Bolsonaro sufre su mayor derrota legislativa: Cámara Baja rechaza su propuesta para cambiar sistema de voto
Pese al revés, el Presidente brasileño volvió a cuestionar hoy la fiabilidad de los comicios de 2022. "Hoy tenemos señales de (que será) una elección en la que no se confiará en el resultado del conteo", subrayó Bolsonaro, quien duda -sin presentar pruebas- del sistema de votación con urnas electrónicas vigente desde 1996.
En su mayor derrota legislativa hasta hora, la Cámara de Diputados de Brasil asestó un duro golpe a Jair Bolsonaro el martes en la noche, al rechazar y archivar una propuesta para modificar el sistema de votación con urnas electrónicas vigente desde 1996, cuya fiabilidad el mandatario ultraderechista lleva años cuestionando. Según la prensa brasileña, el llamado Centrão, un grupo que reúne varias formaciones conservadoras que controlan el Parlamento y a las que Bolsonaro ha intentado aproximarse a medida que su popularidad se hunde, ayudó a sellar el revés del gobierno en la Cámara Baja.
La medida votada el martes era una versión suavizada de una propuesta inicial para introducir registros impresos en todos los dispositivos de votación del país. Esa medida fue rechazada la semana pasada por un comité del Congreso. Bolsonaro ha insistido en que hacen falta recibos impresos para evitar el fraude, sin presentar ninguna prueba de que el sistema brasileño de voto electrónico sea vulnerable a la manipulación. Para seguir avanzando en el Congreso, el texto de reforma necesitaba 308 votos favorables (entre 513 diputados), pero solo recibió 229. Votaron en contra 218 y más de 60 se abstuvieron o no participaron.
“Espero que aquí este asunto esté definitivamente enterrado”, declaró el presidente de la Cámara de Diputados, Arthur Lira, un aliado de Bolsonaro, tras cerrar la votación. “No tendríamos tiempo ni espacio para iniciar una nueva discusión”, insistió, para añadir que ahora es necesario “sentido común” para que se dialogue sobre una forma “racional, clara y objetiva” de incrementar la transparencia y fiscalización de las urnas.
Según O Estado de Sao Paulo, el Centrão no se adhirió plenamente a la Propuesta de Reforma Constitucional (PEC) de la votación impresa en la Cámara de Diputados, división que ayudó a zanjar, a juicio del periódico, “la mayor derrota política del presidente desde el inicio de su mandato”. Seis partidos, la mayoría identificados como componentes de este grupo, dieron 69 votos a favor del texto, pero otros 73 se restaron de entregar su apoyo a la iniciativa, detalla el diario paulista.
“La falta de unanimidad en el Centrão simboliza la falta de compromiso de la base de apoyo para respaldar agendas en las que Bolsonaro trabaja con militancia radical. Acorralado por acusaciones y denuncias de incompetencia en el manejo de la pandemia, el presidente se alió con este grupo para garantizar la gobernabilidad y la supervivencia política”, señaló O Estado.
La votación del martes fue la mayor derrota legislativa hasta ahora de Bolsonaro, indicó Cláudio Couto, politólogo de la Fundación Getúlio Vargas. “El gobierno se está volviendo más frágil en todos los aspectos. Sufre en los sondeos, lo investigan en la comisión del Senado sobre la pandemia del Covid-19, y las posibilidades de que Bolsonaro no sea reelegido van en aumento”, dijo Couto a The Associated Press. “Al insistir en la propuesta de hoy para resolver un problema que no existe, Bolsonaro ha hecho que esta derrota sea importante”, agregó.
Pese al resultado en la Cámara Baja, Bolsonaro volvió a cuestionar este miércoles la fiabilidad de las elecciones presidenciales de 2022. “Hoy tenemos señales de (que será) una elección en la que no se confiará en el resultado del conteo”, subrayó el jefe de Estado ante un grupo de simpatizantes, fuera de su residencia oficial en Brasilia.
“Estuvo dividido, 229 a favor, 218 contra. Es una señal de que la mitad no cree 100% en la integridad de los trabajos del Tribunal Superior Electoral. No creen que el resultado final sea confiable”, dijo Bolsonaro. “Es una demostración de que estas personas votaron conscientemente y dieron un gran mensaje a Brasil. No creen en la honestidad de las elecciones”, afirmó en referencia a quienes votaron en contra, cuya mitad, a su juicio, “votó chantajeada”. En el caso de aquellos que no participaron en la sesión, aseguró, lo hicieron “por temor a represalias”
Pese a su derrota, “el tema del voto impreso seguirá como plataforma para su campaña, reforzando la idea de que él es el hombre contra el sistema y que será necesario un nuevo mandato y un nuevo Congreso para aprobarlo”, explicó a France Presse Creomar Da Souza, de la consultora Dharma. “Bolsonaro seguirá insistiendo en la misma tecla. Es lo que sabe hacer: agitar, movilizar (a sus partidarios), causar tumulto”, agregó el analista Sylvio Costa, del portal Congresso em Foco.
La votación del martes estuvo precedida por un acto militar inédito en Brasilia desde el retorno de la democracia, con tanques desfilando frente a la Presidencia y el Congreso, saludados por Bolsonaro y algunos ministros. Ello fue visto por analistas y opositores como un intento de intimidar a los otros poderes.
El senador Omar Aziz, presidente de una comisión que investiga cómo los errores del gobierno contribuyeron al segundo mayor número de muertes por Covid-19 del mundo, lo calificó como un intento “patético” de intimidar al Congreso. “Bolsonaro imagina que esto es mostrar fortaleza, pero en realidad está mostrando toda la debilidad de un presidente acorralado por las investigaciones de corrupción y su incompetencia administrativa en medio de una pandemia aún fuera de control”, dijo Aziz, cuyo partido de centroderecha PSD había respaldado al presidente hasta el año pasado.
Para Mauricio Santoro, profesor de Ciencia Política de la Universidad Estatal de Río de Janeiro, cada vez más las Fuerzas Armadas están aceptando participar de las “maniobras políticas” de Bolsonaro, algo inédito desde el fin de la dictadura (1964-1985). “Desde la redemocratización, los presidentes buscaron evitar conflictos con los militares, pero ninguno quiso utilizarlos de esa forma, porque existía un temor entre la élite política civil de politizar las Fuerzas Armadas. Bolsonaro rompe con ese consenso”, comentó a France Presse.
Cuando el asesor de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Jake Sullivan, visitó Brasilia la semana pasada, instó a Bolsonaro a no socavar la confianza en el proceso electoral de Brasil, según funcionarios de la Casa Blanca. “Bolsonaro está menos preocupado por la seguridad de las urnas que por crear una narrativa consistente de fraude electoral, extendiendo la desconfianza popular en el sistema electrónico”, dijo Guilherme Casarões, profesor de política de la Fundación Getúlio Vargas en Sao Paulo.
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