Andrés Kalawski, director del Teatro UC: “Sabemos que no podemos ser esclavos de la contingencia porque el teatro se produce muy lento”
El director del Teatro UC se refiere a la notificación de la Municipalidad donde se les podía limpiar su fachada, el rol del espacio durante el estallido social y cómo proyectan este 2020.
Lo publicaron en sus redes sociales el lunes 3 de febrero y rápidamente se viralizó. El Teatro UC, ubicado en plena Plaza Ñuñoa, había recibido una notificación donde se les solicitaba limpiar la fachada del recinto y, por lo tanto, borrar los diversos rayados que el espacio ha acumulado desde el pasado 18 de octubre.
Con el hashtag #noseborranosepinta, el teatro se negó a pintar su fachada, mientras que en diálogo con la Municipalidad de Ñuñoa llegaron al acuerdo de que tampoco serán obligados a hacerlo.
"Dado el contexto nacional nosotros dijimos que no íbamos a pintar los rayados porque nos parecía importante, a la luz de aquellas manifestaciones gráficas, que había, tener esas discusiones. Básicamente porque entendimos que había un grupo de gente y un grupo de opiniones que habitualmente no tenían una plataforma pública para expresarse y que se estaban realizando en el espacio público", explica Andrés Kalawski a La Tercera.
¿Cómo fue la notificación para pintar la fachada del teatro?
La semana pasada un inspector municipal fue al teatro a darnos una notificación preventiva diciendo que teníamos que pintar a la brevedad o nos iban a denunciar al tribunal y nos iban a cursar una multa. Después nos contactaron dos concejales, una de ellas pidió en la sesión de consejo que la multa no se cursara. La Municipalidad nos contactó y nos dijo que había sido un malentendido, que están preocupados por el estado de la fachada, pero que esto no se trata de obligarnos a pintar. Eso nos alegró mucho. Entremedio pasó que los posteos se viralizaron. Cuando nosotros decimos #nosepintanoseborra, no queremos decir que cualquier cosa no se pinta, cualquier cosa no se borra. Si aparece un rayado que dice "haitianos devuélvanse a su país", yo voy a venir personalmente con una brochita y lo voy a tapar, porque lo que nosotros queremos es ser un espacio para una discusión que puede ser juguetona, pero no estamos aquí para andar siendo plataforma de discursos de odio.
¿Cómo vivieron como espacio los meses post estallido?
Nuestra primera preocupación siempre es por la vida y la seguridad de las personas. Uno esperaría que eso fuera la preocupación de la policía también, pero parece que no. Entonces, más allá de lo importante que son muchas de las reivindicaciones que están ocurriendo, nos parecía que no podíamos abrir mientras había militares en las calles: era completamente inviable y después tuvimos que repensar nuestros horarios. Vamos a seguir en marzo con horarios más temprano. Parece un poco obsceno hablar de esto cuando hay gente muerta, pero perdimos un montón de funciones y perder un montón de funciones supone reacomodar las cosas para poder pagarle lo mismo a los actores y no arriesgar la programación del año. El teatro habitualmente está en esta conexión.
¿Se verá reflejada la conexión en la programación del año?
Sí se verá, pero como yo soy profesor universitario soy malo para la contingencia.No podemos ser esclavos de la contingencia porque el teatro se produce muy lento, entonces a menos que uno sea Darío Fo, uno llega tarde Pero nosotros desde antes teníamos la conversación para estrenar Space Invaders de la Nona Fernández. Ella lleva mucho tiempo pensando en las conexiones con lo que pasa ahora, entonces eso se queda. Llevábamos mucho tiempo pensando en un par de obras que vinculan muy explícitamente temas de género y feminismo con la violencia cotidiana, eso se queda. Y también tenemos espacio para pensar en otras cosas, hay historias de amor, momentos de evasión. Estamos tratando de no caer en la tentación, como algunos intelectuales, de escribir un libro de octubre hasta ahora.
Desde su rol como director artístico ¿cómo es su relación con los altos cargos de la universidad?
Yo le tengo que hacer caso al director de la escuela, al decano de la Facultad de Artes y por su puesto al rector. Y he tenido mucha suerte, en estos casi 6 años que llevo como director artístico, he tenido la confianza del director de la escuela y de los dos decanos que ha tenido y de parte del rector de la universidad. Ignacio Sánchez ha sido muy generoso, muy interesado en el teatro, nos da una libertad enorme, viene un montón al teatro y opina de las obras. Para mí eso es super interesante porque tiene que ver con cómo llegamos a un espacio social en el que es relevante discutir los temas que están aquí.
Balance y programación 2020
Durante 2019 el Teatro UC recibió un total de 49 mil personas que asistieron a las 252 funciones que tuvieron en el año. Tras el 18 de octubre, el espacio realizó actividades abiertas y gratuitas a la comunidad como dos funciones de la obra Muerte accidental de un anarquista y una de El último pez. A ellas, asistió un total de 714 personas.
"Tuvimos la suerte de tener obras que tenía mucho sentido ver y la gente vino al teatro a pesar de que era difícil desplazarse. Entonces nuestra asistencia del año sufrió consecuencias enormes, pero terminamos la temporada del año con la sala repleta, con cacerolazos, la gente entraba con cacerolas para aplaudir", cuenta Kalawski.
Entre los estrenos que el Teatro UC tiene para este año, además de la coproducción Space Invaders de Nona Fernández para el mes de junio, está la obra El consentimiento de la dramaturga inglesa Nina Raine. Dirigida por Manuela Oyarzún, la obra aborda la violación dentro de una pareja.
Si de montajes completamente producidos por Teatro UC se trata, hay que destacar Casimiro Vico: Primer actor, del dramaturgo chileno Armando Moock y que será dirigida por la dupla de Andreina Olivari y Pablo Manzi. "Esta es una obra que se vincula indirectamente con los asuntos que llevan al estallido social. Es una obra sobre el amor al teatro y de cómo ésto es terrible, de cómo los hombres somos incapaces de soportar el éxito de las mujeres y de cómo construimos nuestra masculinidad en torno a mantener a las mujeres en un espacio inferior en el mundo laboral", explica Kalawski.
La obra estará en cartelera entre el 22 de julio al 12 de septiembre y cuenta con un elenco que incluye a Francisco Ossa y Nicolás Zárate.
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