanto para el oficialismo como para la oposición.

El actual presidente de la Cámara, Raúl Soto (PPD), presentó su renuncia el viernes, que será votada el próximo miércoles en la sala. De ser aceptada la dimisión por la mayoría de los diputados presentes, se inicia un proceso de postulación a la presidencia que culminará el 7 de noviembre con la elección de las nuevas autoridades.

Si bien la elección de Cariola era parte del acuerdo administrativo, suscrito en marzo pasado por un grupo mayoritario de bancadas (pacto del que solo se excluyó a la derecha), en las últimas semanas algunas fuerzas políticas como el PDG, la DC e independientes como Alinco, Andrés Jouannet, Carlos Bianchi y Pamela Jiles (que suscribieron el acuerdo) han puesto en duda su cumplimiento. Ello ha alimentado una ofensiva de las bancadas de derecha (UDI, RN, Evópoli y el Partido Republicano).

Según el nuevo conteo de votos, el oficialismo cuenta con 68 respaldo fijos, mientras que las bancadas de derecha parten con un piso de 65 legisladores.

En entrevista en Radio Futuro, Soto dijo que hoy ningún grupo tiene la mayoría para asegurar un triunfo (78 votos de 155 diputados), sin embargo, en caso de no haber mayoría absoluta en una primera elección, se procede a una segunda votación con las dos primeras mayorías y triunfa quien logre la mayor cantidad de respaldos.

Por ello, es crucial la decisión que tomen grupos como la DC (8 diputados), el PDG (9 legisladores) e independientes como Alinco, Jouannet, Jiles, Bianchi. Pero también hay otros como Erika Olivera (quien renunció a la bancada de RN) o Enrique Lee y Francisco Pulgar (que hoy son parte de los nueve legisladores PDG, pero sus situaciones tienen particularidades).

Dentro del PDG, si bien la mayoría está por desechar el acuerdo (en línea con lo que ha dicho su expresidenciable Franco Parisi), hay algunos que han declarado ser partidarios de cumplir la palabra como Rubén Oyarzo, Karen Medina y Francisco Pulgar, quien no milita en esa colectividad y es independiente.

También está en suspenso el voto del diputado Enrique Lee, cuyo caso es especial. Independiente elegido en cupo del disuelto PRI, integraba la bancada de Evópoli, de la que fue expulsado por haber apoyado la acusación constitucional contra el exministro de RR.EE., Andrés Allamand. Luego de ello se asoció al comité del PDG-Independiente, junto a Gloria Naveillán, quien se salió del grupo republicano.

Lee, al igual que Naveillán, al no ser parte del grupo original del PDG, no adhirió al acuerdo administrativo suscrito en marzo. Por ello, el legislador asegura que “mi voto es libre”.

Cariola también se reunió brevemente con Lee en los pasillos del Congreso. “Ella me ofreció tener una nueva conversación. Mi voto está abierto. Podría votar por cualquiera de los otros 154 diputados. Para esa decisión, voy a tomar considerar la integración de las comisiones, como también lo que se ofrezca a mi bancada”, dijo Lee.

En el caso de la DC, que condicionó su apoyo a Cariola, a la espera de que el Partido Comunista tome distancia de las querellas presentadas en contra el exdirector del Instituto de DD.HH. Sergio Micco (exmilitante DC), la misma diputada PC dijo que esas acciones no eran respaldadas por su colectividad.

Si bien para algunos legisladores falangistas ese gesto ya sería suficiente, el jefe de bancada DC, Eric Aedo, le ha pedido a la directiva del PC un gesto más explícito.

Pese a ello, los esfuerzos del oficialismo y del gobierno buscan que al menos los legisladores que se descuelguen del acuerdo administrativo no voten por el candidato que levante la oposición (posiblemente alguien de la DC o el PDG) para competirle a Cariola. Ello abre una salida alternativa para triunfar en una segunda vuelta.

El jefe de bancada de RN, Andrés Longton, dijo que podrían apoyar la candidatura de una carta del PDG para presidir la Cámara. Ese ofrecimiento, sin embargo, esconde un objetivo estratégico de la derecha de ceder la mesa de la Cámara, a cambio de que las nuevas autoridades rehagan toda la composición de las comisiones, instancias incluso más decisivas para controlar la agenda legislativa.

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