Alias Diabolik: La caída de Matteo Messina Denaro, el último gran capo de la Cosa Nostra

Matteo Messina Denaro detenido por los Carabinieri antimafia de Italia. Foto: AP

Detenido después de 30 años como prófugo, el líder de la mafia siciliana era conocido por la particular crueldad de sus asesinatos durante los años 80 y 90. En esos tiempos fue pieza clave en la organización de atentados con bombas que conmocionaron a la sociedad italiana.


El último “capo de los capos” de la Cosa Nostra, la mafia de Sicilia, fue detenido este lunes. Fugitivo de la justicia desde hace 30 años, con dos cadenas perpetuas y muchos crímenes a su nombre, Matteo alias “Diabolik” Messina Denaro fue arrestado por los Carabinieri antimafia de Italia a sus 60 años en una clínica de Palermo.

La primera ministra italiana, Giorgia Meloni, celebró la detención: “Una gran victoria del Estado, que demuestra que no hay que rendirse ante la mafia”, escribió en las redes sociales. El Presidente de Italia, Sergio Mattarella, y cuyo cargo es más bien “honorífico”, envió sus “felicitaciones” a las fuerzas del orden: en 1980, su hermano Piersanti fue asesinado a tiros por la mafia en Palermo, mientras Mattarella era presidente de la región.

Autor de una cincuentena de homicidios, entre cuyas víctimas hay niños y mujeres embarazadas, su captura se había vuelto una cuestión de Estado y prioridad absoluta. Su poder no solo se ve en su red de contactos, sino en lo que se estima sería su patrimonio: hasta el momento, se les han confiscado a personas de su entorno hasta 4.000 millones de euros.

El escritor Roberto Saviano, que hoy mismo es perseguido por la mafia debido a sus libros, describió a Matteo Messina Denaro como “el último soberano de una generación asesina de la Cosa Nostra”. “Como todos los jefes, estaba exactamente en el lugar donde todos sabían que estaba”, comentó.

Matteo Messina Denaro capturado, al interior de un auto de los Carabinieri antimafia de Italia. Foto: AP

El mafioso fue capturado en el hospital privado “La Maddalena” de su natal Palermo, donde había acudido para someterse a una sesión de quimioterapia por un cáncer de colon, ocupando el nombre falso de “Andrea Buonafede”. En la delicada operación habrían estado involucrados un centenar de efectivos policiales. Fue sacado del recinto por dos Carabinieri uniformados y metido en una minivan negra que esperaba. Llevaba una chaqueta marrón forrada de piel, lentes y un gorro de lana marrón y blanco.

Según indican los medios italianos, no habría opuesto resistencia a su captura. “Sí, soy Matteo Messina Denaro”, les habría respondido a los agentes, antes de ser llevado al aeropuerto militar Boccadifalco, y de ahí a un lugar secreto. Hasta el momento, la foto más antigua que se le conocía databa de comienzo de los años 90. En estas tres décadas, la policía tuvo que basarse en reconstrucciones digitales de su apariencia para buscarlo.

Para dar con su paradero, los investigadores tuvieron que cercar a Messina Denaro a través de sus colaboradores más cercanos. Esto se dio, por ejemplo, con el arresto de su hermana Patrizia y otros cercanos el año 2013, además de la confiscación de diversos negocios asociados. En 2015 la policía descubrió que el fugitivo se comunicaba con sus colaboradores a través de “pizzini”, o pequeñas notas de papel dobladas que se ponían debajo de una roca en una granja. Así, los investigadores llegaron a registrar grutas, cavernas e incluso búnkeres. También usó a una niña de cinco años, la hija pequeña de Attilio Fogazza, para enviar mensajes secretos escritos a mano entre él y otros cabecillas de la mafia.

Retrato digital de Matteo Messina Denaro difundido en 2007. Foto: AP

En declaraciones a AFP, la experta en criminología de la Universidad de Essex, Anna Sergi, describió así a Messina Denaro: “el último, el más resiliente y el ‘más puro’ de los mafiosos sicilianos que quedan”. Según ella, “los secretos que se dice que guarda alimentan las conspiraciones en torno a los acuerdos entre la mafia y el Estado en la década de 1990″.

Entre las acusaciones que pesan sobre el capo está la asociación mafiosa, tenencia de explosivos, hurto y otros delitos. Además, ya ha recibido condenas in absentia por mafia, distintos atentados y una cincuentena de homicidios. Muchos testimonios de arrepentidos que se dieron entre 1994 y 1996 permitieron saber cuál era el rol de Messina Denaro en la Cosa Nostra.

Estos incluyen el asesinato en 1992 de los fiscales antimafia Giovanni Falcone y Paolo Borsellino, los mortales atentados con bomba en 1993 en Milán, Florencia y Roma, y el secuestro, tortura y asesinato del hijo de 11 años de un mafioso convertido en testigo de Estado: Messina Denaro fue organizador del secuestro del pequeño Giuseppe Di Matteo en 1993. El objetivo era obligar a su padre, Santino, a retractarse de un testimonio dado sobre el asesinato del juez Giovanni Falcone. Luego de 779 días detenido, el niño fue estrangulado y su cuerpo disuelto en ácido.

Vista de los cuarteles generales de la policía luego del arresto de Matteo Messina Denaro, en Palermo. Foto: Reuters

Matteo Messina Denaro nació en 1962 en Castelvetrano, en el suroeste de Sicilia. Su padre, Don Ciccio, era el líder del clan local de la Cosa Nostra. Ya desde los 14 años sabía disparar, y cometió su primer homicidio a los 18 años.

Años después, Messina Denaro se jactaría: “Con la gente que he matado, podría llenar todo un cementerio”. Apodado U’Siccu (El Seco) y Diabolik (por su admirado personaje de cómic italiano), el capo estuvo entre las mentes maestras detrás de una estrategia de la Cosa Nostra a inicio de los 90, cuando decidieron hacer distintos atentados con bombas. “Esta ‘declaración de guerra’ contra el Estado ciertamente significó un debilitamiento de la organización que fomentó otros grupos, como la ‘Ndragheta”, señaló Federico Cafiero de Rato, un exfiscal antimafia, y hoy diputado del Movimiento 5 Estrellas.

A partir de 1993, tras unas vacaciones en Toscana, Messina Denaro optó por desaparecer de la vía pública. Así, se convirtió en el líder invisible de una organización millonaria, y su aspecto se volvió desconocido para la mayoría de los italianos.

Vista de La Maddalena, el hospital donde Matteo Messina Denaro fue detenido. Foto: Reuters

El arresto de Messina propina un gran golpe a la mitología que rodea a la Cosa Nostra en Sicilia, tumbando a un símbolo de la resistencia del grupo frente a los esfuerzos policiales. Su arresto coincide -con 30 años y un día de diferencia- al del “jefe de jefes” Salvatore “Toto” Riina, la mayor figura de la Cosa Nostra en el siglo XX, capturado el 15 de enero de 1993 y muerto en noviembre de 2017, sin haber roto nunca su código de silencio.

Según los expertos, la Cosa Nostra, cuya fama se amplió gracias a películas como “El Padrino”, sería hoy un grupo en crisis. Mientras que la mafia siciliana se vio significativamente debilitada por un pequeño ejército de traidores, en el continente, el sindicato ‘Ndrangheta, con sede en Calabria, en la punta de la península italiana, eclipsó constantemente a la Cosa Nostra en alcance e influencia.

“Existe la sensación de que la mafia siciliana no es tan fuerte como solía ser, especialmente desde los años 90. Realmente no han podido ingresar al mercado de las drogas y, por lo tanto, son realmente secundarios para la ‘Ndrangheta en eso”, dijo Federico Varese, profesor de Criminología en la Universidad de Oxford. Otros negocios ilícitos lucrativos de la mafia siciliana incluyen la infiltración de contratos de obras públicas y la extorsión de propietarios de pequeñas empresas que son amenazados si no pagan regularmente el dinero de protección.

“Messina Denaro fue el último padrino, y representaba todos los secretos de la Cosa Nostra. Es el fin de un mito, y la organización tendrá que lidiar con eso”, señaló Sergi.

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