Briones, el ministro al que Piñera no quería dejar ir: Los hitos de la relación entre el Presidente y el nuevo candidato de Chile Vamos
Hoy lo despidió diciendo que fue "un gran ministro de Hacienda". Detrás de los quince meses en que estuvo en los zapatos que le dejó Felipe Larraín hay mucho de valoración del Presidente y otras voces al estilo del inminente candidato presidencial Evópoli, pero también vaivenes en su relación con Piñera, quien no pensaba que fuera buena idea que saliera a competir sin opciones de ganar.
1. El tironeo con el Presidente por su salida
El Presidente Sebastián Piñera se terminó imponiendo. En los días previos le había advertido a su ahora exministro de Hacienda que si iba a salir del gabinete no podía esperar hasta el 30 de enero, al consejo general con que Evópoli busca proclamarlo como su abanderado.
El Mandatario, dicen en Palacio, incluso evaluó hacer el ajuste de gabinete la semana pasada, cuando aún se encontraba en cuarentena preventiva por haber sido contacto estrecho de una persona contagiada por Covid-19. Así, analizó si hacer la modificación vía telemática, lo que hubiese sido inédito en sus cambios de gabinete (y una salida más deslucida al compararla con la de Mario Desbordes).
Pero esa idea no prosperó -esto dicen en el Ejecutivo- porque Evópoli presionó para hacer una salida a la “altura” de un ministro de Hacienda y que, por ende, debía dejar el cargo por la “puerta principal”. Piñera les concedió eso, pero no les dio el punto de seguir en el comité político y con alguien de sus filas en reemplazo de Briones, y terminó optando por una persona de su confianza: Rodrigo Cerda.
De todas formas, los impulsores de la candidatura de Briones en Evópoli contradicen esta versión y relatan que -hasta donde saben- el Presidente no iba a sacarlo del gabinete telemáticamente durante su cuarentena, aunque hoy se decían felices cuando lo oyeron decir que “despedimos a un gran ministro”. De todas formas, no descartan que hubo un tironeo con Piñera porque admiten que él quería que Briones saliera antes del consejo general de este fin de semana.
Volviendo a los testimonios en Palacio, Piñera estaba incómodo con que todos los días se difundiera información sobre la salida de Briones y la señal de incertidumbre que generaba en el ámbito económico. Además, en un inicio se resistió a la idea de que Briones dejara el cargo y transmitió -en diciembre, en una de las instancias que abordó el tema- que tenía que llegar hasta el final. Al Mandatario, agregan, lo que más resistencia le generaba era que Briones dejaba el gabinete para una candidatura que es más bien testimonial y compleja, debido a que hay otros que están liderando para imponerse en las primarias de Chile Vamos.
2. Dos conocidos no tan conocidos
El Presidente no había trabajado con él como lo había hecho con Felipe Larraín, y tampoco era de su círculo. Los que recuerdan esta historia dicen que el Presidente comenzó a tratarlo en las bilaterales que tenía con Hacienda en su primer gobierno; entonces era coordinador de Finanzas Internacionales en ese ministerio.
Gonzalo Blumel hizo de puente: en la campaña de primarias 2017 lo fichó desde Avanza Chile como coordinador programático, y Piñera pensó en nombrarlo ministro de Economía, pero Briones prefirió seguir en la academia.
Lo designó director de Codelco, pero ahí no tuvieron mucho trato. Cuando cayó el gabinete Chadwick, el mandatario volvió a pensar en Economía: Juan Andrés Fontaine estaba políticamente sentenciado luego de sugerir que la gente se levantara más temprano para pagar una tarifa de Metro más barata. Al final -recuerdan los veteranos del estallido- lo nominó en Hacienda la misma mañana de lunes (28 de octubre 2019) que cambió a sus ministros.
3. El tropezón de la rebaja de sueldos al gabinete
Es posible que Piñera nunca se haya molestado más con él -recuerdan en Palacio- que ese 23 de marzo del 2020. El día anterior, domingo, Briones le había enviado al resto de los ministros el e-mail en el que les proponía bajarse el 30% del sueldo por 6 meses, argumentando que “se vienen meses muy difíciles para muchos compatriotas”, y pensando en aplicarla también a los subsecretarios.
Ni sus compañeros en el gabinete ni el gobernante supieron antes; a varios no les quedó otra que hacer declaraciones de buena crianza. Gloria Hutt (de su mismo partido) dijo que no le había llegado el correo; Felipe Ward, que era una decisión personal. La cosa es que no solo hubo colegas indignados, sino que también el Presidente, aseguraron en su día en La Moneda.
Hoy, el recuento allá y en Evópoli es que Piñera (”no le gustó mucho”, describen) leyó que Briones quiso correr con colores propios, lucirse y quedar bien, aunque después -aseguran- vio que no era así. Pero le abría un flanco gratuito con un tema que no estaba en la agenda, y complicaba al Ejecutivo ante la oposición. Y no le había avisado.
El Presidente trató personalmente el asunto con su ministro. La idea de Briones no cuajó. Pese al tropezón, sus conocidos insisten en que Piñera valoraba su estilo porque no era un “yes man” y que cuando tenía que contraargumentarle o discutirle algo, lo hacía con piso... independientemente de lo que el gobernante terminara decidiendo.
4. Su lugar entre sus pares
Y no fue solo la idea de bajarle lo sueldos al resto de los ministros. También recuerdan en el Ejecutivo que enviaba circulares pidiendo que se le informe antes de hacer gastos o que nuevas medidas debían ser visadas previamente por la Dipres. Así como Briones tenía amigos, algunos aliados y autoridades que valoraban su cometido, también cosechó molestias.
En el gabinete se quejaban de que nunca conversaba las cosas con anticipación y solo les “notificaba”. En el gobierno hay voces que tenía un estilo “soberbio” y que le gustaba imponer sus ideas, lo que generaba roces con otros ministros. Un caso poco o nada ventilado antes es su relación con el titular de Economía, Lucas Palacios: Era “mala”, reconocen en La Moneda. Allí rememoran que el año pasado -por ejemplo- comentan en el gobierno tuvieron roces por quién participaba de determinadas pautas de prensa relativas a la economía.
Más conocidas en su día fueron sus diferencias con el exministro de Desarrollo Social Sebastián Sichel, con quien ahora deberá enfrentarse en la primaria de Chile Vamos: fue tema la enemistad de Briones y Blumel con él, pese a las versiones encontradas que hubo después. Durante las negociaciones de la reforma a las pensiones, en el gobierno comentan que en un inicio la titular del Trabajo, María José Zaldivar, también resintió su estilo debido a que, según las mismas fuentes, “la marginaba”.
Una de sus últimas discusiones fue con el entonces ministro de la Segpres Cristián Monckeberg en el marco de la tramitación del proyecto del segundo retiro de pensiones.
5. La tensión por el segundo retiro del 10%
Fue uno de los más duros opositores a la idea de que avanzara el primer retiro del 10% de pensiones y el segundo. Ignacio Briones, dicen en La Moneda, en un inicio estaba en contra de que el gobierno presentara un proyecto propio para permitir el segundo retiro de fondos de pensiones y peleó hasta el final para que el Presidente pidiera acudiera al Tribunal Constitucional. Por este tema se enfrentó a su par de la Segpres de ese entonces, Cristián Monckeberg.
Finalmente, Piñera le concedió ir al TC, pero mantuvo la idea de impulsar un proyecto propio.
En todo caso, en Evópoli -otra vez- afirman lo contrario. Dicen que Briones no colisionó con Piñera por oponerse a un proyecto propio; su versión es que estuvo de acuerdo, porque “entendía que si se iba a ir al TC, ese era el precio a pagar” y que cuando se decidió enviar el texto el gobierno insistió que en paralelo tenía que impugnarse el de los diputados.
Entre quienes estuvieron con él en el gobierno recuerdan que Briones también le llevó la contraria a Piñera recién llegado. Entre fines de octubre y comienzos de noviembre de 2019, el ministro, Gonzalo Blumel y Claudio Alvarado (entonces Interior y Segpres) negociaban con la oposición cómo destrabar la reforma tributaria y el enredo de la previsional, presionados por el estallido social y por habilitar un diálogo previo al acuerdo constituyente.
La Moneda, a instancias de los tres ministros, cedió: desechó la integración en la tributaria, y en la de pensiones apuró lo que tocaba al pilar solidario y una ley corta, y dejó para después el grueso de la reforma. Piñera fue muy reticente a la idea -insisten los amigos de Briones- y se opuso inicialmente porque implicaba renunciar a uno de sus objetivos icónicos.
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