Antes de que se venga encima el 25-O: La alerta en la derecha por encontrar candidatos a la convención y alistar contenidos
Ante un difícil escenario para el "Rechazo" -la última encuesta encargada por ese comando de Chile Vamos augura una brecha de casi 40 puntos-, en el bando gobiernista cunde la presión por adelantarse, apurando un piso programático común y localizando candidatos para el órgano constituyente que se elegirá en abril. La misión la comparten sectores de partidos y de gobierno, pero no es unánime. Y antes de dar con postulantes tienen que resolver el acertijo de la plantilla municipal: las primarias son un mes antes del referéndum.
Por el “Apruebo”, 69%. Por el “Rechazo”, 31%. Eso arrojó la encuesta encargada por el comando de Chile Vamos que se opone a una nueva Constitución y que se midió el fin de semana antepasado a través de 3 mil llamados telefónicos dentro y fuera de Santiago, con esas dos preguntas cerradas. Según esta versión del grupo, es la primera que aplican tras la hibernación viral que les frenó la campaña en marzo y redujo el trabajo a modo remoto, hasta que la semana antepasada se reactivaron en medio de un teatro de operaciones muy distinto. Y con las fechas otra vez encima: en nueve días parte el período de propaganda.
Aunque como pronóstico exacto estos números sean inciertos -observan el comando-, y más si persisten enigmas de última hora (aún no sabemos cómo votarán las personas contagiadas de COVID-19, por ejemplo), hasta ahora las muestras tomadas por Cadem y Criteria han anticipado el mismo desenlace y con brechas adversas mayores, de hasta casi 60 puntos en algunos casos. Cuando quedan 72 días, no hay mucho margen para el terraplanismo político y una vasta porción de la derecha asume -nunca en público- la probable opción de que el 25 de octubre se viva una derrota del “Rechazo”.
Y sobre ese supuesto, en los partidos de gobierno hay dirigentes y parlamentarios que pujan por convencer al sector que más vale anticiparse al impacto y comenzar a ganar tiempo para concentrarse en lo que vendrá después. La idea la han estado empujando desde Evópoli y confluye gente de RN y la UDI. Consiste en apurar por adelantado tanto la confección de un piso común de contenidos a defender en el órgano constituyente como el casting de candidatos al mismo, que deben quedar inscritos en enero para la elección de abril.
Si en octubre gana la opción de la convención constitucional, tendrán que elegirse 155 delegados y Chile Vamos tendría que postular -calculan algunos- a lo menos 183 delegados bajo las mismas normas de una parlamentaria. Ya preocupa el perfil de las y los elegidos por dos razones: la lección del retiro anticipado de pensiones es que habría que poner algún filtro para después no tener sorpresas con gente que vote a su gusto, y los nominados tienen que cumplir con requisitos distintos (partiendo por leer y entender la Constitución, y los temas en debate). Así, no bastaría con conformarse en asegurar al menos 1/3 de los escaños para tener derecho a veto.
Esta tesis apunta además a intentar que el sector y el gobierno no carguen con todo el impacto de un desenlace adverso, anular ese mismo día las reyertas entre partidarios de las dos opciones (Cadem midió en julio que el 38% de los encuestados de derecha votarían “Apruebo”), y unir fuerzas antes de la maratón de elecciones municipales, regionales, parlamentarias y presidenciales.
Los avances de la propuesta de LyD
El concepto aún no cuenta con unanimidad; en la UDI así lo advierten algunos históricos con el argumento que hay que cuidar las señales para no dar por perdido el reférendum antes de tiempo, aunque tampoco están de brazos cruzados sin hacer nada. En el gobierno están conscientes del cuadro general, y en el comité político ministros como Cristián Monckeberg (Segpres) comparten que la noche del 25 el sector tiene que estar unido. Él les ha recalcado a los partidos que han de apurar la selección de candidatos. Pero la arista de los contenidos figura más avanzada que la otra.
El martes de esta semana se conversó el asunto en una reunión entre los presidentes de los partidos y los jefes de bancadas parlamentarias. Ahí el recién electo presidente de Evópoli Andrés Molina -entonces interino- pidió que los centros de estudios comiencen a compartir documentos y trabajar en conjunto propuestas para preparar la defensa de ciertas modificaciones a la Ley de Leyes.
En Horizontal, el de ese partido, constitucionalistas como José Francisco García y otros están concentrados en temas que se da por hecho serán debatidos después de abril: citan ejemplos como los derechos ciudadanos, reformas al sistema presidencial y la permanencia o modificación de instituciones.
En Libertad y Desarrollo están apurando un trabajo que ya lleva meses, y que al menos hasta mayo era liderado por el exministro del Interior Andrés Chadwick (quien el 24 de junio dijo que “nuestra actual Constitución requiere de modificaciones, de modernización. Estoy convencido que sí”) y el matrimonio del entonces senador RN Andrés Allamand y la directora ejecutiva de LYD, Marcela Cubillos.
Hoy dicen allá que la exministra dirige esto en equipo con la directora de Asuntos Jurídicos y Legislativos, Natalia González, y la economista Bettina Horst. Esta propuesta constitucional es más ambiciosa y busca tener listo pronto (ojalá en septiembre, antes del plebiscito), un texto detallado y articulado que podría ser un texto alternativo a la Constitución vigente que sea compartido por todo el sector y que les evite encarar la discusión 2021 con las manos vacías. Los otros destinos posibles son dos: generar un conjunto de reformas pero no un libro nuevo, y por otro lado dar insumos para hacerle cambios mínimos a la Constitución.
Dichas opciones, explicaban entonces en el grupo que conducía esto, apuntaban precisamente a no enredar al sector. Divulgar una versión propia de una nueva Constitución antes de que se cuenten los votos del 25 podría ser resistido, argumentaban.
Como sea, el trabajo lleva ventaja. Armaron equipos con encargados en más de diez temas específicos como derechos ciudadanos, instituciones del Estado, regionalización y otros, y los textos terminados comenzaron a recibirse en mayo. Algunos tienen formato de “capítulos” completos. Ya los están revisando y los resultados los compartirán con el resto de la coalición.
En RN el caso es distinto. Allá están bajo una directiva interina (las elecciones se fijaron para el 5 de diciembre) y el partido figura fracturado entre partidarios del “Apruebo” y del “Rechazo”, así que para todo habrá que buscar paz y no más pugnas . “Estamos trabajando con mucha seriedad con ambos sectores y queremos un buen consenso, Más allá de los contenidos, primero tenemos que ponernos de acuerdo en el perfil de los candidatos. Es mucha gente y es algo que va más allá de las personas, hay que socializarlo en las regiones y en su minuto echaremos a andar el tema: no podemos pasar a llevar a nadie porque la piel es muy fina y delgada en estos temas”, sincera el presidente Rafael Prohens.
El casting de candidatos: primero están las municipales
La búsqueda de delegados constituyentes está cuesta arriba y por ahora en pañales porque, además de velar por un perfil, los partidos tienen que resolver antes la cuestión municipal. A fines de septiembre, un mes antes del plebiscito, vence el plazo para inscribir candidatos a las primarias; las elecciones también son en abril. La UDI y RN tienen más nombres que buscar porque cada uno perdió más de una veintena de alcaldes que ya no pueden ir otra vez a la reelección (cosa que en teoría beneficia a Evópoli, el partido que empuja toda esta tesis).
Y además, para poder armar las planillas necesitan que el Congreso despache las normas pendientes que liberarían a cargos electos de inhabilidades y así poder postular a otros cargos. Eso determinará qué nombres estarán disponibles para las municipales y para la elección de constituyentes.
Por lo mismo, el comité electoral de la UDI no ha podido volcarse a dar con postulantes. Pero sí tratan de apurar la búsqueda tanto la directiva de Jacqueline van Rysselberghe como la disidencia que pretende sucederla en las internas de fin de año. “Con Javier Macaya estamos buscando candidatos”, responde la aspirante de esta facción, la jefa de bancada de diputados María José Hoffmann. Ahí han estado sondeando de manera no oficial con el aparato regional del partido y tendrían una suerte de esqueleto de plantilla. Y el diputado por la VI Región lleva ya tiempo transmitiendo a sus pares que el partido no debe quedarse anclado en la forma, el impacto del resultado del plebiscito, y concentrarse ya en el fondo.
La mesa, en paralelo, ha pedido a las directivas regionales que ausculten nombres, pero con un perfil distinto al de un postulante a alcalde o parlamentario. Felipe Salaberry, secretario general del colectivo y brazo derecho de JVR, sincera que “asumimos las tareas de los eventos electorales con realismo, y efectivamente es urgente resolver las plantillas municipales porque tenemos que inscribirnos para las eventuales primarias en un más”, y que “sin perjuicio de eso, el realismo nos lleva a mirar eventuales candidatos constituyentes”.
Prohens, a nombre de RN, hace ver que pese a las dificultades en sus filas “no creo que el trabajo por anticipado sea admitir algo; empezar con eso ahora es planificación y no aceptar por adelantado uno u otro resultado del plebiscito”. Y que “los plazos se vencen luego y ahora estamos enfocado en buscar candidatos a concejales, alcaldes y gobernadores, pero eso no impide que miremos un poco más allá”.
El jefe de sus senadores, Rodrigo Galilea, apunta que “en estos momentos, más allá de las campañas del Rechazo y el Apruebo, hay que poner mucho acento en lo que nos une en RN y en Chile Vamos”. Y sobre la labor en contenidos y en candidatos, cuenta que “ya he conversado el tema con Hernán Larraín Matte, de Evópoli, que quiere concentrarse mucho en esto, así que le ofrecí toda mi colaboración. Con los dirigentes del Maule estamos viendo las candidaturas municipales; saliendo de eso nos concentraremos en lo otro”.
Pero el expresidente RN Carlos Larraín cree otra cosa. “Conseguir candidatos constituyentes será muy difícil si acaso la derogación de la Constitución gana por un porcentaje muy alto en octubre, digamos 70% vs. 30%. De ahí la importancia de que el resultado del plebiscito sea lo más equilibrado posible, porque eso va a condicionar y marcar todos los demás comicios” que vienen por delante.
En Evópoli solo se pronuncia de momento el senador Felipe Kast: “Es importante que cultivemos la unidad de propósitos y contenidos dentro de la coalición, independiente de las posturas que tengan unos y otros frente al 25 de octubre”. En dicho partido hay además una versión que sostiene que -pese a este panorama- están buscando candidatos a constituyentes y que ya tendrían una veintena de nombres.
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