Candidatos al Nobel de la Paz 2023: expertos apuntan al activismo y desafíos como el cambio climático
Aunque las casas de apuestas tienen a Volodymyr Zelensky como el principal candidato al galardón que se anuncia mañana, los especialistas del Nobel creen que, como líder en tiempos de guerra, es poco probable que se nombre al presidente ucraniano.
El Premio Nobel de la Paz se entregará en Noruega mañana, mientras la brutal invasión rusa de Ucrania continúa y otros focos de tensión amenazan con estallar en todo el mundo. Dado que muchos esfuerzos para promover la paz se han frustrado cada vez más, para algunos observadores este parece un momento poco propicio para otorgar uno de los galardones más codiciados de la humanidad, destaca CNN. Por ello, en la edición de 2023, dicho foco parece estar puesto en el activismo y en desafíos como el cambio climático.
Las palabras de Dan Smith, director del Instituto Internacional de Investigación para la Paz de Estocolmo (SIPRI), ratifican esta percepción. “No hay mucha paz en este momento, por lo que no está claro que haya un pacificador destacado a quien otorgar el premio”, señaló la cadena norteamericana.
Para la edición de este año se han formalizado un total de 351 candidaturas, en su mayoría (259) correspondientes a personas a título individual. El plazo de inscripción concluyó en febrero y el secretismo del proceso empieza por la propia lista, sellada hasta dentro de 50 años.
Se trata de la segunda terna más multitudinaria de la historia -solo superada por las 376 candidaturas de 2016- y el Comité Noruego tiene ante sí el reto de estampar el nombre (pueden ser varios) de quien se sumará a un palmarés que se inició en 1901 con el fundador de Cruz Roja, Henry Dunant, y el activista Frédéric Passy, destaca Europa Press.
En 2022, un año marcado por la agresión rusa sobre territorio ucraniano, el Comité optó por premiar el activismo del bielorruso Ales Bialiatski, la ONG rusa Memorial y el Centro para las Libertades Civiles de Ucrania, pero los expertos apuestan en esta ocasión por salir de esta órbita para evidenciar que hay otras emergencias acuciantes.
Aunque las casas de apuestas tienen a Volodymyr Zelensky como el principal candidato para unirse a la ilustre lista de galardonados desde Nelson Mandela hasta Martin Luther King, los especialistas del Nobel creen que, como líder en tiempos de guerra, es poco probable que se nombre al presidente ucraniano.
Las posibilidades del encarcelado Alexei Navalny son menores porque los disidentes rusos ganaron el año pasado y el anterior. Un tercer favorito de las casas de apuestas es el activista uigur encarcelado Ilham Tohti, aunque eso enfurecería a China. Cuando el disidente encarcelado Liu Xiaobo ganó el Nobel de la Paz en 2010, Beijing congeló las relaciones diplomáticas con Oslo durante seis años, recordó Reuters.
“Sería como decir en 1941 que (el entonces primer ministro británico) Winston Churchill debería haber recibido el Premio Nobel de la Paz. Lo que estaba haciendo en ese momento era intentar ganar una guerra. Eso es lo que Zelensky está tratando de hacer ahora”, dijo Smith a CNN. “Mi opinión es que, si tiene la oportunidad de llevar a su país a la paz, entonces probablemente obtendrá el premio y será ampliamente visto como un ganador muy digno”, añadió.
El director del Instituto de Investigación para la Paz de Oslo (PRIO), Henrik Urdal, en entrevista con la cadena norteamericana dijo que muchas casas de apuestas estaban cínicamente inclinando a Zelensky para el premio simplemente porque “es un nombre muy conocido”.
Urdal dijo que muchas casas de apuestas estaban cínicamente inclinando a Zelensky para el premio simplemente porque “es un nombre muy conocido”.
“Las casas de apuestas aquí están tratando de encontrar candidatos en los que la gente esté dispuesta a apostar dinero, bueno, a perder dinero”, continuó Urdal. “No considero que eso refleje ninguna información real sobre la probabilidad de que obtenga el premio”.
Smith, esta vez en entrevista con Europa Press, admite que “la guerra en Ucrania atrae mucha atención” y, “quizás”, el Nobel vuelva a tenerlo en cuenta este año, pero cree que es el año del cambio climático. “Uno, porque es una crisis global. Dos, porque el Sur quiere que se le preste más atención. Tres, porque hay pruebas claras de que el cambio climático contribuye a la inestabilidad social. Cuatro, porque necesitamos más y mejor cooperación internacional para resolver el problema”, expone.
Sus apuestas en este campo van por algún tipo de “premio global” en el que alude a Fridays for Future, el movimiento iniciado por la joven sueca Greta Thunberg. En cuanto a personas concretas, cita el nombre del brasileño Raoni Metuktire, líder del pueblo kayapó y figura de prestigio en la defensa de los derechos indígenas y de la Amazonia.
“La participación indígena en la protección del medio ambiente será realmente fundamental para nuestras perspectivas de sobrevivir a esta crisis actual”, dijo Smith, citado por Reuters. “Necesitamos escuchar un poco más a los pueblos indígenas, cuyos derechos pueden ser fácilmente pisoteados”, añadió en declaraciones a CNN.
También apunta a potenciales candidatos en la lucha aborigen el director del PRIO, Henrik Urdal, que ha incluido a la filipina Victoria Tauli-Corpuz, relatora de Naciones Unidas para los derechos de los pueblos indígenas, y al ecuatoriano Juan Carlos Jintiach, líder de la Coordinadora de las Organizaciones Indígenas de la Cuenca Amazónica (COICA), en una lista de potenciales ganadores del Nobel.
Victoria Tauli-Corpuz, una igorot kankanaey de la región montañosa del norte de Filipinas, comenzó su activismo como líder juvenil bajo la dictadura de Ferdinand Marcos, protestando por una controvertida presa que habría inundado el dominio ancestral de su pueblo, recordó The Washington Post.
Sobre Juan Carlos Jintiach, el periódico estadounidense destaca que el miembro del pueblo Shuar de Ecuador ha pasado décadas defendiendo a las comunidades indígenas que protegen la selva amazónica y trabajan para combatir el cambio climático. Es el secretario ejecutivo de la Alianza Global de Comunidades Territoriales, una plataforma de organizaciones indígenas de selvas tropicales en 24 países de Asia, África y América Latina.
Organismos internacionales
En su codiciada lista anual de candidatos al premio, Urdal incluyó a la Corte Internacional de Justicia (CIJ) como posible candidato, por sus esfuerzos para promover la paz “a través del derecho internacional, similar a la promoción de congresos de paz, otro logro destacado en el testamento de Alfred Nobel (el documento que estableció los premios Nobel en 1895)”. Poco después de la invasión de Ucrania, la CIJ ordenó a Rusia “suspender inmediatamente las operaciones militares”.
Una opción relacionada –pero potencialmente más explosiva, apunta CNN– sería la Corte Penal Internacional (CPI), que en marzo emitió una orden de arresto contra el presidente ruso Vladimir Putin por un presunto plan para deportar niños ucranianos a Rusia. Los signatarios del Estatuto de Roma de la CPI están obligados a arrestar a Putin si pone un pie en sus países.
The Washington Post, citando una lista corta de candidatos elegidos por el Instituto de Investigación para la Paz de Oslo, también cita a la activista afgana Mahbouba Seraj, quien no dudó en hablar cuando la toma del poder por los talibanes en agosto de 2021 trajo consigo nuevas restricciones para las mujeres, especialmente su derecho a la educación. A diferencia de tantas mujeres activistas en Afganistán, Seraj se ha negado a huir y continúa dirigiendo varios proyectos de mujeres en el país.
Otra opción, apunta el periódico, es la activista y periodista iraní Narges Mohammadi, que comenzó su carrera de décadas promoviendo la sociedad civil y los derechos de las mujeres, y que trabaja desde prisión oponiéndose a las condiciones en las que ella y sus compañeras de prisión se encuentran recluidas.
Acusada de “difundir propaganda”, la mujer de 51 años cumple una condena de 10 años en la tristemente célebre prisión de Evin, en Teherán. El año pasado publicó el libro “Tortura blanca”, sobre el uso del confinamiento solitario y la privación sensorial por parte de Irán contra ella y sus compañeros de prisión.
El Nobel de Paz de este año también podría apuntar a la guerra de Myanmar. Cuando el Ejército de la ex Birmania depuso a un gobierno civil elegido democráticamente en febrero de 2021, la gente respondió con protestas a nivel nacional sin precedentes, destaca The Washington Post. Muchos de los grupos étnicos del país se unieron a legisladores exiliados para formar el Consejo Consultivo de Unidad Nacional (NUCC), una alianza que aboga por la formación de una democracia federal.
El NUCC ha ayudado a sostener una resistencia armada en múltiples frentes contra los militares, que han recurrido a tácticas cada vez más brutales para aplastar a la oposición, incluyendo arrasar pueblos enteros y lanzar ataques aéreos contra objetivos civiles.
El Grupo de Análisis de Datos de Derechos Humanos (HRDAG) también aparece en la lista de candidatos. Se trata de una organización sin fines de lucro con sede en Estados Unidos que utiliza datos para descubrir, cuantificar y analizar patrones de violencia masiva o, para decirlo de manera más simple y citar su lema, los miembros del personal del grupo son “estadísticos de los derechos humanos”.
Las conclusiones del HRDAG se han utilizado en procedimientos legales, como en el caso de la Corte Penal Internacional contra el exlíder yugoslavo Slobodan Milosevic por su papel en las guerras de los Balcanes de los años 90. Más recientemente, el HRDAG y la Comisión de la Verdad de Colombia publicaron una enorme base de datos de recursos abiertos sobre el conflicto de 50 años de Colombia, que terminó en 2016.
Otros posibles galardonados incluyen a la Agencia de las Naciones Unidas para los refugiados ACNUR, su fondo para la infancia UNICEF o el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), señala Reuters.
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